Aires de fiesta espa?ola despiden Francfort
La muestra se cierra con una sombra de crisis en la edici¨®n internacional
ROSA MORA ENVIADA ESPECIAL, La 43? edici¨®n de la Feria del Libro de Francfort se despide hoy con aires de fiesta espa?ola. Editores y escritores se van contentos, aunque todos perciben con preocupaci¨®n una sombra de crisis que planea sobre el mundo de la edici¨®n a nivel internacional. El ¨¦xito de la presencia espa?ola en Francfort ha sorprendido a la propia empresa, y lo que en principio se intu¨ªa como un de Espa?a para los espa?oles, se ha convertido en un de Espa?a para los alemanes.
Aseguran los m¨¢s viejos del lugar que la presencia espa?ola en Francfort ha sido un ¨¦xito completo. Nadie se atreve a decir si eso se traducir¨¢ en ventas, pero lo cierto es que Francfort parec¨ªa la capital de Espa?a. Escaparates llenos de libros espa?oles traducidos al alem¨¢n; importante asistencia de los ciudadanos alemanes a todos los actos, dentro y fuera de la feria, siempre que contaran con escritores espa?oles. Menos ¨¦xito de las exposiciones, aunque todos coinciden en afirmar que la muestra Picasso, Mir¨®, Dal¨ª y los or¨ªgenes del arte contempor¨¢neo en Espa?a es magn¨ªfica.En el terreno comercial, la adquisici¨®n de la nueva novela, a¨²n no escrita, de Stephen King por parte de Grijalbo, con una cifra multimillonaria de 40 millones de pesetas, fue la comidilla el s¨¢bado, ¨²ltimo d¨ªa real de la feria. Y tambi¨¦n lo fue el muy pr¨®ximo libro de relatos de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez o la nueva traducci¨®n de Carmen Romero (una novela feminista que est¨¢ a punto de sacar Versal de la italiana Anna Bauti, esposa del cr¨ªtico Roberto Longhi y fallecida en 1986, titulada Artemisia Gatisleschi). Por otra parte, el escritor y ex ministro de Cultura espa?ol, Jorge Sempr¨²n, hizo ayer en la iglesia de San Pablo de la ciudad la laudatoria del Premio de la Paz de los libreros de este a?o, concedido al escritor h¨²ngaro Gyoergy Konrad.
El pol¨¦mico pabell¨®n espa?ol ha gustado m¨¢s a los alemanes que a los espa?oles. S¨¢bado y domingo, abierta la feria al p¨²blico en general, estuvo hasta los topes. Y no hay duda, algo m¨¢s que los cortinajes-capotes, o la arena, o los libros le ha dado carta de profunda espa?olidad: el olor; un olor que sorprend¨ªa a los extranjeros y que los espa?oles identificamos r¨¢pidamente: el olor a la tortilla de patatas. Proced¨ªa de la Taberna del Alabardero, y llegaba hasta las mism¨ªsimas escaleras que conducen a la parte comercial de la feria.
El pabell¨®n espa?ol se ha mantenido en el candelero hasta el final. El ¨²ltimo en opinar fue el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, que pas¨® como una centella ayer en visita privada. Pujol dijo que le hab¨ªan contado tantas pestes del invento que, visto de cerca, no le parec¨ªa tan mal. "Estoy un poco desconcertado", afirm¨®, "y no me atrevo a decir si me gusta o no me gusta. La verdad es que es muy pol¨¦mico. Yo lo habr¨ªa hecho diferente".
Para el director general del Libro y Bibliotecas, Federico Ib¨¢?ez, el pabell¨®n espa?ol ha triunfado en toda l¨ªnea. Prueba de ello, dijo, es que ya lo han solicitado para representar a Espa?a en la Feria del Libro de Bogot¨¢. Se har¨¢n, no obstante, algunas correcciones, explic¨®. As¨ª, por ejemplo, se evitar¨¢, se?al¨®, que la arena se escape de su sitio y produzca sonidos desagradables.
Doble Buchmesse
Los periodistas alemanes cuentan que este a?o no ha habido una sola Buchmesse, sino dos: Ministerio de Cultura y Generalitat han rivalizado en exposiciones, presentaciones y actuaciones, incluso en las bolsas de papel que se regalaba al personal: con los colores mironianos y el Quevedo de Arroyo, la del ministerio; con un sobrio rosa, la de la Generalitat. Ante tanta opulencia se ha notado la ausencia de vascos y gallegos.
Programas aparte, los que han triunfado de verdad son los escritores. A Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n le paraban por la calle para pedirle aut¨®grafos, y su serie de Carvalho, traducida al alem¨¢n, ocup¨® uno de los mejores escaparates de la importante editorial Rowohlt. De Mendoza se dijo que es el nuevo Umberto Eco, y su novela La ciudad de los prodigios es equiparada a El hombre de la rosa. Los alemanes han asistido con entusiasmo a lecturas de obras, tertulias literarias y, sobre todo, a los debates programados en la feria.
De los casi 80 escritores que el ministerio ha enviado a Alemania, los que no han participado directamente en los actos de la feria han hecho bolos, con tanto ¨¦xito de audiencia como en Francfort, por diversas ciudades alemanas. Y seguir¨¢n haci¨¦ndolos, porque aunque la feria acaba hoy, La hora de Espa?a, como la Buchmesse ha bautizado la presencia espa?ola, contin¨²a a¨²n durante algunas semanas.
Escritores y editores se han ido contentos. Unos, por la excelente acogida que han tenido; los otros, por sus negocios y sobre todo por la ocasi¨®n ¨²nica de encontrarse con colegas de todo el mundo. Contentos por el hoy, pero preocupados por el futuro. ?Qu¨¦ pasar¨¢ en 1992? Con tantas fiestas y festejos ?habr¨¢ espacio para el libro? Y en 1993, ?qu¨¦ pasar¨¢ con el mercado ¨²nico? ?Y en Espa?a? El deseo es un¨¢nime: que disminuyan los t¨ªtulos y aumenten las tiradas, y sobre todo que se racionalicen las librer¨ªas y la distribuci¨®n. M¨¢s que un deseo es un ruego: que el libro consiga estar m¨¢s de dos meses en la librer¨ªa. Cuando todo esto ocurra, si es que ocurre, ser¨¢ la aut¨¦ntica fiesta de las letras espa?olas.
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