"El Ministerio de cultura no es mi amante"
El INAEM nombra de nuevo al dramaturgo director de la Compa?¨ªa de Teatro Cl¨¢sico
Pregunta. ?Por qu¨¦ quiere volver a dirigir la CNTC?Respuesta. Hombre, preguntado as¨ª... Yo no quiero volver a dirigir la CNTC, entre otras razones porque mi voluntad no ser¨ªa el ¨²nico elemento decisivo. Digamos que yo acepto volver a dirigir la compa?¨ªa porque el Ministerio de Cultura me lo propone y a m¨ª me apetece encargarme otra vez de esta tarea.
P. ?Hubo un pacto entre usted y la Administraci¨®n cuando abandon¨® la compa?¨ªa para convertirse en director del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica (INAEM)?
R. Pacto me parece una expresi¨®n desproporcionada. Desde el primer momento en que acept¨¦ ser director general del INAEM dije -hay documentos y testigos- que carec¨ªa de vocaci¨®n pol¨ªtica y que iba a estar en la Administraci¨®n s¨®lo un ratito. A?ad¨ª que mi deseo era regresar un d¨ªa a la CNTC. De este modo se lo expres¨¦ a Sempr¨²n y a Garrido, actual subsecretario del Ministerio de Cultura, quienes lo compren dieron perfectamente. O sea, que m¨¢s que un pacto hubo un acuerdo. Nada tiene de extra?o que aquel acuerdo se materialice por ambas partes con la cordial conformidad de Sol¨¦ Tura.
Sin miedo al castigo
P. ?No ha temido que le castigaran, o sea, que no le volvieran a nombrar director de la Compa?¨ªa por haber hecho algo tan poco habitual en la vida pol¨ªtica espa?ola como dimitir de un cargo p¨²blico?R. Mi dimisi¨®n fue una dimisi¨®n anunciada desde un principio y no ten¨ªa, por lo tanto, que causar ofensa alguna. Por otra parte, a estas alturas de mi vida profesional resultar¨ªa absurdo imaginar que yo pueda tener miedo a los castigos. Y me gustar¨ªa a?adir una cosa algo petulante: estoy dispuesto a admitir que la CNTC no me necesita, pero a cambio de que tambi¨¦n se acepte que yo no la necesito a ella. Vuelvo a su direcci¨®n por amor, no por misericordia.
P. ?Es normal que la Administraci¨®n guarde los puestos?
R. No lo s¨¦. A m¨ª la Administraci¨®n no me ha guardado puesto alguno. Puedo asegurar que el Ministerio de Cultura no es mi amante. Ni al rev¨¦s. Cre¨¦ la CNTC en 1985 y regreso al lugar de donde sal¨ª en un especial¨ªsimo instante de mi vida. Nada debo y nada me deben. Ni es mi estilo pasar facturas ni la Administraci¨®n tiene la costumbre de pagarlas cuando no lo considera justo.
P. ?Por qu¨¦ va a ocurrir en su caso?
R. ?Se puede aceptar que yo soy una de las personas adecuadas para digirir la CNTC y que el hecho de haberla dirigido en su primera etapa no tiene por qu¨¦ invalidarme para dirigirla en otra? Porque, de no ser as¨ª, no se entender¨ªa la raz¨®n por la cual Jos¨¦ Luis Alonso, o Miguel Narros, por ejemplo, dirigieron m¨¢s de una vez el teatro Mar¨ªa Guerrero o el Espa?ol.
P. ?No teme que le critiquen?
R. He recibido tantas cr¨ªticas en mi vida que han conseguido inmunizarme. La opini¨®n de los dem¨¢s me tiene sin cuidado si yo estoy de acuerdo conmigo mismo. Y en este caso, lo estoy absolutamente.
P. ?Por qu¨¦ dimiti¨® del INAEM?
R. Dimit¨ª: a) Porque quer¨ªa volver a mi actividad profesional y estable, empe?ado en estrenar -como hice- mi obra Feliz aniversario; b) porque los presupuestos del INAEM me parec¨ªan insuficientes para hacer algo m¨¢s que cumplir con los compromisos ya adquiridos; c) porque me sent¨ªa ¨¦ticamente incapacitado para conceder o negar subvenciones a mis compa?eros, y d) porque estaba harto de que algunos m¨²sicos me dieran tanto la lata.
P. ?Nunca m¨¢s cargos pol¨ªticos?
R. Soy pecador.
P. Igual que vuelve a la CNTC, ?podr¨ªa ocurrir tambi¨¦n que volviera a ser director del INAEM?
R. Los pecados que se repiten acaban cayendo en la monoton¨ªa.
P. ?Marsillach sigue siendo socialista? ?Con o sin carn¨¦?
R. Est¨¢ pas¨¢ndome algo muy curioso. Durante el franquismo, ser socialista era como poseer un certificado de buena conducta; ahora hay una cierta tendencia a sospechar que los socialistas son los malos de todas las pel¨ªculas. ?Por qu¨¦? Simplemente porque llevan mucho tiempo en el poder. Bueno, pues yo -que no soy ni bueno ni malo- sigo pensando que el socialismo -a¨²n con todos sus problemas- es la posibilidad m¨¢s sensata para gobernar este pa¨ªs. Y no debo de ser el ¨²nico en pensar as¨ª, porque siguen ganando las elecciones. No tengo carn¨¦.
P. ?Y aunque ahora ya no se lleva, tal vez hasta marxista?
R. El marxismo fue necesario. Y regresar¨¢. Con ese nombre o con otro. Han fracasado los hombres, no las ideas.
P. ?Es m¨¢s atractivo resucitar a los cl¨¢sicos que mantener en pie el teatro espa?ol del presente? ?Y m¨¢s f¨¢cil?
R. Todo es dif¨ªcil y todas las dificultades son atractivas. Pero un teatro basado ¨²nicamente en el repertorio es un teatro sin futuro. La vida teatral -y la otra tambi¨¦n- no puede ser una repetici¨®n de hechos maravillosos ya ocurridos. La aventura del teatro est¨¢ en manos de los nuevos autores.
P. ?C¨®mo quedan sus dem¨¢s proyectos profesionales? Desde que dej¨® el INAEM no ha parado...
R. He estrenado Feliz aniversario; he intervenido en dos pel¨ªculas como actor; he coordinado un ciclo de autores espa?oles vivos para la Expo '92... Lamentablemente, no voy a poder dirigir en cine Yo me bajo en la pr¨®xima, ?y usted? Me sustituye Jos¨¦ Sacrist¨¢n.
P. ?Le va a quedar tiempo para dirigir la CNTC?
R. Yo tengo tiempo para casi todo. Soy un individuo bastante est¨²pido al que le encanta trabajar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.