Mejorar, no privatizar, la sanidad
Considera el articulista que la pol¨¦mica en tomo a la privatizaci¨®n, o no, de la sanidad P¨²blica no se ajusta a la realidad ya que no existe intenci¨®n pol¨ªtica de privatizarla. Expone, en cambio, la conveniencia de mejorar el funcionamiento de la sanidad p¨²blica, incorporando instrumentos de gesti¨®n empresarial.
La Ley General de Sanidad fue aprobada en 1986, poco antes de finalizar la primera legislatura socialista. A pesar de la importante oposici¨®n generada en algunos sectores, la Ley General de Sanidad opta; de entre los distintos modelos organizativos de la sanidad, por aquel que mejor garantiza los principios de equidad y solidaridad: el Sistema Nacional de Salud, que integra todos los servicios sanitarios p¨²blicos gestionados por el Estado y las comunidades aut¨®nomas. Todos los ciudadanos tienen garantizado el acceso a estos servicios, que son financiados por ingresos p¨²blicos mediante impuestos y cotizaciones.La consideraci¨®n del acceso a la sanidad p¨²blica como un derecho universal, unida a una financiaci¨®n, gesti¨®n y patrimonio p¨²blicos, hace del Sistema Nacional de Salud un modelo equiparable al de los pa¨ªses occidentales con sistemas sanitarios m¨¢s solidarios.
Desde la publicaci¨®n de la Ley General de Sanidad se ha avanzado notablemente en la consolidaci¨®n de nuestro Sistema Nacional de Salud. En el breve periodo comprendido entre 1986 y 1990 se ha extendido la cobertura de asistencia sanitaria de la Seguridad Social a 2,5 millones m¨¢s de personas, incrementando el gasto por persona protegida en m¨¢s de un 30%. En la actualidad, el 99% de la poblaci¨®n tiene cobertura de asistencia sanitaria p¨²blica, siendo el resto aquellas personas que, no perteneciendo a la Seguridad Social, tienen recursos econ¨®micos suficientes. Asimismo, el porcentaje de gasto sanitario p¨²blico sobre el total se ha incrementado, hasta ser del 77%, igual al de la med¨ªa de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados.
Los datos aportados demuestran de forma incuestionable la decidida voluntad pol¨ªtica para desarrollar y potenciar el sistema sanitario p¨²blico. A pesar de ello se ha suscitado un debate que tiene como sustrato la falsa imputaci¨®n al Gobierno de querer hacer exactamente lo contrario a la pol¨ªtica desarrollada hasta este momento. Existe, pues, un claro equ¨ªvoco que, a veces de forma intencionada, confunde la necesidad de mejorar la sanidad p¨²blica con su privatizarla.
En contraposici¨®n a los logros alcanzados, el Sistema Nacional de Salud tiene importantes problemas que son comunes a los descubiertos en otros pa¨ªses con sistemas sanitarios similares. Entre estos problemas pueden citarse el de las listas de espera (por ejemplo, en el Reino Unido hay m¨¢s de 700.000 pacientes en lista de espera; en Canad¨¢ existen demoras de m¨¢s de tres a?os para algunas intervenciones), la pobre capacidad de adaptaci¨®n de los servicios a las preferencias individuales (ausencia de libertad de elecci¨®n de m¨¦dico) o la escasa eficiencia en la gesti¨®n de los recursos.
Los problemas mencionados son causa de insatisfacci¨®n, lo que disminuye la confianza y el soporte de la poblaci¨®n hacia el sistema sanitario p¨²blico. De hecho, seg¨²n los datos de las encuestas de opini¨®n, m¨¢s del 75% de la poblaci¨®n espa?ola desea que se introduzcan importantes cambios en la sanidad p¨²blica.
La inhibici¨®n frente a los problemas es, desde el punto de vista pol¨ªtico, la alternativa m¨¢s conservadora. El progresivo deterioro de los servicios y su paulatina deslegitimaci¨®n introducen en el debate sobre la sanidad la sugerencia de transferir su gesti¨®n al sector privado.
Desestimado
La privatizaci¨®n de la sanidad ha sido descartada p¨²blicamente por el ministro de Sanidad y Consumo en cuantas ocasiones ha sido interrogado sobre este aspecto. La negativa a privatizar la sanidad no se basa en fundamentalismo alguno, sino en la convicci¨®n, sustentada por las comparaciones internacionales, de que los sistemas sanitarios con mayor participaci¨®n del sector privado generan m¨¢s desigualdades, oponen mayores dificultades a la introducci¨®n de pol¨ªticas de salud e incluso son menos. eficientes en el control del gasto; esto es, producen resultados contrapuestos a la pol¨ªtica sanitaria socialista. A pesar de ello existen sectores interesados en la privatizaci¨®n de la sanidad que mantienen una estrategia basada en exagerar las disfunciones de los servicios sanitarios p¨²blicos y alentar su privatizaci¨®n; a veces, desde la te¨®rica defensa de la sanidad p¨²blica, se puede estar colaborando torpemente con esta estrategia.
Si la inhibici¨®n no es alternativa v¨¢lida, como tampoco lo es la privatizaci¨®n de la sanidad, se deben plantear las medidas m¨¢s adecuadas para mejorar el funcionamiento de los servicios. El ministro de Sanidad y Consumo ha se?alado las estrategias de mejora del Sistema Nacional de Salud: por una parte, se trata de Introducir en el funcionamiento de los servicios p¨²blicos de salud instrumentos de gesti¨®n empresarial que faciliten su orientaci¨®n hacia las demandas de los usuarios; por otra, se desarrollar¨¢n mecanismos de competencia entre los servicios p¨²blicos.
La estrategia de mejora del Sistema Nacional de Salud mantiene la titularidad p¨²blica de los servicios sanitarios. La configuraci¨®n de los servicios de salud como organismos p¨²blicos con un funcionamiento empresarial es posible que haya podido ser mal interpretada en el sentido de privatizar la sanidad. Esta confusi¨®n equivale a afirmar que Radiotelevisi¨®n Espa?ola o la Caja Postal, que son empresas p¨²blicas, son entidades privadas con ¨¢nimo de lucro.
Las mejoras a introducir en el Sistema Nacional de Salud no deben quedarse en su formulaci¨®n te¨®rica, pues tienen indicadores claros para medir su eficacia. La disminuci¨®n de los tiempos de espera y la libre elecci¨®n de m¨¦dico son dos de los objetivos del Ministerio de Sanidad.
Se trata de mejorar, que no privatizar, el funcionamiento de la sanidad p¨²blica. Una vez superado el falso debate suscitado es preciso que la Administraci¨®n cuente con la colaboraci¨®n de todos los agentes implicados para, mejorar el funcionamiento del Sistema Nacional de Salud, lo que significa aprovechar mejor los recursos disponibles para contribuir, desde la sanidad p¨²blica, a mejorar los niveles de salud, disminuir las desigualdades sociales y poner los recursos p¨²blicos al servicio de los intereses de los ciudadanos.
Javier Elola Somoza es director general de Planificaci¨®n y Coordinaci¨®n del Ministerio de Sanidad.
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