La gran ciudad, enferma de muerte
Las urbes occidentales deshumanizadas pierden su lugar en el coraz¨®n de la sociedad
El escritor y cr¨ªtico musical Moncho Alpuente, de 43 a?os, se propuso desde 1988, y as¨ª lo hizo, encontrar fuera de Madrid "otro ritmo de vida" y una forma de trabajo m¨¢s tranquila. Alpuente es una de las casi 325.000 personas que en los ¨²ltimos cinco a?os han abandonado esta gran ciudad para vivir fuera. No han tenido tanta suerte Carmen Delgado, empleada de hogar, de 21 a?os, y Jes¨²s Gonz¨¢lez, instalador de tel¨¦fonos, de 24, pareja a punto de casarse a quienes el alto precio de la vivienda en el centro de Madrid les expulsa a Parla, en la periferia.
Lo que sucede en Madrid es s¨®lo un ejemplo de lo que est¨¢ pasando tambi¨¦n en Barcelona (tiene casi 200.000 habitantes menos que hace 10 a?os) y en otras muchas ciudades de los pa¨ªses avanzados. Lo dicen las estad¨ªsticas y lo explican los expertos. Mientras crecen los habitantes de ciudades del Sur (al menos en Espa?a, seg¨²n los datos del ¨²ltimo censo) y del Tercer Mundo, huyen de las ciudades los habitantes de pa¨ªses desarrollados.La mitad de la poblaci¨®n mundial pr¨¢cticamente vive en las ciudades y en su entorno", se?ala Tom¨¢s Jim¨¦nez Araya, dem¨®grafo consultor de las Naciones Unidas, "pero la vida es muy diferente en ellas seg¨²n se encuentren en un hemisferio demogr¨¢fico avanzado o en v¨ªas de desarrollo" "En Occidente, el modelo de vida urbana fue el crisol de la modernidad en los a?os cincuenta y sesenta, pero ahora ya no existen en las ciudades posibilidades de vida comunitaria. Se han convertido en junglas donde mucha gente sobrevive a la pobreza, al envejecimiento de la poblaci¨®n, a la degradaci¨®n del centro y sobre todo a los precios prohibitivos de las viviendas".
Enferma cr¨ªtica
Seg¨²n un reciente estudio de la revista Newsweek, el 32% de los americanos vive en las ciudades, pero s¨®lo el 13% las consideran como el lugar m¨¢s deseado para vivir; el 37% de los encuestados, urbanos o rurales, consideran que las ciudades se encuentran enfermas o en estado cr¨ªtico, y el 79% piensa que salvar las ciudades deber¨ªa ser una prioridad para los gobernantes."El problema b¨¢sico es que las ciudades son cada vez menos funcionales", dice Daniel Mandelker, especialista en planificaci¨®n urbana, profesor de la Universidad Washington de St. Louis. "Hay algunas ciudades, como Nueva York, San Francisco y puede ser que Boston, que est¨¢n redefiniendo su papel, pero el resto est¨¢ perdiendo su plaza en la sociedad. Parece que ya no las necesitamos", a?ade el experto planificador.
Javier Canfr¨¢n, de 40 a?os, funcionario de la Administraci¨®n central y residente en Madrid, como otras 2.909.721 personas, vino a la capital desde Getafe hace muchos a?os arrastrado por su padre. Vive en la zona de la plaza Mayor, con su mujer y un ni?o de tres meses, y est¨¢ buscando la oportunidad para marcharse: ."Salgo a la calle y no hay aceras adecuadas para los ni?os, no hay espacios. Vas a un parque y te encuentras con las cacas de los perros o, lo que es peor, con jeringuillas de drogadictos; los coches se han comido el espacio vital, la contaminaci¨®n es muy fuerte y nadie soporta el ruido".
"La contaminaci¨®n del medio ambiente en las ciudades puede pesar a la hora de tomar la decisi¨®n de abandonarlas", se?ala Jos¨¦ Manuel Freire, ex consejero de Sanidad del Gobierno vasco y asesor del ministro de Sanidad. "Hay un programa de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud sobre ciudades saludables en el que se deja clara la necesidad de dotar a las ciudades de una mayor calidad de vida. Nos encontramos con ciudades como Atenas o Ankara en las que una boina de sulfuro hace dif¨ªcil la existencia. En otras ciudades, como Bilbao, se ha demostrado que existe incluso una sobremortalidad masculina debido a la contaminaci¨®n ambiental y del entorno del trabajo".
Efectos del ruido
Los especialistas aseguran que el ruido altera la salud f¨ªsica y ps¨ªquica de las personas, produce perturbaciones del sue?o, estados de tensi¨®n y cansancio y enfermedades de tipo nervioso y cardiovascular. Seg¨²n la Direcci¨®n General ¨¢el Medio Ambiente, una exposici¨®n continua de m¨¢s de ocho horas a m¨¢s de 70 decibelios afecta gravemente a la salud. En muchas zonas, Madrid supera los 80 decibelios que la OCDE estima como el m¨¢ximo soportable.Y, a pesar de todo, quienes han huido a vivir fuera de las ciudades contin¨²an us¨¢ndolas en distintos niveles de intensidad. Antonio Gragera, de 36 a?os, ilustrador, ha vivido casi toda su vida en Vallecas, pero desde el pasado 1 de agosto se ha instalado con su mujer y sus dos hijos, de 9 y de 11 a?os, en Montijo (Badajoz), desde donde viaja una vez a la semana a Madrid "para entregar algunos de mis trabajos y para aprovecharme de los actos culturales. Cuando trabajas aqu¨ª tienes de todo, pero no puedes disfrutar de nada".
Un caso parecido es el de Moncho Alpuente, quien vive en Segovia y se traslada en transporte p¨²blico -"no tengo autom¨®vil"- a Madrid. "Antes llevaba una vida muy agitada, con comparecencias p¨²blicas, presentaciones, estrenos... Ahora tengo m¨¢s tiempo hago m¨¢s cosas, y disfruto m¨¢s de Madrid".
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