El golpe no fracas¨® en Uzbekist¨¢n
Kar¨ªmov reprime a la oposici¨®n y conserva el poder apoyado por el 'aparato' ex comunista
Islam Kar¨ªmov, el presidente de Uzbekist¨¢n, la m¨¢s poblada (20 millones de habitantes) de las cinco rep¨²blicas musulmanas del Asia Central sovi¨¦tica, suprimi¨® recientemente el Comit¨¦ de Seguridad del Estado (KGB) y cre¨® en su lugar el Servicio de Seguridad Nacional (SSN), bajo su control directo, que se ocupar¨¢ de las tareas de espionaje, contraespionaje y lucha contra el crimen organizado. ?Se trata de un intento de afianzar la independencia proclamada el 31 de agosto o de forzar la ruptura con un poder central cada vez m¨¢s antag¨®nico? M¨¢s bien parece lo ¨²ltimo, porque a esta tierra fronteriza en la que conviven uzbekos, kazajos, tayikos, rusos, t¨¢rtaros, karakalpakos y otras muchas etnias no han llegado ni la perestroika ni la gl¨¢snost ni la democracia.
No hay reestructuraci¨®n porque el aparato comunista sigue en el poder, aunque ahora se proteja bajo el manto de un nuevo nombre: Partido Democr¨¢tico Popular. No hay transparencia informativa, porque el periodista sigue siendo un sospechoso, un enemigo en potencia al que hay que evitar y controlar. No hay democracia, porque las manifestaciones y los partidos opositores est¨¢n prohibidos. Y casi podr¨ªa decirse que no hay independencia, porque ¨¦sta, sin libertades, casi se queda en nada.Aunque la antigua plaza de Lenin se ha rebautizado como de la Libertad, la estatua del fundador del imperio sovi¨¦tico no ha ca¨ªdo al suelo, como en tanto otros lugares de la antigua URSS. Hay que caminar unos metros para llegar a la calle Pravda y, en un espl¨¦ndido parque, contemplar un extra?o monolito rojo, en forma de cubo, sobre el que se alzaba la estatua de F¨¦lix Dzerzhinski, el fundador de la temible Cheka, el antecedente del KGB, derribada tras el fracaso de la intentona golpista del pasado agosto.
La suerte corrida por la efigie de Dzerzhinski es una de las pocas muestras de que los acontecimientos de agosto amenazaron a la burocr¨¢tica direcci¨®n cormunista de Uzbekist¨¢n. La justificaci¨®n de Kar¨ªmov para disolver el KGB ("garantizar la independencia y soberan¨ªa, proteger la integridad territorial y defender los derechos y libertades") podr¨ªa resultar cre¨ªble en otra rep¨²blica sovi¨¦tica, pero no en ¨¦sta. Para los principales l¨ªderes de oposici¨®n, las medidas de corte nacionalista pretenden impedir cualquier intervenci¨®n de un poder central democr¨¢tico, as¨ª como cualquier intento de investigar la responsabilidad del presidente en el golpe, ya sea por acci¨®n o por omisi¨®n.
Visitas de los golpistas
Para el diputado sovi¨¦tico por Uzbekist¨¢n, Vlad¨ªmir Zolotujin, dirigente del Movimiento para las Reformas Democr¨¢ticas (MRD) de Edvard Shevardnadze, "dan mucho que pensar" las visitas a Tashkent, poco antes del golpe, de alguno de los miembros de la banda de los ocho, como Gennadi Yan¨¢yev y Valent¨ªn P¨¢vlov. Por su parte, Abdulrajim Pul¨¢tov, l¨ªder del movimiento opositor Birlik (Unidad), el de mayor implantaci¨®n en la rep¨²blica, recoge la denuncia de un miembro de la comisi¨®n investigadora del golpe, el diputado uzbeko de la URSS Pulatzh¨¢n Aj¨²nov, seg¨²n el cual Kar¨ªmov envi¨® a Yan¨¢yev, cabeza visible de la junta, un telegrama de felicitaci¨®n y apoyo desde la India, donde se encontraba de visita oficial. "Su pol¨ªtica fue de pleno apoyo al comit¨¦ de emergencia", a?ade. "Y es muy l¨®gico, porque los golpistas quer¨ªan hacer, en el conjunto de la URSS, lo que Kar¨ªmov lleva haciendo en Uzbekist¨¢n desde que lleg¨® al poder, hace dos a?os".
