Bas¨ªlica de la Merced

En la bas¨ªlica de la Merced, en Azca, haci¨¦ndole la competencia en altura a los rascacielos ocupados por los yuppies, los padres de estos j¨®venes urbanos tambi¨¦n van a misa.La bas¨ªlica tiene capacidad para 1.500 personas, y ese domingo, ya las nueve, registraba tres cuartos de entrada. Los fieles llegan un poco tarde y se agolpan sobre todo en los bancos traseros. El cura dice: "No est¨¢ bien que el hombre est¨¦ solo". A las preguntas sobre el divorcio que le formulan los ap¨®stoles, Jes¨²s responde con otra: "?Qu¨¦ dice Mois¨¦s?". Al parecer, Mois¨¦s permit¨ªa el divorcio, como lo permite ahora la ley, "pero Jes¨²s", apostilla el p¨¢rroco, "tambi¨¦n dej¨® dicho que divorciarse para casarse luego con otra persona es adulterio".

Al p¨¢rroco lo escuchan j¨®venes quincea?eras enfundadas en pantalones vaqueros que cuestan quince mil pesetas. "El matrimonio es la uni¨®n de dos carnes en una sola, luego es algo indisoluble", contin¨²a. El p¨¢rroco recurre al amor para solucionar las diferencias entre la pareja. Para concluir vuelve al siglo XX, "casi al XXI", y formula otra pregunta: "?Es l¨ªcito el divorcio?". Respuesta: "Entre los cristianos no deber¨ªa haber dudas... No". Despu¨¦s se pas¨® el cesto para subvencionar obras en la parroquia.