"Y esto no es lo peor"
La c¨¢rcel de mujeres de Carabanchel se abre a la prensa para refutar las denuncias del juez
"Las celdas son muy peque?as y apenas hay intimidad; pero lo peor no es eso; lo peor es la comida: hace un mes y medio, las del m¨®dulo uno hicieron un plante y tiraron las bandejas al suelo", comentaba ayer la interna Manuela S¨¢ez, de 33 a?os. Mercedes Belaustegui, directora del centro, abri¨® ayer las instalaciones del mismo a los periodistas para refutar las deficiencias denunciadas por la juez de vigilancia. Pero s¨®lo ense?¨® una parte del recinto y ¨²nicamente permiti¨® hablar a Susana y a unas cuantas internas m¨¢s, todas ellas "poco conflictivas".
La visita de los periodistas a las instalaciones femeninas de Carabanchel pareci¨®, m¨¢s que nada, un recorrido tur¨ªstico: las celdas y dependencias mostradas resplandec¨ªan como patenas. Casi todo estaba reci¨¦n pintado. Las cacerolas y sartenes de la cocina dejaban entrever recientes restregones de estropajo. Todo estaba impecablemente limpio; y los pasillos, vac¨ªos de internas. Estas se encontraban esa hora, seg¨²n explic¨® la directora, en una obra de teatro que se escenificaba en el sal¨®n de actos y que dur¨® casi el mismo tiempo que la visita.No obstante, varias internas trataron de dialogar, sin ¨¦xito, con varios periodistas rezagados. "Venid, venid; que ¨¦sta quiere hablar", indicaba en voz baja, a trav¨¦s de los barrotes, una reclusa. Sin embargo, varios funcionarios se percataron del hecho y, amablamente, sugirieron a los informadores "proseguir el itinerario".
"Hay miedo a que las internas formen un mot¨ªn aprovechando que est¨¢ aqu¨ª la prensa; por eso se ha evitado en todo momento que contacten con vosotros", explic¨® un funcionario.Deficiencias
El objetivo de Instituciones Penitenciarias era demostrar que las reclusas viven hoy, en Carabanchel, "mucho mejor que en Yeser¨ªas", la antigua c¨¢rcel de mujeres de Madrid.
Sin embargo, este peri¨®dico pudo comprobar que la mayor¨ªa de las celdas -que no miden m¨¢s de ocho metros cuadradados- siguen habitadas cada una por dos internas; que las duchas de dos de los cuatro m¨®dulos carecen a¨²n de cortinas de separaci¨®n y, por tanto, de una m¨ªnima intimidad; que los retretes de las habitaciones ni tan siquiera disponen de tapaderas y que los timbres para casos de emergencia a¨²n no est¨¢n puestos.
Pocos d¨ªas despu¨¦s de que las internas de Yeser¨ªas fuesen trasladadas a Carabanchel, Mix¨ªa del Prado Torrecilla, titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria n¨²mero 2 de Madrid, visit¨® el centro y dict¨® una resoluci¨®n en la que fijaba un periodo de dos meses, que expir¨® a finales del pasado mes de julio, para que se solventasen todas las deficiencias descritas.
"Todo lo que compete al centro, est¨¢ ya solucionado; falta por hacer lo que corresponde a la Administraci¨®n", se?al¨® ayer Mercedes Belaustegui. No obstante, dijo que la juez Torrecila se hab¨ªa ido bastante satisfecha de su visita, aunque reconoci¨® que en la mayor¨ªa de las celdas hay alojadas dos internas.
"SI est¨¢n juntas es porque ellas mismas lo piden", matiz¨® Y agreg¨®: "Desde que soy la directora, hace cuatro meses, s¨®lo he recibido unas quince peticiones de internas que desean estar solas en sus celdas". La prisi¨®n de mujeres de Carabanchel, dotada con 325 celdas, alberga en la actualidad en torno a las 500 internas. "Si hay mas internas que celdas, lo que no voy a hacer es llev¨¢rmelas a mi casa", sentenci¨® la directora ante una pregunta de los periodistas.
La reclusa Susana S¨¢ez, que a¨²n no ha sido juzgada del delito contra la salud p¨²blica que provoc¨® su internamiento, discrepa de que exista bienestar en el centro. "Hace un mes y medio vimos una rata en una de las celdas; me dijeron que hab¨ªa salido por el retrete; es increible, pero cierto", refer¨ªa Susana en una esquina del escenario en el que minutos antes hab¨ªa participado en la obra de teatro.
La mirada de esta interna era inquieta, como si temiera que alguien la escuchara.
"Ahora, nos han prohibido poner cortinas en las ventanas, con lo cual los presos de otros m¨®dulos nos pueden ver; aqu¨ª ni hay intimidad ni hay nada", asever¨® Susana. "Y para tenernos calladas con lo de la comida, ahora nos est¨¢n dejando comprar r¨ªmel y cosas de esas en el economato".
En la resoluci¨®n judicial se instaba a Instituciones Penitenciarias para que reformara los aseos que hay en el interior de las celdas, argumentando que eran "inadecuados" para la higiene femenina.
Expirado el plazo, el estado de los retretes sigue siendo indigno: las internas realizan sus necesidades fisi¨®logicas en una especie de agujero redondo tan s¨®lo separado del resto de la habitaci¨®n por un muro elevado a media altura que no impide que se vean entre ellas.
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