Un rasgo diferencial de Madrid
Las reacciones de riojanos y extremenos ayudaron a poner las cosas en su sitio. Luego, como siempre, se impuso Ja sensatez y todo ha quedado en un problema de financiaci¨®n auton¨®mica.En la pol¨¦mica han existido elementos diferentes, entremezclados, mejor a¨²n, confundidos, y que sobre una carga ideol¨®gica ocultan aspectos muy concretosy cuantificables.
Si el nacionalismo pretende obtener el modelo de organizaci¨®n colectiva que les permita desarrollar y dar satisfacci¨®n a los aspectos peculiares de su comunidad, nada tengo que decir.
Pero parece que el nacionalismo tambi¨¦n pretende obtener las mejores condiciones econ¨®micos, porque dif¨ªcilmente puede que discutarrios- en plano de, prosperar y encontrar adeptos igualdad y es leg¨ªtimo que todos una ideolog¨ªa que no reporte bienestar y mejores condiciones de vida. A esto segundo, es leg¨ªtimo que discutamos en plano de igualdad y es leg¨ªtimo que todos aportemos razones. En este aspecto financiero, no existe justificaci¨®n para diferenciar unas comunidades de otras; corresponder¨¢ al mutuo trabajo y a la competencia t¨¦cnica, a la capacidad de oferta y a la mejor asignaci¨®n y gesti¨®n de los recursos de cada comunidad, obtener el diferencial, pero no establecerlo a priori, y sobre todo no establecerlo a expensas de otras comunidades.
En el proceso de descentralizaci¨®n y transferencias del sistema sanitario, desgraciadamente ya se han producido esas ventajas de principio. Hoy los recursos que algunas comunidades obtienen son m¨¢s favorables que los de aquellas cuyos servicios sanitarios no han sido transferidos.
Es bien conocido al respecto que los ciudadanos del Pa¨ªs Vasco y Navarra obtuvieron probablemente la mejor transferencia en este ¨¢mbito, y los catalanes, asimismo, incorporaron en su origen del traspaso de competencias un porcentaje de participaci¨®n superior al que correspond¨ªa su poblaci¨®n protegida.
Tampoco me extra?a que responsables pol¨ªticos de Andaluc¨ªa se hayan dado prisa en manifestar su deseo de que lo mejor es que las cosas sigan como est¨¢n.
A la hora de establecer un acuerdo auton¨®mico es deseable que se obtenga por consenso, y el consenso ha de partir de situaciones de igualdad. Las peculiaridades de cada comunidad habr¨¢n de suponer una mayor res ponsab¨ªlidad para sus dirigentes que disponiendo de ellas, sean capaces, a trav¨¦s de una gesti¨®n p¨²blica interna eficiente, crear mayores recursos y avanzar en un crecimiento sostenible de los mismos. Pero el mayor nivel - competencial no puede tener una traducci¨®n inmediata en mayores recursos cuantitativos por los mismos servicios.
Por tanto, para aquellas comunidades y entre ellas la Comunidad de Madrid, que no han disfrutado de transferencias en este ¨¢mbito, es hora ya, por razones b¨¢sicas de equidad y eficacia social, que se igualen recursos.
Usuarios for¨¢neos
Y puestos a insistir en el diferencial, en lo distinto, a Madrid le queda todav¨ªa una significativa deuda por saldar que corresponde a los usuarios que acuden voluntaria o necesariamente a esta comunidad para recibir prestaciones sanitaria. Desde nuestro punto de vista, el ciudadano debe tener la garant¨ªa de poder elegir d¨®nde quiere recibir ese tratamiento especial, o recurrir a los medios tecnol¨®gicos m¨¢s avanzados. Si esos equipos se encuentran aqu¨ª, todos deseamos que puedan venir a los servicios sanitarios de esta comunidad, pero a la hora de cuantificar las necesidades de financiaci¨®n y los recursos, esto tambi¨¦n debe merecer en buena l¨®gica un sumando en esa operaci¨®n aritm¨¦tica.
Este es un fen¨®meno real que la Ley General de Sanidad recoge expresamente. All¨ª se prev¨¦ la catalogaci¨®n de los servicios de referencia como aquellos que disponiendo de una determinada estructura de recursos y una actividad acreditada a lo largo del tiempo y sobresaliente por su calidad, merecen esa calificaci¨®n.
Una vez otorgada dicha acreditaci¨®n por ¨®rganos de solvencia cient¨ªfica imparciales, significar¨¢ un claro reconocimiento para el trabajo del equipo y de los profesionales integrados en el mismo y una referencia expl¨ªcita para que los ciudadanos, si as¨ª lo desean, puedan acceder leg¨ªtimamente a ellos. Luego, las cuentas generales, mediante un fondo estructural espec¨ªfico, han de reflejar ese flujo eferente de pacientes que acuden a nuestros servicios, desde otras comunidades.
Estos aspectos han de ser considerados a la hora del pacto auton¨®mico. Los d¨¦ficit presupuestarios de los sistemas sanitarios en las comunidades aut¨®nomas con los recursos de] Insalud transferidos, han de ser solucionados de tal forma que no repercutan negativamente sobre las estructuras sanitarias no transferidas del Insalud, entre los que ocupan lugar preeminente las correspondientes a Insalud Madrid.
No es una cuesti¨®n balad¨ª nuestro mayor costo, tanto en cuanto se ofrecen mayores prestaciones cuantitativa y cualitativamente a todos los usuarios del Sistema Nacional de Salud que as¨ª lo requieren, de forma tal que de no contemplarse el diferencia] de la Comunidad Aut¨®noma de Madrid, supondr¨ªa disponer de menos recursos y, en cualquier caso, no cuidar adecuadamente los te¨®ricamente mejores servicios y mejores m¨¦dicos, por tanto, en un buen n¨²mero de especialidades m¨¦dica y quir¨²rgicas.
En la pr¨¢ctica diaria son de hecho Servicios de Referencia, ya que son elegidos como tales por m¨¦dicos y enfermos de otras comunidades aut¨®nomas, para solucionar problemas siempre complejos y sobre los que a priori desarrollan mayor destreza y obtienen mejores resultados.
Es necesario ser realistas y coherentes con un dato muy importante, que han revelado nuestros estudios de frecuentaci¨®n hospitalaria en la Comunidad Aut¨®noma de Madrid, durante el a?o 1990; el 14,21% de las estancias hospitalarias de enfermos agudos, generalmente con procesos patol¨®gicos complejos y de alto coste, han sido causa das por personas residentes fuera de la Comunidad de Madrid, lo cual quiere decir que todos los d¨ªas unas 2.476 camas de agudos en nuestros hospitales est¨¢n ocupadas por ciudadanos de otras comunidades.
Este dato es un rasgo importante de honor y orgullo para el sistema sanitario p¨²blico de esta comunidad; pero requiere un abordaje pol¨ªtico y econ¨®mico cuidadoso y diferenciado, para evitar su descapitalizaci¨®n. Un bien tan preciado como dificil de ver hecho realidad re¨²ne todas las condiciones para cristalizar en un sistema sanitario de alt¨ªsimo nivel cient¨ªfico y gran impacto en salud. S¨®lo requiere comprenderlo y tratarlo con seriedad en funci¨®n de su capacidad real y potencial, para de esta forma obtener la legitimaci¨®n pol¨ªtica y social as¨ª como el aprecio y satisfacci¨®n de los ciudadanos.
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