EE UU ofrece la ciudadan¨ªa a quien invierta un mill¨®n de d¨®lares en el pa¨ªs
Si alguien ten¨ªa dudas sobre el poder del dinero en Estados Unidos, las autoridades de inmigraci¨®n norteamericanas han puesto las cosas en su sitio. La nueva Ley de Inmigraci¨®n que se pone en pr¨¢ctica ma?ana, jueves, incluye 10.000 visados para aquellas personas que inviertan en EE UU un mill¨®n de d¨®lares (unos 105 millones de pesetas). De momento, las autoridades norteamericanas han recibido 100 solicitudes de otros tantos millonarios deseosos de tener la ciudadan¨ªa norteamericana.Conseguir la carta verde -permiso de trabajo-, que no es verde, dicho sea de paso, es el sue?o de miles de inmigrantes extranjeros que llegan a este pa¨ªs a?o tras a?o. La green card es el primer requisito para poder aspirar a la ciudadan¨ªa. Las nuevas regulaciones de Inmigraci¨®n permiten a los millonarios del mundo acceder al permiso de trabajo de forma autom¨¢tica y aspirar a convertirse en ciudadanos estadounidenses a corto plazo.
El Servicio de Inmigraci¨®n y Naturalizaci¨®n de EE UU espera que la nueva medida, incluida en el Acta de Inmigraci¨®n de 1990, atraer¨¢ especialmente a asi¨¢ticos, y sobre todo a los ciudadanos ricos de Hong-Kong, preocupados con la idea de vivir bajo el r¨¦gimen comunista de Pek¨ªn a partir de 1997.
Australia y Canad¨¢
La experiencia no es nueva. En 1982 ya se aplic¨® un acta similar con Australia, y en 1986 con Canad¨¢. Los nuevos norteamericanos procedentes de Australia tuvieron que pagar s¨®lo 125.000 d¨®lares (unos 13 millones de pesetas), pero generaron un volumen de negocio, s¨®lo en 1990, de 1.300 millones de d¨®lares. Con el caso de Canad¨¢ se recaudaron 3.000 millones de d¨®lares. La cuota canadiense es de 220.000 d¨®lares (poco m¨¢s de 23 millones de pesetas).Estas cifras y este sistema, que parece implantarse ahora con fuerza, han provocado reacciones entre los abogados que se dedican a solicitar visados de residencia y permisos de trabajo para aquellas personas a las que llegar a EE UU y tener la carta verde es pr¨¢cticamente una cuesti¨®n de vida o muerte. Algunos legisladores tambi¨¦n se han quejado. El senador Dale Bumpers, un dem¨®crata de Arkansas, cree que no se "puede permitir que nadie se convierta en norteamericano por el simple hecho de tener un mill¨®n de d¨®lares".
Los republicanos, sin embargo, tienen otra idea sobre la medida. "El negocio de Am¨¦rica es el negocio", afirma Phil Gramm, senador republicano de Tejas, el cual piensa que "Inmigraci¨®n no est¨¢ vendiendo visados, est¨¢ promoviendo inversiones y creando puestos de trabajo en EE UU". Los empresarios que se han acogido a este plan recibir¨¢n un visado provisional de dos a?os que se convertir¨¢ en carta verde. Tres a?os despu¨¦s ser¨¢n, ante la ley, tan americanos como George Bush. Su ¨²nico derecho restringido ser¨¢ alcanzar la presidencia del pa¨ªs, reservado s¨®lo a los nacidos en EE UU.
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