"Me pueden matar, pero esta tierra es nuestra"
Colonos israel¨ªes ocupan por la fuerza viviendas palestinas cerca del viejo Jerusal¨¦n
IGNACIO CARRI?N ENVIADO ESPECIAL, Es un hombre fuerte, de 40 a?os, pero el terror de una sola noche lo dej¨® hecho un gui?apo. Sin embargo, dice: "Aunque tenga que comerme el polvo, no entregar¨¦ mi casa. Pueden matarme, pero esta tierra es nuestra. Los jud¨ªos no quieren la paz". Musa Abasi es uno de los 35.000 palestinos que viven hacinados en el m¨ªsero barrio de, Silwan, a los pies del viejo Jerusal¨¦n. No puede llevarse el vaso a la boca. Las manos le tiemblan de tal modo que el t¨¦ se le cae y rompe a llorar. Naci¨® aqu¨ª. Est¨¢ casado. Tiene tres hijos. Trabajaba para el municipio. Ha perdido el empleo. Sabe que no podr¨¢ encontrar otro.
Lo que le ha ocurrido a ¨¦l en la madrugada del 9 de octubre le sucedi¨® tambi¨¦n a media docena de vecinos elegidos, cree, al azar. Ninguno tiene antecedentes policiales. "Estaba en la cama con mi mujer cuando, a las tres de la madrugada, el perro empez¨® a ladrar. No tuve tiempo de asomarme. Cuatro hombres armados echaron la puerta abajo. "?Qui¨¦nes sois?", pregunt¨¦. Uno dijo: 'Ej¨¦rcito israel¨ª'. No llevaban uniforme. Pens¨¦ que eran ladrones. Pero luego aparecieron 30 soldados m¨¢s. Entend¨ª que les daban protecci¨®n. Comprend¨ª tambi¨¦n que se trataba de ocupantes. Ven¨ªan a echarnos de nuestra casa, que es lo ¨²nico que tenemos, y a quedarse ellos. Me apuntaron con una pistola en la cabeza. Uno me dijo que si dec¨ªa algo me matar¨ªa. Otro me dio una patada en el pecho. Destrozaron mis muebles. Mis hijos y mi mujer lloraban. Despu¨¦s se fueron. Los vecinos me llevaron al hospital. Al d¨ªa siguiente lo denunci¨¦ a la polic¨ªa, pero no me han hecho ning¨²n caso. Tengo miedo de que Vuelvan otra vez".En Silwan, ocupantes jud¨ªos armados y al parecer con protecci¨®n militar est¨¢n apropi¨¢ndose de viviendas en lo que parece ser un plan de expansi¨®n israel¨ª en las comunidades ¨¢rabes, basado en la intimidaci¨®n y la fuerza. El presidente de este barrio palestino, Husein Sirhan, de 65 a?os, explica que, aunque este plan no pueden ejecutarlo de forma abierta militarmente, lo est¨¢n llevando adelante por otros medios. Una empresa llamada Himonota Compa?¨ªa Nacional Israel¨ª reclama la propiedad de viviendas palestinas sin acreditar, seg¨²n estos vecinos, t¨ªtulo alguno. Env¨ªan cartas conminando a los vecinos a que las abandonen.
"Unas veces intentan comprarlas. Al ver que nadie quiere marcharse de aqu¨ª, tratan de obligarles. En cuanto consiguen su objetivo, los ocupantes ya no son civiles, sino militares", explica Sirhan
Rodeada de alambradas
Cerca de la escuela elemental, el Ej¨¦rcito se ha adue?ado de una vivienda al poco de fallecer su propietario. La han rodeado de alambradas. Han clavado postes con potentes focos. Han izado la bandera. israel¨ª. Los soldados apuntan desde all¨ª -un punto alto del barrio- a los habitantes palestinos.
Uno de ellos, el carnicero Isa Od¨¦, de 32 a?os, comenta con rabia: "Es una provocaci¨®n. Lo que yo hago para ponerlos ner viosos es conectar mi casete con las sirenas de alarma de los bom bardeos. Eso les recuerda la guerra del Golfo y la llegada de los mis¨ªles Scud de Sadam. Esa es la ¨²nica manera que tengo de joderlos".
La palestina F¨¢tima Karim, de 46 a?os, que tambi¨¦n ha sido v¨ªctima de un intento violento de ocupaci¨®n de su casa, dice: "Esa Conferencia de Madrid no es m¨¢s que una farsa. Mientras all¨ª hablan de paz, aqu¨ª siguen tortur¨¢ndonos".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.