El pr¨ªncipe Felipe pide a los j¨®venes que sean m¨¢s solidarios con Latinoam¨¦rica
El pr¨ªncipe Felipe de Borb¨®n, que ayer finaliz¨® su viaje a Uruguay y M¨¦xico, pidi¨® a los j¨®venes espa?oles mayor solidaridad con quienes sufren privaciones y pobreza, especialmente en Latinoam¨¦rica, subcontinente por el que siente, dijo, una atracci¨®n pr¨®xima a la fascinaci¨®n. El heredero de la Corona, que convers¨® con los informadores en el avi¨®n de regreso a Madrid, cree que a los periodistas hay que dejar de verles como enemigos, y coment¨® que se esfuerza para que la gente distinga cu¨¢l es su verdadero trabajo y dejen de tratarle, en ocasiones, como a una estrella del rock.
Durante su estancia de seis d¨ªas en Uruguay y M¨¦xico, don Felipe ha reafirmado algunas pautas de su personalidad ya esbozadas en anteriores viajes de Estado: una total responsabilidad en su trabajo -estudia minuciosamente las condiciones de los pa¨ªses que visita, reescribe casi todos los discursos y no muestra signos de fatiga o desinter¨¦s, por muy apretado que sea el programa- y un llamamiento constante a la solidaridad, a la necesidad de que las sociedades del bienestar ayuden m¨¢s a quienes sufren.El Pr¨ªncipe desdramatiza tambi¨¦n lo que personas de su entorno convierten en una constante carrera de obst¨¢culos: las relaciones con la Prensa. Para don Felipe, a los periodistas no hay que mirarlos como si fueran el ememigo; son profesionales, dijo, que hacen su trabajo. Sin embargo, quienes le acompa?an en los viajes para cuidar su imagen ante los medios de comunicaci¨®n actuan como si vieran a la Prensa como una molestia, a veces ¨²til. Esta raz¨®n explica, en parte, las relaciones entre los periodistas y la Casa Real.
A la recepci¨®n de Don Felipe con los espa?oles, el micro b¨²s de los informadores espa?oles, con el representante de Prensa de Zarzuela al frente, lleg¨® con el tiempo justo porque hubo que preguntar a los transe¨²ntes c¨®mo se llegaba a la Embajada espa?ola. El d¨ªa anterior hubo menos suerte: el heredero dio un paseo por el centro hist¨®rico de Ciudad de M¨¦xico -que cambi¨® cuatro veces el itinerario previsto- y despu¨¦s fue a visitar un viejo hospital. Tras una hora de atascos, la representante de la Oficina de Informaci¨®n Diplom¨¢tica admiti¨® que el autob¨²s se hab¨ªa perdido y que era mejor regresar al hotel.
La conversaci¨®n de los periodistas espa?oles con don Felipe en el avi¨®n de regreso a Madrid se produjo poco antes de aterrizar en Miami, para una escala t¨¦cnica. El responsable de Prensa de la Casa Real avis¨® apenas un minuto antes de que el encuentro iba a celebrarse. En algo menos de 60 segundos hubo que salir del sue?o, acicalarse y preparar la entrevista con el heredero. El resultado fue una reuni¨®n de diez minutos cargada de silencios tensos y preguntas t¨®pic¨¢s.
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