La reconversi¨®n desigual
El autor expone las l¨ªneas generales por las que, a su juicio, deber¨ªa realizarse la reconversi¨®n del sector privado de la miner¨ªa del carb¨®n. Pide que este proceso se lleve a cabo en un marco de consenso donde prevalezcan los criterios de equidad, racionalidad e igualdad entre todas las partes implicadas.
En 1986, la Administraci¨®n central propici¨® y ampar¨® un acuerdo entre las empresas el¨¦ctricas y mineras cuya finalidad estaba orientada a racionalizar y modernizar el sector de producci¨®n de carb¨®n no sujeto a contrato-programa con el Estado. Apenas transcurridos cuatro a?os, la propia Administraci¨®n reconoce el fracaso de la aplicaci¨®n del Nuevo Sistema de Contrataci¨®n de Carb¨®n T¨¦rmico (NSCCT), y en base a unas discutibles exigencias de la Comisi¨®n Europea -decisi¨®n del 20 de diciembre de 1989- presenta un plan de reordenaci¨®n -orden de 31 de octubre de 1990 del Ministerio de Industria y Energ¨ªa- donde, por un lado, se establecen unas compensaciones al cierre o a la reducci¨®n de la actividad y, por otro, se posibilita el cobro anticipado de los denominados suplementos de precio para aquellas empresas que presenten un plan de viabilidad y se comprometan a cofinanciar la liberaci¨®n de una parte de sus deudas financieras.El escaso plazo de tiempo transcurrido entre ambas disposiciones legales, los modos equ¨ªvocos y oscurantistas con los que se ha intentado presentar un supuesto consenso entre los colectivos implicados y la propia ambig¨¹edad que subyace en la citada orden ministerial constituyen elementos suficientes para deducir que la intenci¨®n de la Administraci¨®n no es otra que la ejecuci¨®n de un dr¨¢stico proceso de ajuste en la miner¨ªa del carb¨®n espa?ola obviando deliberadamente los grav¨ªsimos efectos sociales, econ¨®micos y comarcales que se van a derivar del mismo.
Por consiguiente, bajo el eufemismo de un plan de reordenaci¨®n o de reestructuraci¨®n, se pretende encubrir una reconversi¨®n de extrema dureza que eliminar¨¢ de la miner¨ªa espa?ola del carb¨®n una parte significativa de sus explotaciones y desalojar¨¢ de la actividad laboral a m¨¢s de 5.000 empleos en poco tiempo.
A nadie se le oculta que, en ocasiones anteriores, la propia Administraci¨®n ante procesos de similar magnitud, ha contribuido generosamente a paliar los efectos derivados de unas rigurosas pol¨ªticas de ajuste sectorial. Y lo ha hecho con una norma jur¨ªdica de rango adecuado como es la Ley de Reconversi¨®n y Reindustrializaci¨®n de 1984.Si se acepta que la miner¨ªa del carb¨®n espa?ola atraviesa por un profundo proceso de crisis, que sus actuales estructuras de precios, costes y productividades no permiten alcanzar, en su conjunto, resultados competitivos y que, por consiguiente, es preciso acometer un proceso de reconversi¨®n; ¨¦ste debe hacerse con actuaciones jur¨ªdicas y econ¨®micas que garanticen unas compensaciones suficientes a las partes afectadas.
Razones elementales de equidad y de justicia aconsejan que de iniciarse una reconversi¨®n en el sector, ¨¦sta deba efectuarse, al menos, de forma:
Coherente. Es decir, que previamente a cualquier actuaci¨®n en el sector carbon¨ªfero se defina expresamente el papel que se reserva al carb¨®n aut¨®ctono.
Global. Que afecte a todas las unidades productivas y cuencas mineras susceptibles de reconversi¨®n y, por consiguiente, no discrimine a las empresas en funci¨®n de su titularidad p¨²blica o privada. Resulta inconcebible que una pol¨ªtica de reconversi¨®n sectorial se inicie por las empresas m¨¢s competitivas como es el caso de las de Castilla y Le¨®n, en particular, y, en general, del conjunto de las privadas, cuyos costes de producci¨®n promedios se sit¨²an en torno a las 11.000 pesetas por tonelada vendible frente a las 25.000 pesetas registradas actualmente en la miner¨ªa p¨²blica donde una sola empresa detrae, en promedio anual, m¨¢s de 50.000 millones de pesetas de los Presupuestos Generales del Estado en concepto de ayudas y subvenciones. No debe olvidarse que, en una econom¨ªa libre, abierta e interdependiente, la aplicaci¨®n de pol¨ªticas desiguales para un mismo sector supone transferir -en forma de paro y de p¨¦rdida de riqueza- las ineficiencias que, en este caso, genera la miner¨ªa p¨²blica asturiana hacia unas zonas que, como las cuencas mineras de Le¨®n y Palencia, por ejemplo, resultan adem¨¢s mucho m¨¢s deprimidas, detentan niveles de renta per c¨¢pita m¨¢s bajos, cuentan con menores dotaciones de infraestructuras y equipamientos y, presentan, en definitiva, unos indicadores de bienestar y calidad de vida mucho m¨¢s desfavorables en t¨¦rminos comparativos.
