Una isla entre monta?as
La Cooperativa Mondrag¨®n se ha convertido en la piedra angular de la industria vasca
Facturar casi 200.000 millones de pesetas en los ocho primeros meses de un a?o de recesi¨®n generalizada es, cuando menos, extra?o. Si a eso se a?ade que el grupo que ha logrado este resultado es una cooperativa, a¨²n choca m¨¢s. No obstante, si observamos que esa cooperativa tiene su sede central en la localidad guipuzcoana de Mondrag¨®n y que est¨¢ formada, entre otros, por Fagor, Eroski o Caja Laboral, el dato extrana menos.
Cuando a finales de la d¨¦cada de los cuarenta el padre Jos¨¦ Mar¨ªa de Arizmendiarrieta, se acerc¨® a Mondrag¨®n para dirigir la Escuela de Aprendices de Uni¨®n Cerrajera, nadie pod¨ªa imaginar que casi medio siglo despu¨¦s su iniciativa se iba convertir en el primer grupo industrial vasco y uno de los m¨¢s importantes de Espa?a.Los antecedentes del Grupo Cooperativo Mondrag¨®n se remontan a 1955, a?o en el que cinco de los alumnos del padre Arizmendiarrieta constituyeron la cooperativa Ulgor. Este n¨²cleo inicial fue algutinando m¨¢s y m¨¢s cooperativas a su alrededor hasta llegar a d¨ªa de hoy a contabilizar varias decenas.
Ahora, bajo la. presidencia de Javier Mongelos, el grupo est¨¢ a punto de dar un salto hist¨®rico, tanto desde el punto de vista estructural como filos¨®fico. Mongelos reconoce que "en nuestro grupo, la palabra cooperativo tiene que pasar de ser un sustantivo a ser un adjetivo".
Este cambio de rumbo vaa tener su primer timonazo antes de que acabe el a?o. en el transcurso del III Congreso Cooperativo. De este congreso saldr¨¢, con toda seguridad, un nuevo esquema organizativo. La tradicional estructura de gesti¨®n por cornarcas va a dar paso a un nuevo proyecto en la que el criterio de organizaci¨®n ser¨¢ el tipo de producci¨®n en lugar.de la distribuci¨®n geogr¨¢fica.
El nuevo Grupo Cooperativo constar¨¢ de nueve divisiones o agrupaciones sectoriales: financiera, dos de bienes de equipo-componentes de automoci¨®n, componentes electrodorn¨¦sticos, componentes de servlelos industriales, construcci¨®n, hogar y distribuci¨®n, y alimentaci¨®n.
Sin embargo, debajo de esta transformaci¨®n late algo mucho m¨¢s profundo en la personalidad del grupo Mondrag¨®n. Su actual m¨¢xii-no responsable considera imprescindible aumentar de volumen, lo cual plantea un grave problema. Aunnentar de dimensi¨®n a base de absorber m¨¢s cooperativas es un i-nodelo pr¨¢cticamente agotado, mientras que asociarse con otras s¨®lo es factible en sectores como el de la distribuci¨®n en Espa?a, pero tambi¨¦n con un horizonte muv limitado.
Es decir, que la ¨²nica v¨ªa de crecimiento efectiva ser¨ªa a trav¨¦s de intercambios patrimoniales con empresas preferentemente extranjeras, lo cual contraviene su actual estructura de cooperativa. Buscar una f¨®rmula que compat¨ªb¨ªllce objetivos econ¨®micos y filos¨®ficos es la base del gran debate abierto en el Grupo Cooperativo Mondrag¨®n.
Mientras tanto, el grupo sigue aumentando sus cifras. Durante los ocho primeros meses del presente ejercicio, las ventas totales fueron de 195.551 millones de pesetas, lo que supone un incremento del 7,2% sobre el mismo periodo del a?o anterior.
Los pilares de este resultado tienen tres nombres propios: Fagor, Eroski y Caja Laboral. Fagor se mantiene desde hace muchos a?os como una de las empresas punteras en el sector de la l¨ªnea blanca espa?ola.
Eroski es la cooperativa llamada a tomar el relevo de Fagor en cuanto a ser la que re¨²ne la mayor facturaci¨®n del grupo. Durante los ¨²ltimos meses ha comenzado a plantear su extensi¨®n por el resto de Espa?a, Francia y Portugal. De momento, se ha asociado con la cooperativa valenciana Consum para explotar centros comerciales. Adern¨¢s, se han unido con la ONCE, el BCA y Mercasa para reforzar su actividad. Por ¨²ltimo, la Caja Laboral, apoyada en la aseguradora Lagun Aro, juega el papel de so porte financiero del grupo.
En busca del inversor extranjero
Una de las grandes esperanzas de las autoridades y de les empresarios para solventar los problemas de la econom¨ªa vasca es lograr captar capital extranjero. Sin embargo, todos estos expectativas no est¨¢n teniendo de lado ¨¦xito. La inseguridad provocada por la presencia de la organizaci¨®n terrorista ETA, anida a las protestas sociales act¨²an corrio elemento disuasorio con una gran efectividad.La siguiente an¨¦cdota describe la situaci¨®n: tras varios meses de intensos contactos un peque?o empresario de Amorebieta logr¨® convencer a un inversor japon¨¦s de que invirtiera en el Pa¨ªs Va sco. Justo antes de entrar en la peque?a localidad vizca¨ªna, el inversor japon¨¦s observ¨® una barricada incendiada y un mu?eco que simulaba al ministro de industria, Claudio Aranzadi, colgado de una horca. Inmediatamente, el posible inversor regres¨® al aeropuerto de Sondica.
Por supuesto, esto no es m¨¢s que una simple an¨¦cdota. Las estad¨ªsticas son mucho m¨¢s duras. Durante el a?o pasado, la inversi¨®n directa extranjera en el Pa¨ªs Vasco ascendi¨® a 51.852 millones de pesetas, lo que supone un incremento del 6% respecto a 1989. Sin embargo, este aumento en t¨¦rminos absolutos no tiene el mismo signo cuando se habla de la inversi¨®n extranjera en el conjunto del territorio espa?ol.
En este sentido, mientras que en 1989 el Pa¨ªs Vasco fue el receptor del 3,9% del total de la inversi¨®n for¨¢nea en Espa?a, este porcentaje se redujo al 2,8% el pasado ejercicio.
Para paliar esta situaci¨®n, tanto la Administraci¨®n como los empresarios vascos han reforzado su programa de visitas al exterior, una gran parte de ellas con destino a Jap¨®n.
Precisamente el pasado martes, el vicelehendakari Jon Az¨²a emprendi¨® viaje rumbo a Tokio con el objeto de buscar inversores.
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