La canci¨®n 'Barcelona' despidi¨® a Mercury
El sepelio del cantante de Queen se celebr¨® en Londres por el rito zoro¨¢strico
Un Rolls-Royce antiguo de color negro traslad¨® ayer los restos de Freddie Mercury al cementerio de Harrow Road, al oeste de Londres, donde fueron incinerados. Ramos y coronas de flores fueron distribuidos en torno al edificio donde varios sacerdotes zoro¨¢stricos -la religi¨®n que profesaba Mercury- oficiaron la ceremonia. De acuerdo con el deseo expreso del cantante de Queen, se escucharon algunas grabaciones, entre ellas Barcelona, de Montserrat Caball¨¦.
Pocas celebridades acudieron al funeral. Elton John s¨ª se person¨®, con traje y gorra de b¨¦isbol de riguroso luto, para dar el ¨²ltimo adi¨®s al compositor y cantante del grupo Queen. David Bowie remiti¨® una corona con un mensaje manuscrito que dec¨ªa: "Te echaremos en falta". Los dem¨¢s componentes de Queen -Roger Taylor, Brian May y John Deacon- y el manager, Jim Beach, recibieron los p¨¦sames. "Era el principal y el m¨¢s querido miembro de nuestra familia", dijo Beach.La comitiva f¨²nebre hab¨ªa llegado al crematorio encabezada por tres lujosos autom¨®viles. En el primero, un Rolls-Royce cl¨¢sico, viajaba el f¨¦retro de Mercury, sobre el que estaba depositada una rosa roja. En el segundo hab¨ªa coronas. Sobre el tercero, un gran cisne compuesto con flores blancas. Detr¨¢s marchaban los amigos y Mery Austin, la mujer con la que el cantante convivi¨® durante siete a?os y con la que mantuvo hasta su muerte una estrecha amistad. Un nutrido grupo de admiradores, la mayor¨ªa de mediana edad, tuvo que permanecer a cierta distancia del crematorio, protegido por agentes de seguridad.
Freddie Mercury, cuyo verdadero nombre era Frederick Bulsara, hab¨ªa nacido en Zanz¨ªbar en 1946 y muri¨® el domingo, a los 45 a?os, a causa de una bronconeumon¨ªa provocada por el sida. Un d¨ªa antes, el s¨¢bado, el cantante hab¨ªa hecho p¨²blica una nota en la que admit¨ªa que hab¨ªa contra¨ªdo el virus. Se cree que ha legado parte de su fortuna a instituciones cient¨ªficas que trabajan en busca de remedios contra dicha enfermedad, aunque el testamento no ha sido dado a conocer todav¨ªa.
La muerte de Mercury ha incrementado el inter¨¦s del p¨²blico brit¨¢nico hacia el problema del sida, y ha causado, asimismo, un cierto debate pol¨ªtico. La secretaria de Estado para la Salud, Virginia Bottomley, declar¨® el lunes que "la muerte de alguien tan admirado y que ha sido un h¨¦roe en ciertos aspectos tendr¨¢ un profundo impacto" y "har¨¢ que muchos j¨®venes se den cuenta de lo grave que es el problema del sida". Inmediatamente se han alzado voces en el partido de Bottomley, el conservador, para recordar que Mercury era reconocidamente bisexual, que hab¨ªa mantenido cientos de intercambios sexuales y que hab¨ªa vivido de forma "promiscua y escandalosa", por lo que "no fue un h¨¦roe en ning¨²n sentido".
Babelia
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