Los ni?os payos de Mancha Real y Aitona volvieron a clase con sus compa?eros gitanos

La normalidad volvi¨® ayer a las aulas de? colegio Sixto Sigler, de Mancha Real, con la vuelta a clase de la pr¨¢ctica totalidad de los alumnos tras una semana de incidentes por la escolarizaci¨®n en el centro de cuatro ni?os gitanos. La madres payas se comprometieron ante Manuel Conde Pumpido, defensor de? pueblo andaluz, a enviar a sus hijos a clase si se les garantizaba que los gitanos no ir¨ªan al colegio acompa?ados por sus padres. La relativa normalidad se vio empa?ada por la detenci¨®n de Melchor Romero, un gitano de 30 a?os acusado de una presunta agresi¨®n sexual a una vecina paya. Tambi¨¦n los ni?os de la escuela Francesc Feliu, de Aitona (L¨¦rida), se incorporaron ayer a clase con sus compa?eros gitanos.

La ni?a gitana Francisca Romero falt¨® a clase por segunda vez a causa de un dolor de cabeza, seg¨²n asegur¨® el presidente de la Federaci¨®n de Asociaciones Roman¨ªes de Andaluc¨ªa, Jos¨¦ Maldonado. Los otros tres ni?os gitanos fueron trasladados desde Ja¨¦n a Mancha Real, por segundo d¨ªa consecutivo, en un coche oficial de la Junta de Andaluc¨ªa, acompa?ados por el delegado en Ja¨¦n de la Consejer¨ªa de Gobernaci¨®n, Juan Torres, y el de Educaci¨®n, Pedro Mart¨ªn.Juan Torres dijo respecto a la ausencia a clase ayer de la peque?a: "Esperemos que no se haya puesto enferma de o¨ªr los insultos, porque desde luego es para ponerse malo". El delegado de Gobernaci¨®n se refiri¨® tambi¨¦n a la necesidad de escolarizaci¨®n de los ni?os gitanos: "Son criaturas que tienen una necesidad inminente de ense?anza, y se le va a cubrir esa necesidad con todas las garant¨ªas, haga lo que haga el resto de su comunidad, si es que han hecho algo, porque estas criaturas no tienen que responder absolutamente de nada".

La relativa vuelta a la normalidad escolar en Mancha Real se vio empa?ada ayer por la detenci¨®n del gitano Melchor Romero Amador, de 30 a?os, con diversos antecedentes penales, que fue acusado de una presunta agresi¨®n sexual a su vecina paya Manuela Casas Serrano, de 28 a?os, casada, con dos hijos. Esta circunstancia no impidi¨® que las madres manchegas llevasen a sus hijos al colegio.

El delegado de Gobernaci¨®n evalu¨® el incidente diciendo: "Este suceso llega en un momento inoportuno, y no hace falta que yo lo diga; y no s¨®lo es inoportuno, sino que adem¨¢s puede tener unas consecuencias muy negativas para la soluci¨®n pac¨ªfica del problema". "Quiero que se deslinde lo que es el comportamiento delictivo de una persona de lo que son unas criaturas inocentes que tienen necesidad de ir a la escuela para ser integradas el d¨ªa de ma?ana", a?adi¨®.

Intento de agresi¨®n

Melchor Romero Amador, casado con una paya e hijo de uno de los presuntos implicados en la muerte del payo Angel Arroyo, ocurrida en la calle de Tosquillas el pasado 19 de mayo y que dio origen a los incidentes entre payos y gitanos, seg¨²n versi¨®n de los vecinos, se dirigi¨® a Manuela Casas cuando ¨¦sta se encontraba, en la noche del pasado jueves, a la puerta de su casa, profiri¨¦ndole palabras obscenas e intentando agredirla sexualmente. La intervenci¨®n de los vecinos impidi¨® que se consumara la agresi¨®n. Melchor Romero ingres¨® ayer tarde en la prisi¨®n de Ja¨¦n por orden del titular del Juzgado de Intrucci¨®n n¨²mero 2 de la capital jienense.

Tambi¨¦n los ni?os de la escuela p¨²blica Francesc Fellu de Altona (L¨¦rida) iniciaron ayer el curso con aparente normalidad, despu¨¦s de que los padres de ¨¦stos decidieran enviar a sus hijos a la escuela y aceptar a los siete ni?os gitanos.

Otros dos hijos de la familia gitana Gonz¨¢lez-L¨®pez se incorporaron ayer a la escuela. Los ni?os Isabel, Asunci¨®n, Carmen, Jes¨²s y Alejandro Gonz¨¢lez L¨®pez, y sus primos Carmen, Emilia, Luz Divina y Jes¨²s Gonz¨¢lez Amador, todos ellos entre 12 y 13 a?os de edad, llegaron a la escuela cuando pasaban cinco minutos de, las nueve de la ma?ana acompa?ados por la madre de los ¨²ltimos y tres representantes de la Asociaci¨®n Cultural Gitana de L¨¦rida. Con este ligero retraso se quer¨ªa evitar que coincidieran en el patio del colegio con las madres de los payos.

Sin embargo, ¨¦stas esperaron en la puerta, y entre cuchicheos observaron el paso de los nueve ni?os gitanos. "Todos los d¨ªas han sido puntuales, y ahora que los aceptamos llegan tarde", murmur¨® una de ellas.

Los cerca de 100 ni?os payos formaron varias filas antes de entrar a las aulas, y en su mayor¨ªa no pusieron objecciones a la presencia de gitanos. Otros se mostraban indiferentes e indicaban que el conflicto hab¨ªa sido cosa de sus padres. "A m¨ª me da igual venir o no venir", vocifer¨® Joan Carles.