Bor¨ªs YeItsin, el todopoderoso
El poder del l¨ªder ruso empieza a preocupar dentro de su propia Federaci¨®n
![Pilar Bonet](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F20305dc5-7626-4aae-ba59-6e4ab29f2aac.png?auth=637102860dc774e4edecc8d35394dc6e08d620e804b66b7dbdb83c18f1a37160&width=100&height=100&smart=true)
PILAR BONET ENVIADA ESPECIAL, La lucha por el poder en las regiones rusas en la nueva ¨¦poca iniciada con el fracaso del intento de golpe del 19 de agosto no pasa hoy por ganarse el electorado en las urnas, como muchos hab¨ªan esperado, sino que se centra en la rivalidad por los favores de Bor¨ªs Yeltsin, y en conseguir un nombramiento que permita ejercer como representante presidencial (con funciones de comisario) o como gobernador.
En Tomsk y Novosibirsk, do etapas sucesivas de un viaje por Siberia occidental, esta corresponsal ha comprobado la preocupaci¨®n existente entre los sectores moderados ante el cariz autoritario -algunos lo califican de neobolchevique- que toma el proceso pol¨ªtico en Rusia despu¨¦s de que Bor¨ªs Yeltsin lograra un enorme prestigio en la defensa del orden legal constituido.La sesi¨®n del S¨®viet Supremo de la Federaci¨®n Rusa que comienza hoy en Mosc¨² aportar¨¢ probablemente nuevos datos sobre las intenciones de los dirigentes de la rep¨²blica en el futuro pr¨®ximo. Sin embargo, a estas alturas parece bastante probable que, de momento, Yeltsin prefiera los nombramientos temporales a las elecciones para los puestos de la Administraci¨®n local que se planeaban inicialmente, antes de producirse el golpe fallido, para el oto?o que viene.
El Congreso, neutralizado,
La intentona golpista dio fuerza. a los reformistas y sirvi¨® para neutralizar al Congreso de los Diputados de la URSS, un Parlamento cuya elecci¨®n fue semidemocr¨¢tica y que se hab¨ªa convertido en un obst¨¢culo al cambio radical. Este Congreso era la m¨¢xima expresi¨®n del sistema de s¨®viets que existe en toda la geograf¨ªa de la Federaci¨®n Rusa.
Los s¨®viets rusos (asambleas municipales) fueron el producto, en 1990, de unas elecciones democr¨¢ticas, pero en el tiempo transcurrido se han revelado como estructuras poco ¨¢giles y poco aptas para tomar decisiones. Adem¨¢s, los s¨®viets de provincia no responden a la correlaci¨®n de fuerzas en las grandes ciudades, m¨¢s favorable a los reformistas tras la revoluci¨®n de agosto.
En regiones como Tomsk, una zona forestal y petrolera mayor que la mitad de Espa?a, o Novosibirsk, centro venido a menos de la intelectualidad t¨¦cnica de los a?os setenta, los s¨®viets est¨¢n formados en gran parte por antiguos funcionarios comunistas.
Los locales del PCUS se han clausurado y los funcionarios se han quedado sin despacho, pero no sin esca?o en los s¨®viets. Esta situaci¨®n se repite en toda la geografia rusa, donde los comunistas son diputados elegidos democr¨¢ticamente, al margen de que hicieran uso de los medios de comunicaci¨®n y los numerosos recursos que el partido ten¨ªa en 1990. El PCUS ha dejado de existir, pero sus funcionarios defienden con u?as y dientes a nivel local sus ¨²ltimos bastiones de poder.
Aprovechando el calor de la revoluci¨®n de agosto, la directiva rusa hubiera podido organizar r¨¢pidamente unas elecciones que acabaran con la viciada atm¨®sfera de estancamiento que reina en los s¨®viets. Sin embargo, todo apunta m¨¢s bien hacia la v¨ªa de los nombramientos.
Dos son las figuras claves de la nueva nomenklatura local: por una parte, los representantes del presidente Yeltsin, cuya misi¨®n es vigilar e informar al presidente de cualquier irregularidad cometida por los supervivientes pol¨ªticos prerrevolucionarios. Estos; representantes se convierten en una figura muy inc¨®moda para los jefes de la Administraci¨®n (gobernadores de hecho), cargo para el cual tambi¨¦n es necesario el visto bueno de Yeltsin.
En Toinsk, que fue feudo delconservador Yegor Ligachov, el coriflicto est¨¢ en, plena efervescencia. Delegaciones de, uno y otro signo pol¨ªtico han acudido a Mosc¨² para pronunciarse a favor o en contra de los contendientes ante Yeltsin y ante el inspector jefe de la nueva Administraci¨®n, Madjaradze.
Yeltsin nombr¨® como representante en Tomsk a Step¨¢n Sulakshin, controvertida figura de marcado anticomunismo. Sulakshin, que procede de las filas del PCUS, es, en opini¨®n de sus partidarios, incompatible con el presidente del comit¨¦ ejecutivo regional, Oleg Kushelevski, el candidato a gobernador por parte de los antiguos funcionarios comunistas.
El conflicto a tres bandas que se plantea ante Yeltsin en este caso y, en otros parecidos implica o bien prescindir de los resultados de las ¨²ltimas elecciones municipales y nombrar gobernadores compatibles con los comisarios, pero ajenos a la voluntad del s¨®viet, o bien respetar la correlaci¨®n de fuerzas de 1990, por muy desfavorable que ¨¦sta sea para los reformistas, y dejar que gobernadores y comisarios se las arreglen en el foro de la pol¨ªtica local.
Conflictos siberianos
Conflictos parecidos al de Tomsk se dibujan en el centro minero de Novokuznetsk y en Novosibirsk. Aqu¨ª, para el puesto de gobernador, se enfrentan Vitali Muja, el ex primer secretario del PCUS en la regi¨®n, y Alex¨¦i Man¨¢nikov, un periodista que se pas¨® tres a?os en la c¨¢rcel por difundir propaganda antisovi¨¦tica.
La, decisi¨®n para Yeltsin no es f¨¢cil. Muja, presidente del s¨®viet de Novosibirsk, puso detr¨¢s de Yeltsin el peso de una asociaci¨®n de dirigentes regionales dispuestos a utilizar disciplina y mano Firme en la transici¨®n hacia el mercado. Man¨¢nikov, a quien apoya Rusia Democr¨¢tica, tom¨® el arma para defender la Casa Blanca durante la revoluci¨®n de agosto.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Pilar Bonet](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F20305dc5-7626-4aae-ba59-6e4ab29f2aac.png?auth=637102860dc774e4edecc8d35394dc6e08d620e804b66b7dbdb83c18f1a37160&width=100&height=100&smart=true)