Los biosferanos inician su encierro de dos a?os
ENVIADO ESPECIAL A las 8.15 de la ma?ana (hora de Arizona) de ayer, bajo los rayos del sol naciente del desierto, cuatro hombres y cuatro mujeres emprendieron su viaje de dos a?os a un nuevo mundo, el de la Biosfera II. Bajo el escrutinio de docenas de periodistas de todo el mundo, cient¨ªficos y curiosos, los ocho tripulantes entraron uno por uno en el gigantesco invernadero de aluminio y cristal, saludando con los brazos en alto, y cerraron la escotilla. El segundo del equipo, Mark van Kthillo, dijo poco antes: "No puedo esperar m¨¢s el momento de entrar".
El espacio en el que vivir¨¢n durante dos a?os es el ecosistema herm¨¦ticamente cerrado m¨¢s grande del mundo. La estructura cubre un ¨¢rea de 12.300 metros cuadrados. La Blosfera II contiene siete ecosistemas diferentes o biomas- una selva tropical, una sabana, una marisma, un desierto, una granja de agricultura intensiva y un h¨¢bitat humano. El complejo sistema ecol¨®gico reciclar¨¢ el aire, agua y materias nutritivas sin ayuda exterior, manteniendo las 3.800 especies de plantas y animales que vivir¨¢n dentro.
Poco antes de encerrarse en este nuevo mundo, los ocho tripulantes -cinco estadounidenses, dos brit¨¢nicos y un belga, todos con formaci¨®n cient¨ªficaasistieron a una ceremonia de ofrecimiento al sol naciente. Un jefe indio americano, una jefa azteca y un monje budista recibieron los primeros rayos del sol des¨¦rtico mientras murmuraban sus plegarlas. Los ocho tripulantes de la Blosfera II, vestidos con sus monos de color azul marino y cuello abrochado en diagonal, formaron un c¨ªrculo con los tres participantes religiosos y unieron sus manos. Abigail Alling, directora de investigaci¨®n, coment¨® entre sollozos que la Biosfera II hab¨ªa sido construida en la tierra nativa de los americanos: "Hoy unimos el pasado y el futuro", agreg¨®.
La tripulaci¨®n est¨¢ organizada como si fuera una expedici¨®n espacial, con un capit¨¢n, la brit¨¢nica Sally Silverstone. La ¨²nica experiencia comparable fue la de los cosmonautas sovi¨¦ticos Titov y Manarov que en 1988 cumplieron un a?o justo de permanencia continuada en la estaci¨®n orbital Mir.
El horario de los biosferanos consistir¨¢ en cuatro horas al d¨ªa para mantenimiento y agricultura, otras cuatro para investigaci¨®n cient¨ªfica y observaciones del ecosistema, y el resto del d¨ªa como tiempo personal. La tripulaci¨®n dispondr¨¢ de tel¨¦fono, radio, televisi¨®n, ordenador y videopantallas para comunicarse con el exterior. El h¨¢bitat humano tambi¨¦n tiene un gimnasio, un observatorio con un peque?o telescopio, y una biblioteca. Cada tripulante dispone de un d¨²plex de 36 metros cuadrados.
De su granja intensiva los biosferanos podr¨¢n extraer no s¨®lo alimentos como arroz, patatas y pl¨¢tanos, sino fibra para ropa y otros usos. La dieta animal se reducir¨¢ a especies dom¨¦sticas, como la cabra pigmea africana, el cerdo de Ossabaw y el pollo, adem¨¢s de pescado.
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