Mejorar el Inem, un reto pendiente
Han pasado 60 a?os desde el nacimiento de los primeros servicios p¨²blicos de empleo en Espa?a, con la Ley de Colocaci¨®n Obrera, de 27 de noviembre de 1931, y 13 desde la creaci¨®n del Instituto Nacional de Empleo (Inem), por lo que abordar este tema no es nuevo ni original, aunque s¨ª necesario.Regulado por el Real Decreto-Ley 36/1978, sobre gesti¨®n institucional de la Seguridad Social, la salud y el empleo, con el car¨¢cter de organismo aut¨®nomo adscrito al Ministerio de Trabajo, el Inem tiene la responsabilidad de gestionar la colocaci¨®n y la pol¨ªtica de empleo, la formaci¨®n profesional ocupacional y las prestaciones econ¨®micas para desempleados; ampl¨ªa tarea si se tiene en cuenta la realidad social de nuestro pa¨ªs: alt¨ªsimo ¨ªndice de desempleo, en gran medida de tipo estructural, y necesidades formativas en aumento para afrontar el reto del mercado ¨²nico y la libre circulaci¨®n de trabajadores.
Desde Comisiones Obreras hemos venido denunciando las deficienclak que arrastra el Inem desde su creaci¨®n, agudizadas por la crisis econ¨®mica, el aumento del paro y las nuevas necesidades del mercado de trabajo, sin que haya existido por parte de los m¨¢ximos responsables pol¨ªticos intenci¨®n de poner freno a su deterioro progresivo. Recuerdo que el ¨²ltimo intento de reforma frustrada data de 1988, y s¨®lo hace unos meses se ha vuelto, al igual que si de un Guadiana se tratara, a sacar a la luz este asunto.
La principal limitaci¨®n del Inem la resumir¨ªa en su incapacidad de desarrollar una presencia activa en los procesos de colocaci¨®n y empleo, con p¨¦rdida progres¨ªva de Influencia en dicho ¨¢mbito. Esto lo corrobora el hecho de que haya pasado de participar en un 30% de la selecci¨®n de todas las contrataciones en 1980 a menos del 10% en la actualidad, siendo, por tanto, la inmensa mayor¨ªa de las colocaciones registradas nominativas, Ramadas as¨ª por llegar a la oficina de empleo los contratos con los trabajadores ya seleccionados. La necesidad, por tanto, de abordar su reforma es a todas luces evidente; ahora bien, ?con qu¨¦ contenidos?A mi modo de ver, deber¨ªa apostarse por unos servicios p¨²bl¨ªcos de empleo no limitados a ser meros administradores del paro, sino que tengan como objetivo el recolocar a los desempleados, formarles hacia una ocupaci¨®n inmediata del puesto de trabajo, que gestionen prestaciones dignas y suficientes para los trabajadores que pierden su puesto de trabajo y articulen una pol¨ªtica de empleo adaptada al nivel de desarrollo y a las caracter¨ªsticas socioecon¨®micas de nuestra econom¨ªa.
Todo ello s¨®lo puede hacerse desde un organismo p¨²blico con la siguiente misi¨®n: ayudar a parados ocupados y a la poblaci¨®n potencialmente activa (en este sentido, deben informar, orientar, formar, subsidiar y colocar a los trabajadores), y regular el mercado de trabajo (para ello deben observar, analizar, prever, informar y asesorar a los agentes sociales: Administraci¨®n, sindicatos y patronal).
Conocimiento del mercado
Esto conlleva la necesidad de tener un conocimiento amplio y espec¨ªfico del mercado de trabajo: cambios en las demandas de las empresas, caracter¨ªsticas territoriales y socioecon¨®micas de los trabajadores sin empleo y de los impactos o influencias de las medidas de pol¨ªtica de empleo adoptadas o por adoptar, as¨ª como elaborar estudios de la repercusion que puede tener la introducci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas en el empleo y en la cualificaci¨®n profesional.
