?rabes e israel¨ªes afirman su voluntad de proseguir las negociaciones de paz

Las delegaciones participantes en la Conferencia de Madrid abandonaron ayer Espa?a con el reconocimiento del papel mediador de Estados Unidos, el compromiso de volver a reunirse -muy probablemente en Washington- y la voluntad de continuar conversando.Todos se han ido de Madrid aparentemente satisfechos. Los israel¨ªes, porque han logrado sentar frente a ellos al archienemigo sirio; los ¨¢rabes, porqu¨¦ han obtenido garant¨ªas del pr¨®ximo cese de los asentamientos israel¨ªes y la separaci¨®n de las conversaciones con jordanos y palestinos; el secretario de Estado norteamericano, James Baker, porque ha culminado con ¨¦xito su esfuerzo diplom¨¢tico, que hasta hace poco parec¨ªa imposible.

Entretanto, en Israel, el primer ministro, Isaac Shamir, afirmaba ayer ante las c¨¢maras de televisi¨®n que "la Intifada debe cesar; la colonizaci¨®n, no". Shamir dijo adem¨¢s que las divisiones en el seno de las naciones ¨¢rabes favorecen a Israel al evitar un frente ¨²nico en su contra, y que no se arrepent¨ªa de su pasado, en referencia a las acusaciones de ex terrorista lanzadas contra ¨¦l por el ministro sirio de exteriores, Faruk al Shara.

El ambiente de relajado optimismo que se respiraba ayer en los pasillos del hotel Princesa, sede durante los d¨ªas pasados de la delegaci¨®n palestina, ten¨ªa equivalente tanto entre los palestinos del hotel Victoria (delegaci¨®n oficial) como entre los de la misi¨®n diplom¨¢tica de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina (OLP). Los primeros han lograd o de los israel¨ªes su reconocimiento como parte negociadora independiente de los jordanos. Los segundos anunciaron haber recibido la promesa del cese de la colonizaci¨®n en los territorios de Gaza y Cisjordania.

Incluso los sirios, acantonados en una inevitable ret¨®rica antiisrael¨ª, reconocieron elementos positivos en la convocatoria que se ha celebrado en Madrid. Su ministro de Asuntos Exteriores, Faruk al Shara, admiti¨® que su presencia en la misma no hab¨ªa sido una p¨¦rdida de tiempo, y subray¨® la voluntad de Damasco de ahondar en el proceso de paz.

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