Participativa. Un proyecto de reconversi¨®n de esta magnitud debe efectuarse con la participaci¨®n activa de todos los agentes socioecon¨®micos e institucionales implicados en el sector.
Consensuada. Por el alcance y magnitud de sus efectos y por la heterogeneidad de los intereses existentes, la reconversi¨®n del sector debe encuadrarse en un marco de consenso donde prevalezcan los criterios de equidad, racionalidad e igualdad en las partes implicadas. La imposici¨®n de actitudes intervencionistas resta virtualidad a cualquier soluci¨®n que se consiga y favorece la aparici¨®n de elementos discrecionales y arbitrarios en la toma de las decisiones p¨²blicas.
Realista. Que contemple el car¨¢cter estrat¨¦gico, social y regional, del carb¨®n aut¨®ctono. No debe olvidarse que el carb¨®n representa en Espa?a uno de los escasos recursos energ¨¦ticos propios, sustenta m¨¢s de 45.000 empleos directos y constituye, a trav¨¦s de los flujos salariales que genera y de los efectos inducidos que tiene sobre otras actividades, el ¨²nico soporte econ¨®mico de las cuencas mineras.
Ordenada. Encuadrada en un horizonte temporal, lo suficientemente amplio, que permita el dise?o y ejecuci¨®n de alternativas simult¨¢neas de industrializaci¨®n. Para. ello, es preciso defender, a trav¨¦s de programas p¨²blicos de inversi¨®n, la permanencia del mayor n¨²mero de explotaciones carbon¨ªferas, habida cuenta que la miner¨ªa del carb¨®n constituye en la actualidad la ¨²nica actividad industrial posible en las cuencas mineras. En este sentido, debe exigirse que antes de cerrar una explotaci¨®n se eval¨²en escrupulosamente par¨¢metros tales como las potencialidades reales del yacimiento, la viabilidad econ¨®mico-financiera de las empresas ?a medio y largo plazo y las posibilidades de movilidad, intercambio y reasignaci¨®n interempresarial de los recursos explotables, capitales y plantillas.
Instrumentos de ayuda
Positiva. Que incorpore verdaderamente los instrumentos de ayuda inherentes a reconversiones sectoriales precedentes. Un programa de reordenaci¨®n sectorial como el concebido por la Administraci¨®n elude las importantes repercusiones comarcales derivadas de una reducci¨®n de la actividad carbon¨ªfera. Repercusiones que se pretenden soslayar apelando a los exiguos fondos que se contemplan en el programa comunitario Rechar y a la actuaci¨®n de una sociedad p¨²blica que tiene como ¨²nica misi¨®n captar, evaluar y participar en proyectos de inversi¨®n de alta rentabilidad. Las evidentes limitaciones cuantitativas y cualitativas de ambos instrumentos y las especiales condiciones de dificultad que concurren en las cuencas mineras no garantizan una transici¨®n ordenada hacia la instauraci¨®n de nuevos modelos industriales sustitutivos. Por ello, es preciso reclamar, al igual que se contempla en la Ley de Reconversi¨®n y Reindustrializaci¨®n de 1984, la creaci¨®n de una Comisi¨®n Gestora, integrada por representantes de los ministerios competentes y de las comunidades aut¨®nomas afectadas que asegure la promoci¨®n, coordinaci¨®n y materializaci¨®n de los oportunos proyectos de reindustrializaci¨®n.
Contemplar consideraciones como las se?aladas en el proceso reconversor de la miner¨ªa del carb¨®n espa?ola no s¨®lo supone actuar conforme a principios de justicia e igualdad de trato sino que adem¨¢s se lograr¨ªa evitar la desolaci¨®n de unas comarcas que, como las mineras, no presentan, en t¨¦rminos comparativos, ninguna ventaja susceptible de atraer la instalaci¨®n de nuevas actividades. De lo contrario, es decir, de prevalecer la concepci¨®n actual, se producir¨ªa un dr¨¢strico proceso de ajuste carente de las m¨ªnimas consideraciones de realismo y cicatero hasta el insulto si se compara con experiencias de reconversi¨®n sectorial precedentes.
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