Zolotujin, de 33 a?os, es uno de los dos millones de rusos que viven en Uzbekist¨¢n y que tras la declaraci¨®n de independencia, y antes a¨²n, con los primeros brotes de xenofobia, ven su futuro con preocupaci¨®n. El contin¨²a consider¨¢ndose ciudadano de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. "Mi tarea", afirma, "es contribuir a que se mantenga la Uni¨®n, pero no el imperio actual, sino una uni¨®n de rep¨²blicas soberanas e iguales. Cualquier intento de aislamiento ser¨ªa catastr¨®fico para Uzbekist¨¢n, que no puede conseguir ni un clavo que no le llegue de Rusia o de otras regiones de la URSS". Zolotujin insiste en que los procesos independentistas en Asia Central no tienen nada que ver con, por ejemplo, los del B¨¢ltico. La diferencia est¨¢ en una palabra: democracia. El MRD intenta agrupar a todas las fuerzas opositoras en torno a un programa com¨²n m¨ªnimo: "Promover el cambio democr¨¢tico y combatir al totalitarismo refugiado en las estructuras y los m¨¦todos del aparato comunista".
El poeta Yavgar Obid y el periodista Anvar Usm¨¢nov, ambos uzbekos, lucen unas flamantes barbas que se dejaron crecer durante los 10 d¨ªas que pasaron entre rejas tras ser detenidos, el 8 de septiembre, en una manifestaci¨®n celebrada en Tashkent en apoyo a Bor¨ªs Yeltsin, organizada por Birlik y, como todas, ilegal. Usm¨¢nov, de 45 a?os, pr¨®ximo al l¨ªder del movimiento, cree que la m¨¢xima prioridad, por encima de proyectos ideol¨®gicos concretos, es "despertar al pueblo de Uzbekist¨¢n y alcanzar una independencia real, basada en los principios democr¨¢ticos como el pluripartidismo y el respeto a los derechos humanos".
Est¨¢ en contra de la ruptura total con la Uni¨®n. "Ser¨ªa fatal. Nuestra producci¨®n est¨¢ orientada hacia el mercado ruso y se basa en la tecnolog¨ªa rusa. Necesitar¨ªamos muchos a?os para cambiar la situaci¨®n actual. Las relaciones deber¨ªan basarse en la igualdad, como la que exist¨ªa hace a?os entre Checoslovaquia y Hungr¨ªa, por ejemplo. Pero nada de eso podr¨¢ conseguirse con el actual r¨¦gimen".
Pul¨¢tov, de 46 a?os, cree por su parte que la colaboraci¨®n con Kar¨ªmov es imposible y todav¨ªa no se explica la suerte que tiene de seguir libre. "S¨¦ que si me detienen no volver¨¦ a salir a la calle hasta que caiga el poder comunista", asegura, para expresar inmediatamente su convicci¨®n de que tal acontecimiento ocurrir¨¢ "antes de un a?o". ?C¨®mo lograrlo? Admite que por la v¨ªa parlamentaria es imposible, ya que "el 94% de los diputados son fieles a Kar¨ªmov".
Forzar el cambio
Su f¨®rmula es "la v¨ªa pac¨ªfica constitucional, con manifestaciones y m¨ªtines hasta que las tensiones sociales fuercen el cambio. Aqu¨ª puede haber otra Rumania, porque el r¨¦gimen est¨¢ dispuesto a reprimir las protestas. Puede correr mucha sangre. Nuestra consigna es: 'Ma?ana caer¨¢'. La de Kar¨ªmov, que casi parafrasea a Lenin, es: 'Nosotros tenemos nuestro propio camino'. Ya estamos viendo ad¨®nde conduce". Pul¨¢tov sue?a con un Uzbekist¨¢n democr¨¢tico en el que todos sus habitantes convivan en paz, pero est¨¢ totalmente de acuerdo con la implantaci¨®n del uzbeko como lengua oficial de la rep¨²blica. "Habr¨¢ problemas, sobre todo para los rusos, que no quieren cambiar su mentalidad imperial".
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