QU? GANAN Y QU? PIERDEN

PalestinaEI primer contacto directo entre una OLP invisible produce una declaraci¨®n conjunta en la cual se mencionan en primer p¨¢rrafo las resoluciones 242 y 338 de la ONU, que son a fin de cuentas la base de la f¨®rmula "paz por territorios" que apoya Washington. La Conferencia de Madrid ofrece a. los palestinos una oportunidad para revelar un cambio de t¨¢ctica y se anotan un ¨¦xito de relaciones p¨²blicas. La imagen de un Yasir Arafat en uniforme queda eclipsada por el sereno discurso de un pediatra y una profesora que se centra sobre la vida diaria de dos millones de palestinos de Gaza, Cisjordania y Jerusal¨¦n Oriental.

Israel .

Bajo fuerte presi¨®n internacional, Israel admIte indirectamente que su vulnerabilidad radica en su conducta desde la guerra de 1967. En Madrid, el Gobierno conservador de Shamir acepta las bases de un di¨¢logo directo con los palestinos. Una concesi¨®n t¨¢ctica que le permite congraciarse con Washington: el precio del OK de Bush para descongelar garant¨ªas de cr¨¦dito por valor de 1.200 millones de d¨®lares (unos 120.000 millones de pesetas). Apret¨®n de manos con palestinos leales a la OLP, que, sin embargo, no extraen concesiones, ni si quiera una promesa de detener los asentamientos jud¨ªos en los territorios ocupados.

Siria

Un nuevo cap¨ªtulo en la b¨²squeda de Damasco de una "soluci¨®n justa y global". La estridencia del discurso sirio y la espectacularidad van a complacer a los sectores que desconf¨ªan de las intenciones de Israel, Estados Unidos y la OLP. Pero hay un riesgo: en la actual tendencia a aceptar el Plan Baker, Siria puede ver se aislada a pesar de las pro mesas ¨¢rabes de maptener el frente com¨²n en futuras ne gociaciones. Faruk al Shara, ministro de Exteriores sirio, captura la imaginaci¨®n de un jmportante sector del mundo ¨¢rabe recordando ante la conferencia que Shamir fue una vez fichado como terrorista.

L¨ªbano

Parad¨®jicamente, Israel se encarga de dramatizar la situaci¨®n del sur de L¨ªbano bajo la ocupaci¨®n israel¨ª. Cinco d¨ªas de bombardeos, mientras se trata de hablar de paz en Madrid, dan al Gobierno de Beirut armas legales para insistir en la retirada del Ej¨¦rcito israel¨ª de conformidad con la olvidada resoluci¨®n 425 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. L¨ªbano justifica la presencia de tropas sirias en su territorio y obtiene audiencia internacional cuando alega que la ocupaci¨®n israel¨ª en el sur de su pa¨ªs mina sus denodados esfuerzos por poner fin a 16 largos a?os de guerra civil.

Jordania

Amm¨¢n da voz y plataforma a los palestinos y sale al rescate de una OLP convaleciente de los devastadores efectos pol¨ªticos y econ¨®micos derivados del apoyo palestino a Irak en la guerra del Golfo. El rey Hussein se convierte en abanderado de la tercera fase del proceso de paz: conversaciones multilaterales sobre cooperaci¨®n y desarrollo regional, que incluyen el espinoso tema del agua en Oriente Pr¨®ximo y la cuesti¨®n del desarme para anular la ventaja israel¨ª en el campo nuclear. Adem¨¢s, Jordania reitera ante el mundo que jam¨¢s aceptar¨¢ una teor¨ªa israel¨ª de que Palestina s¨®lo puede existir al este del r¨ªo Jord¨¢n.