La cacerolada de los vecinos de Villaverde atruena la plaza de la Villa y la Puerta del Sol

Un millar de vecinos del distrito de Villaverde atronaron ayer con pitos y cacerolas el centro de la ciudad, desde la plaza de la Villa, sede del Ayuntamiento, hasta la Puerta del Sol, que acoge la presidencia de la Comunidad de Madrid. La protesta de las asociaciones vecinales de Villaverde Bajo y Perales del R¨ªo contra la construcci¨®n de un asentamiento para 88 familias gitanas, a las que acusan de dedicarse a la venta de droga, dura ya ocho d¨ªas. El fuerte despliegue policial evit¨® que los manifestantes llegaran a cortar por completo la v¨ªa p¨²blica.

"Leguina, pringao, para qu¨¦ te hemos votao ", fue el lema m¨¢s coreado. El presidente de la Comunidad desat¨® la ira de los vecinos el viernes cuando declar¨®: "La xenofobia no es un problema de la Administraci¨®n, sino de la sociedad". Leguina acus¨® a los manifestantes de Villaverde de perjudicar a los trabajadores con los cortes de carreteras y v¨ªas del ferrocarril.A las doce de la ma?ana, el ruido de las cacerolas era ensordecedor. La manifestaci¨®n se convirti¨® en un espect¨¢culo. "?Pero si hay m¨¢s polic¨ªas que manifestantes!", exclam¨® un transe¨²nte mientras una pareja de turistas se hac¨ªa fotos con la manifestaci¨®n como tel¨®n de fondo.

En la plaza de la Villa, el portavoz de la Coordinadora de Asociaciones de Villaverde y Perales ley¨® la carta de una vecina al presidente de la Comunidad: "Se?or Leguina, si no puede solucionar el problema, dimita". "Que se vaya, que se vaya", gritaban los vecinos en medio de una fenomenal algarab¨ªa producida por cacerolas, bocinas, panderetas, sartenes y otros instrumentos de percusi¨®n.

"No somos racistas"

"Estamos hasta las narices de la droga y de los pol¨ªticos ineptos", grit¨® uno de los manifestantes. En una peque?a pancarta se le¨ªa: "No somos racistas, somos pacifistas".

Fuentes policiales se?alaron ayer que los dirigentes de la protesta vecinal han sido advertidos de las graves sanciones penales en que pueden incurrir si contin¨²an los cortes de carreteras y ferrocarriles durante manifestaciones que no est¨¦n autorizadas.

Ma?ana, lunes, los dirigentes de la Coordinadora de Asociaciones de Villaverde pretenden entrevistarse. con el delegado del Gobierno, Segismundo Crespo, y con representantes de la Comunidad y del Ayuntamiento de Madrid para negociar una salida al conflicto. Nicanor Brice?o, portavoz de la coordinadora, se mostr¨® optimista: "Nos van a tener que dar la raz¨®n".

Cuando los vecinos comprobaron que en el Ayuntamiento no hab¨ªa nadie dispuesto a recibirles, decidieron encaminarse hacia la sede de la Comunidad de Madrid. Un cord¨®n policial -formado por un centenar de agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana (antidisturbios)- sigui¨® de cerca la marcha a lo largo de la calle Mayor.

Leguina tampoco se encontraba ayer en su despacho de la Puerta del Sol. En principio iba a participar a esa misma hora en unas jornadas sobre racismo y xenofobia que se desarrollaba en M¨®stoles, organizado por el Consejo de la Juventud de Madrid y la Cruz Roja. Pero el presidente de la Comunidad no acudi¨® al debate.

El soci¨®logo Tom¨¢s Calvo Buezas, profesor de antropolog¨ªa social en la Universidad Complutense de Madrid y ponente de las jornadas celebradas en M¨®stoles, se?al¨® que detr¨¢s de los brotes de racismo que se viven estos d¨ªas en Villaverde hay problemas reales como la droga, la delincuencia y la pobreza, informa Maite Rico.

Los brotes de racismo aparecen entre las clases menos favorecidas porque la situaci¨®n de competencia por los recursos y el espacio les golpea m¨¢s. "Las clases altas viven en fortalezas ecol¨®gicas. Los poderes p¨²blicos nunca llevar¨¢n, por ejemplo, un poblado de realojamiento de chabolistas a Pozuelo, Aravaca, Somosaguas y La Moraleja", argument¨® Calvo.