Estamos a¨²n a tiempo de convertir al Inem actual en un eficaz y prestigiado servicio p¨²blico de empleo; a ello ayudar¨ªa el abordar los siguientes aspectos:
1. Pol¨ªtica de empleo activa. El Inern, y en concreto las oficinas de empleo, como arriba indicaba, tienen una escasa penetraci¨®n en el mercado de trabajo espa?ol; por tanto, es imprescindible que una parte importante de los recursos del instituto se dirijan a pol¨ªticas de empleo activas, aumentando de forma cualitativa y cuantitativa las ofertas gen¨¦ricas hasta llegar al 35% del total de las colocaciones, con lo que nos situar¨ªamos en la media de los servicios p¨²blicos de empleo europeos. Moralmente, esto puede abordarse con un presupuesto como el previsto para1992, donde los programas dirigidos a estas pol¨ªticas tienen recortes de un 20% en las escuelas taller, un 39% en Inem-corporaciones locales o un 30% dirigido a la orientaci¨®n y clasificaci¨®n de parados.
2. Descentralizaci¨®n: adaptar la estructura del Inem al estado de las autonom¨ªas. Para ello es necesaria la consolidaci¨®n del escal¨®n auton¨®mico, para coordinar las pol¨ªticas a este nivel. Ello exige una discusi¨®n serena sobre el modelo organizativo m¨¢s eficaz, pues el progresivo desarrollo auton¨®mico y su desconexi¨®n con la Administraci¨®n central ha generado un caos de medidas de apoyo e incentivaci¨®n econ¨®mica que est¨¢ provocando distorsiones considerables. Asimismo, y en este apartado, debe tenerse en cuenta la cada vez mayor importancia de la dimensi¨®n local del mercado de trabajo. De ah¨ª la necesidad de potenciar la creaci¨®n de mesas locales y comarcales de empleo adaptadas a sus caracter¨ªsticas propias. Un elemento central de la nueva orientaci¨®n del Inem ser¨ªa, por tanto, la descentralizaci¨®n de sus funciones, en paralelo a una actividad coordinada entre sus diferentes niveles de actuaci¨®n.
3. M¨¢s participaci¨®n. Es otro reto pendiente, al que se deber¨ªa hacer frente ampliando las competencias de las fuerzas sociales en los organismos tripart¨ªtos de participaci¨®n, desde el Consejo General de las Mesas Locales, pasando de tener funciones puramente consultivas y testimoniales a poder ejecutivo y decisorio en aspectos claves de la pol¨ªtica de empleo.
4. Medios t¨¦cnicos y humanos suficientes. Dificilmente pueden abordarse los anteriores puntos si no se cuenta con los efectivos humanos necesarios. Por tanto, es imprescindible un notable esfuerzo presupuestario que le dote de los suficientes medios de los que hoy carece, desmasificando las oficinas de empleo para dar un trato personalizado a los trabajadores registrados en ¨¦stas. S¨®lo si el Inem es capaz de dominar la informaci¨®n sobre el mercado de trabajo y su posible evoluci¨®n, de controlar los instrumentos de intervenci¨®n disponibles y de integrarlos en un plan coherente de actuaci¨®n, de dotarse de los medios necesarios en cuanto al n¨²mero y a la preparaci¨®n t¨¦cnica requeridos y de funcionar bajo el control de los representantes de los trabajadores y empresarios podr¨¢ convertirse en un organismo ¨²til al pa¨ªs.
La alternativa al deficiente funcionamiento actual no reside en desarrollar un proceso de desregulaci¨®n normativa, ni mucho menos en abrir el mercado de trabajo a instituciones privadas de colocaci¨®n, sino en potenciar las estructuras p¨²blicas, dot¨¢ndolas de los medios econ¨®micos, humanos y jur¨ªdicos de los que hoy carecen.
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