De las playas id¨ªlicas a la droga y la marginaci¨®n

El barrio de la Malva-rosa, situado junto al mar y en el extremo norte de la ciudad de Valencia, se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en un n¨²cleo de marginaci¨®n. De antiguo barrio marinero y reducto de veraneo de la burgues¨ªa valenciana, la Malvarosa ha pasado a ser uno de los principales escenarios del tr¨¢fico de drogas en la ciudad.Aunque, en su conjunto, el barrio re¨²ne a 17.000 habitantes de la m¨¢s variada extracci¨®n social, con trabajadores, profesionales y comerciantes, en la zona de las llamadas casitas rosas, situadas en el extremo norte de la Malva-rosa, se concentra una poblaci¨®n marginada, en gran parte dedicada, seg¨²n los vecinos, al tr¨¢fico y consumo de estupefacientes, que ha contribuido sensiblemente a aumentar el ¨ªndice de inseguridad ciudadana en toda la zona. Esta poblaci¨®n marginal se ha sumado a unos habitantes de escasos recursos econ¨®micos que ahora ven condicionada su existencia diaria por la presencia de traficantes y drogadictos.

El barrio de la Malva-rosa ten¨ªa hasta hace escasos a?os tintes id¨ªlicos. Era el escenario de las pinturas de Joaqu¨ªn Sorolla, de las novelas de Vicente Blasco Ib¨¢?ez -que habitaba un chal¨¦ junto a una playa famosa por sus limpias arenas, sus n¨ªtidas aguas y sus restaurantes- y el escape veraniego de una burgues¨ªa valenciana que, sin embargo, fue abandonando poco a poco la zona, curiosamente, a partir de su absorci¨®n por la ciudad de Valencia. Una iniciativa, que en teor¨ªa deber¨ªa haber contribuido a potenciar esta parte de la ciudad se convirti¨®, sin embargo, en un acicate para su degradaci¨®n y para hacer realidad el t¨®pico de "Valencia vive de espaldas al mar".

D¨¦cadas de olvido

La Malva-rosa ha sufrido desde hace d¨¦cadas los efectos de la indiferencia de la ciudad frente a su fachada mar¨ªtima, que se ha traducido en una degradaci¨®n general que ha modificado sensiblemente su paisaje. S¨®lo en los ¨²ltimos a?os, con la redacci¨®n del proyecto del paseo mar¨ªtimo y de los deseos del Ayuntamiento de recuperar para Valencia esa zona, como balc¨®n al mar de una urbe necesariamente relacionada con el Mediterr¨¢neo, se han alzado voces que reclaman mayor atenci¨®n para la Malva-rosa como uno de los principales escaparates de la ciudad que exigen ser recuperados.

Sin embargo, los proyectos de recuperaci¨®n topan con una dificil realidad, con d¨¦cadas de olvido que han creado guetos como el de las casitas rosas y con una estructura social y econ¨®mica que supone un dif¨ªcil reto para lograr el objetivo que se ha marcado el Ayuntamiento de Valencia.

Esa dif¨ªcil realidad, esa diaria lucha con unas condiciones ambientales cada d¨ªa m¨¢s insoportables para los habitantes de la Malva-rosa est¨¢n en el origen de los incidentes.

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