Tierra y cielo

LOS OBISPOS espa?oles han. decidido intervenir en temas estrictamente pol¨ªticos y delicados como el del independentismo y la supuesta falta de libertad democr¨¢tica en este pa¨ªs. Ello coi1ncide con un momento de aparente crisis interna del episcopado, que ha visto en pocos d¨ªas abandonar su puesto de responsabilidad de gobierno a dos de sus miembros, los titulares de las di¨®cesis de Palencia y M¨¢laga.Nadie puede negar a los prelados, como a ning¨²n otro ciudadano o colectivo social, el derecho a intervenir en la vida pol¨ªtica, pero tampoco se puede pretender mayor respeto o atenci¨®n que la que merecen el resto de los opinantes. El hecho de presentarse corno depositarios de una verdad revelada no les confiere mayor capacidad de an¨¢lisis para las cuestiones terrenales. Ci?¨¦ndonos estrictamente al funcionamiento, correcto o no, del sistema democr¨¢tico, quiz¨¢ fuese conveniente recordar lo de la paja y la viga en los ojos ajeno y propio. El reciente Congreso de Teolog¨ªa celebrado en Madrid dej¨® constancia de las cr¨ªticas a la Jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica por parte de un sector importante de creyentes respecto al pluralismo y libertad de conciencia de la Iglesia. Generalizar los reparos, como acaba de hacer el arzobispo de Zaragoza, El¨ªas Yanes, al preguntarse: si nuestro sistema "es suficientemente democr¨¢tico" s¨®lo parece ser ¨²til para aumentar la confusi¨®n. Cabe pensar que todo ello -incluido el viaje episcopal a Cuba, primero que realiza oficialmente la jerarqu¨ªa cat¨®lica espa?ola desde 1959- es una manifestaci¨®n de las ansias por recuperar el protagonismo en las cuestiones terrenales, en l¨ªnea con la hip¨®tesis romana del Pont¨ªfice, que, mientras bendice la glasnost y la perestroika de los pa¨ªses del este de: Europa, se resiste en el Tercer Mundo a que los te¨®logos y cristianos m¨¢s comprometidos lleven a cabo la renovaci¨®n lanzada por el ¨²ltimo Concilio Ecum¨¦nico, para emprender, en cambio, una nueva cristianizaci¨®n de sello integrista.