El Gobierno apuesta por Gregorio Peces-Barba como nuevo presidente del Const¨ªtucional

El Gobierno quiere que el pr¨®ximo presidente del Tribunal Constitucional, en sustituci¨®n de Francisco Tom¨¢s y Valiente -cuyo mandato concluye el 22 de febrero de 1992-, sea el actual rector de la Universidad Carlos III y catedr¨¢tico de Filosof¨ªa del Derecho, Gregorio Peces-Barba. El cese simult¨¢neo de Tom¨¢s y Valiente y del vicepresidente del alto tribunal, Francisco Rubio Llorente, y la falta de un presidenciable indiscutido dentro del tribunal preocupa al Ejecutivo, que cree a Peces-Barba el jurista adecuado para ponerse al frente del m¨¢ximo int¨¦rprete de la Constituci¨®n.

Adem¨¢s del presidente y vicepresidente, en febrero abandonar¨¢n el tribunal los magistrados Jes¨²s Leguina Villa y Jos¨¦ Luis de los Mozos, este ¨²ltimo por dimisi¨®n. Tambi¨¦n corresponde el cese de Jos¨¦ Gabald¨®n, magistrado que, por haber permanecido en el cargo menos de tres a?os, es reelegible. La preocupaci¨®n de la Moncloa procede del hecho de que ninguno de los siete magistrados que contin¨²an en el Tribunal Constitucional tiene carisma suficiente para ser elegido, por los dem¨¢s presidente. "Los siete que quedan son candidatos a presidente", manifest¨® a EL PA?S una fuente del tribunal.

Un jurista aceptado

El riesgo de que para la elecci¨®n de presidente se produzca una fuerte divisi¨®n de votos -en primera votaci¨®n se requiere mayor¨ªa absoluta de lo 12 magistrados, aunque en segunda basta con mayor¨ªa relativa- y el criterio de que al frente del Constitucional debe haber un jurista aceptado por sus colegas, ha hecho al Ejecutivo pensar en un presidenciable de fuera del alto tribunal, aprovechando que hay que cubrir al menos cuatro vacantes. El problema consiste en que el Gobierno s¨®lo puede promover la elecci¨®n de magistrados del Tribunal Constitucional, a quienes corresponde despu¨¦s elegir a su presidente. El Gobierno socialista tiene presente lo ocurrido en 1980 a la UCD de Adolfo Su¨¢rez, que quiso que el presidente del alto tribunal fuera Aurelio Men¨¦ndez, pero result¨® elegido Manuel Garc¨ªa Pelayo. De ah¨ª que en la Moncloa se haya pensado en Peces-Barba como candidato de prestigio tanto desde el punto de vista pol¨ªtico, ante los partidos, como desde la perspectiva de la ciencia jur¨ªdica, ante los magistrados que han de elegirle.

Las fuentes consultadas recuerdan la experiencia de Peces-Barba como uno de los protagonistas del laborioso consenso constitucional y de la elecci¨®n de los primeros magistrados del alto tribunal, as¨ª como la concepci¨®n institucional con que quiso ejercer su cargo al frente del Congreso de los Diputados como presidente "de todos" y sus posiciones jur¨ªdicas independientes. El documento elaborado por Peces-Barba, con otros catedr¨¢ticos, para advertir a Felipe Gonz¨¢lez sobre la llamada ley Corcuera avala, seg¨²n tales fuentes, su autoridad moral incluso ante los grupos de oposici¨®n.

El primer escollo con que cuenta el Gobierno, seg¨²n varios catedr¨¢ticos de la Universidad Carlos III y otras fuentes pr¨®ximas a Peces-Barba, es la resistencia de ¨¦ste a abandonar la docencia.

Resistencia al cargo

Parad¨®jicamente, seg¨²n fuentes gubernamentales, este distanciamiento de Peces-Barba refuerza el inter¨¦s de la Moncloa por ofrecerle el cargo, si bien estima comprensible que es preciso obtener seguridades de que resultar¨¢ elegido presidente. Para ello, adem¨¢s de la influencia que se pueda ejercer sobre los magistrados que continuan, es preciso una cuidadosa elecci¨®n de los nuevos. La estrategia todav¨ªa no est¨¢ ultimada, pero entre los juristas que empiezan a sonar como probables candidatos del PSOE figuran los catedr¨¢ticos de Derecho Constitucional Eliseo Aja Fern¨¢ndez -compa?ero del hoy ministro de Cultura Jordi Sol¨¦ Tura, en cuyo gabinete trabaja ya la esposa de aquel-, Pedro de la Cruz Villal¨®n o Javier P¨¦rez Royo -ambos catedr¨¢ticos en Sevilla y el ¨²ltimo rector- y Manuel Arag¨®n -de la escuela de Rubio Llorente-.

Miembros salientes del Tribunal Constitucional temen que la obtenci¨®n del consenso se prolongue y tengan que continuar en funciones, como el Tribunal de Cuentas, que debi¨® renovarse en julio, y que los grupos parlamentarios s¨®lo se preocupen de sus cuotas en la elecci¨®n. El catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica Carlos Alba sugiere una f¨®rmula: "Que cada grupo proponga un candidato aceptable para el otro".