Un 'asesino solitario' mata a tiros a 22 personas en un pueblo de Tejas
Una matanza escalofriante cometida por un ser an¨®nimo en uno de esos parajes aislados del centro de Tejas, con un horizonte de ranchos y polvo, estremeci¨® ayer a este pa¨ªs. Al menos 22 personas murieron en una cafeter¨ªa de la ciudad de Killeen a manos de un hombre que se suicid¨® despu¨¦s en los lavabos del mismo establecimiento. Se trata de la mayor tragedia de estas caracter¨ªsticas ocurrida en Estados Unidos.
Los primeros relatos del crimen, todav¨ªa confusos y contradictorios, hablan de una de esas matanzas absurdas t¨ªpicamente norteamericanas cometidas por un loco que quiso arrastrar con ¨¦l hacia la muerte a todos los (que encontr¨® en su camino.El asesino parec¨ªa querer repetir aquellas escenas protagonizadas por los matones del western en esas mismas tierras. Alrededor de la una de la tarde de un d¨ªa luminoso y todav¨ªa caluroso irrumpi¨® a bordo de su furgoneta azul en la cafeter¨ªa Luby's de Killeen, Tejas, a unos 250 kil¨®metros de Dallas, cuando algunos trabajadores com¨ªan sus sandwiches del mediod¨ªa y unas pocas se?oras de edad gastaban sus horas.
Los testimonios son terminantes. "El hombre sali¨® del cami¨®n y dijo: 'Esto es lo que me ha hecho el condado de BeIl", declar¨® Sheldon Smith, un vecino que se hallaba en el restaurante. "Cuando empez¨® a abrir fuego, lo hizo sobre un hombre al que hab¨ªa atropellado con su cami¨®n y que intentaba levantarse. Entonces apunt¨® hacia las personas que hac¨ªan cola ante la caja y dispar¨® a discreci¨®n", a?adi¨® Smith.
Desde el mismo asiento de su veh¨ªculo -uno de esos autom¨®viles de grandes ruedas y potentes luces que asustan con su Sola presencia- dispar¨® su pistola autom¨¢tica "a tanta velocidad como le permit¨ªa el gatillo", seg¨²n cont¨® uno de los testigos.
Se tom¨® tiempo. Con la frialdad del que cree matar por designio divino, emple¨® entre veinte y treinta minutos en dejar sin vida a todos cuantos se cruzaron en su vista. Recorri¨®, al parecer, el establecimiento durante unos minutos para rematar su obra y entr¨® despu¨¦s en los lavabos del local, donde, sin saberse por qu¨¦ necesit¨® ese momento de intimidad, se dispar¨® un tiro en la cabeza. Una ¨²ltima versi¨®n sin confirmar indica que el asesino pudo haber sido alcanzado desde fuera por una bala de la polic¨ªa.
Asistencia m¨¦dica
Seg¨²n informes de la polic¨ªa el asesino, de unos 30 a?os, empu?aba una pistola autom¨¢tica de nueve mil¨ªmetros que carga 17 tiros y fue recargada varias veces.
Desde la cercana base militar de Fort Hood llegaron las primeras ambulancias y m¨¦dicos para atender a la veintena de heridos que el criminal dej¨® en su rastro. Los gritos y la histeria general, hicieron muy dif¨ªcil en un principio calcular con exactitud la magnitud de la matanza.
S¨ª qued¨® claro desde el comienzo que nadie recuerda nada de estas proporciones en este pa¨ªs desde que en, 1984, en el McDonalds de San Ysidro, Califorma, el veterano de la guerra de Vietnam James Huberty, vestido con ropa de combate, pusiera fin a la vida de 21 personas que com¨ªan hamburguesas. Huberty fue abatido por las balas policiales. El saldo de ayer es escalofriante, por mucho que Estados Unidos haya sido con frecuencia escenario de este tipo de asesinatos m¨²ltiples.
Tambi¨¦n en Tejas, cerca de Killeen, en la ciudad de Austin, en 1966 un hombre se subi¨® al tejado de la universidad con un rifle de alta precisi¨®n y se dio el siniestro placer de matar a 14 personas antes de que la polic¨ªa acabase con su propia vida.
Anoche nadie era capaz todav¨ªa de imaginar cu¨¢l hab¨ªa sido el m¨®vil del asesino de Killeen, ni se hab¨ªa podido determinar su identidad. En esa peque?a ciudad tejana todo el mundo se conoce y se saluda por las calles, por lo que se sospecha que el criminal ven¨ªa de otro lugar y eligi¨® ese restaurante con la misma arbitrariedad macabra con la que eligi¨® a sus v¨ªctimas.
Ni siquiera se hab¨ªa informado todav¨ªa de si el autor de la matanza era un hombre joven o maduro, aunque ciertas especulaciones adelantaron la posibilidad de que se tratase de un militar, dada la proximidad de la base y su demostrada habilidad en el manejo de armas autom¨¢ticas. Todas las cadenas de la televisi¨®n norteamericanas, todav¨ªa no repuestas del esfuerzo de la transmisi¨®n del esc¨¢ndalo pol¨ªtico sexual Thomas-Hill, interrumpieron sus programaciones para informar sobre la tragedia.
En Washington la preocupaci¨®n ese d¨ªa eran los programas contra el desempleo. En Georgia los negros celebraban el triunfo del juez Clarence Thomas. Pero en Tejas, un personaje en el que al parecer nadie se hab¨ªa fijado, planeaba su venganza contra la humanidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.