Su¨¢rez pierde el congreso del partido que fund¨®
JUAN G. IB??EZ / ANABEL D?EZ La elecci¨®n del eurodiputado Rafael Calvo Ortega como nuevo presidente nacional del CDS y del diputado Antonio Fern¨¢ndez Teixid¨® como secretario general, supuso ayer para Adolfo Su¨¢rez una rotunda desautorizaci¨®n por parte del partido que fund¨® al resultar derrotadas las candidaturas que ¨¦l hab¨ªa auspiciado. Tanto Ra¨²l Morodo, que hab¨ªa recibido el apoyo p¨²blico de Su¨¢rez 24 horas antes de comenzar el congreso, como Rosa Posada, candidata a la secretar¨ªa general en el equipo de Morodo, no consiguieron el respaldo de la militancia. El ostensible deseo de las bases de castigar al aparato del partido y la ausencia de cualquier coordinaci¨®n organizativa determinaron un resultado de la m¨¢xima heterogeneidad e incluso contradicci¨®n.
Las votaciones convirtieron en presidente a Rafael Calvo Ortega, que no contaba con el apoyo de Su¨¢rez; invistieron como secretario general a Antonio Fern¨¢ndez Teixid¨®, que hab¨ªa formado una candidatura rival, y constituyeron una asamblea nacional integrada por representantes de la l¨ªnea oficial, que fracas¨® en la pugna por la presidencia y la secretar¨ªa general. Para culminar la confusi¨®n -reconocida como tal por Fern¨¢ndez Teixid¨®, y calificada como "caos" por Morodo- las ideas que tendr¨¢n que poner en marcha son las recogidas en una ponencia que no hab¨ªa elaborado ninguno de ellos, y que es obra de un militante de Murcia hasta ahora desconocido, Jos¨¦ Muelas.En la elecci¨®n para presidente Calvo Ortega consigui¨® 445 votos, frente a los 339 de Ra¨²l Morodo. Para la secretar¨ªa general, la votaci¨®n arroj¨® resultados muy parejos: Fern¨¢ndez Teixid¨® logr¨® 290 votos; Rafael Arias Salgado, 279, y Rosa Posada, 222.
Conscientes de este complicado desenlace de un congreso que ten¨ªa por objetivo relanzar el partido, el nuevo presidente y el secretario general del CDS hicieron anoche todo lo posible por convencer de que la convivencia entre dirigentes ser¨¢ pac¨ªfica y la gobernaci¨®n del partido, posible. Pocas horas despu¨¦s de haber defendido modelos de partido diferentes, Calvo Ortega y Fern¨¢ndez Teixid¨® apelaron a sus buenas relaciones personales para argumentar que el entendimiento y la eficacia son factibles.
Ambos reconocieron la urgencia de conversar hoy mismo con los dem¨¢s sectores para intentar una verdadera integraci¨®n y preservar la unidad.
Pero entre los derrotados, pr¨®ximos a Su¨¢rez, no hab¨ªa lugar para el optimismo. Bien es verdad que tanto la intervenci¨®n de Ra¨²l Morodo como la de Rosa Posada no hab¨ªan conseguido persuadir a los compromisarios de que ellos iban a infundir la renovaci¨®n necesaria.
El futuro de Su¨¢rez
Muchos compromisarios deploraron abiertamente que Su¨¢rez, tras haberse inhibido del debate sobre su sucesi¨®n durante cuatro meses, transmitiese en un lac¨®nico comunicado en la v¨ªspera del congreso que su elegido era Ra¨²l Morodo. El ya ex l¨ªder del CDS ni siquiera acudi¨® ayer al final del congreso y se limit¨® a felicitar por tel¨¦fono a Calvo Ortega.
El fracaso personal cosechado este fin de semana, que se suma al de las municipales del pasado mayo y que le llev¨® a dimitir entonces como presidente del CDS, deja a Su¨¢rez un escaso margen para continuar en la vida partidista. Aunque personas allegadas al ex presidente del Gobierno aseguran que no abandonar¨¢ su esca?o de diputado en este momento, tampoco descartan que lo haga m¨¢s adelante.
Los nuevos dirigentes no hab¨ªan decidido ayer qui¨¦n debe ser el portavoz del grupo centrista en el Congreso, si bien, en virtud de los estatutos del partido, Fern¨¢ndez Teixid¨® ocupar¨¢ la presidencia del grupo parlamentario. Calvo Ortega hab¨ªa barajado en sus previsiones iniciales los nombres de Rafael Arias Salgado y de Joaqu¨ªn Abril Martorell para la portavoc¨ªa. Tras su fracaso de ayer, Arias Salgado asegur¨® que la nueva direcci¨®n puede contar con su apoyo y ayuda, a la vez que atribuy¨® la "dispersi¨®n de los resultados" a la torpeza del aparato del partido. El ex secretario general, Jos¨¦ Ram¨®n Caso, formar¨¢ parte del nuevo comit¨¦ ejecutivo nacional como vocal, seg¨²n el escrutinio provisional de la lista abierta de candidatos para ese organismo. Tambi¨¦n fueron repescados para la ejecutiva por este sistema, Morodo, Arias Salgado y Rosa Posada.
El ¨¦xito de Calvo Ortega era relacionado ayer por personas de su entorno con la firmeza en sus ideas y la "lealtad" con quienes le apoyaron para acceder a la presidencia del partido y terminar con la trayectoria zigzagueante y la ambig¨¹edad del CDS.
Y ahora,qu¨¦
J. G I. / A. D., Cierta esquizofrema ha caracterizado este congreso de los centristas, donde los deseos de acabar con el aparato se han mezclado con el temor de los aspirantes a ocuparse de una fuerza pol¨ªtica que adem¨¢s de ir decreciendo en apoyo electoral tiene las arcas m¨¢s que vac¨ªas.
"Ya ver¨¢ el temblor de piernas que va a tener ma?ana [hoy para el lector] el que llegue a O'Donnell", auguraba un miembro de la antigua direcci¨®n en referencia a la ocupaci¨®n del sill¨®n que hasta ahora correspond¨ªa a Jos¨¦ Ram¨®n Caso en la sede cental del CDS en esa calle madrile?a. Las referencias a la situaci¨®n econ¨®mica que se hacen desde dentro son mas que pavorosas: se habla de varios miles de millones en deudas, que empez¨® simult¨¢neamente con el declive electoral en los comicios europeos de junio de 1989.
"Ahora el que llegue tendr¨¢ que empezar a recibir a los acreedores y pedir audiencia a los presidentes de los bancos", comentaban en tono un tanto revanchista quienes acababan de perder su puesto ejecutivo en el partido.
La incertidumbre se extend¨ªa tambi¨¦n al terreno pol¨ªtico y organizativo, por la reacci¨®n de los cargos p¨²blicos en ayuntamientos y comunidades aut¨®nomas disconformes con los resultados del congreso.
El cuadro se completaba con las dificultades para gobernar el grupo parlamentario en el que conviven partidarios de las tres candidaturas presentadas. Cuando a¨²n no se conoc¨ªa el resultado final, varios presidentes regionales proclamaban su Intenci¨®n de formar partidos de car¨¢cter regionalista y algunos concejales castellanos hablaban en voz alta de pedir su ingreso en el PSOE.
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