"Estamos contra la droga, pero nadie nos ayuda a salir de ella"
Dos colectivos de toxic¨®manos dejaron o¨ªr su voz ayer, al hilo del debate monogr¨¢fico realizado en la Asamblea de Madrid. En los dos casos la demanda fue un¨¢nime: la necesidad de que la Administraci¨®n les ofrezca mayores posibilidades de desintoxicaci¨®n y reinserci¨®n.
"Aparte de charlas psicol¨®gicas, en San Fernando de Henares no recibimos ning¨²n tipo de ayuda efectiva", aseguraba ayer un miembro del colectivo de drogodependientes de esta localidad, integrado por 50 j¨®venes que han decidido unirse para exigir m¨¢s medios de ayuda.
Los chicos y chicas engachados afirman que son los primeros que est¨¢n contra la droga, pero, dicen, nadie les ayuda a superarla. "Tenemos que esperar m¨¢s de seis meses para ser atendidos en los centros de la Comunidad y no estamos dispuestos a morir esperando, como le ha sucedido a otros compa?eros". Estos j¨®venes solicitaron ayer el apoyo de sus vecinos para exigir conjuntamente centros de rehabilitaci¨®n y oportunidades de reinserci¨®n.
Subvenciones escasas
Al mismo tiempo, en el barrio de Aluche, varias decenas de j¨®venes toxic¨®manos en proceso de rehabilitaci¨®n, acompa?ados de familiares, se concentraban en el Centro de Atenci¨®n al Drogodependiente (CAD) n¨²mero 1. Quieren que el Ayuntamiento de Madrid ampl¨ªe las subvenciones para los programas de desintoxicaci¨®n que siguen en las comunidades terape¨²ticas de El Patriarca, y que actualmente se prolongan durante seis meses. "He estado 10 a?os metido en la droga y ocho meses en un centro en Navarra, con una pr¨®rroga. En ese plazo no te puedes curar", comenta Francisco Javier Segovia, de 31 a?os. "Dicen que El Patriarca no est¨¢ homologado, pero de hecho nos mandan all¨ª. Y mandan a la gente que est¨¢ muy pillada, incluso enfermos de sida. Ahora somos unos 800", explica Francisco Jim¨¦nez, de 23 a?os. Francisco opina que los CAD y los centros de d¨ªa de la Comunidad valen de poco. "La mayor¨ªa toma metadona, y vuelven a caer. Hace falta un tiempo de recuperaci¨®n no s¨®lo f¨ªsica, sino personal".
"?Con los ni?os en brazos no se fuma!", exclama Blanca Iglesias, rega?ando a un amigo que acuna a un beb¨¦ con un cigarrillo en la mano. A sus 21 a?os, Blanca muestra un aspecto saludable, lejano al que ten¨ªa cuando lleg¨® por primera vez al CAD de su barrio. "Intentan desintoxicar a la gente en seis meses, y luego, a la calle. Yo hace poco que he vuelto y es muy dif¨ªcil". Su madre la mira con preocupaci¨®n: "Antes las subvenciones se prorrogaban hasta nueve meses, pero se han ido recortando".
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