Los sindicatos de prisiones proyectan ir a la huelga en protesta por la fuga de Huesca

Los sindicatos CC OO, UGT y CSIF han decidido sumarse a los paros protagonizados ayer y el domingo por los funcionarios de prisiones en protesta por la fuga, el viernes, de dos reclusos peligrosos de la c¨¢rcel de Huesca. Una agrupaci¨®n profesional ha convocado una huelga general para el 28 y el 29 de diciembre y el 4 y el 5 de enero.

La decisi¨®n de los sindicatos se une a la convocatoria de paros intermitentes y parciales en los d¨ªas citados por la Agrupaci¨®n del Cuerpo de Ayudantes de Instituciones Penitenciarias en protesta por la fuga de Huesca. Los funcionarios apoyan las demandas de los empleados del penal de Huesca, que se concretan en el refuerzo de los sistemas de seguridad y en el traslado de los reclusos m¨¢s peligrosos a otro establecimiento "por no reunir el centro las condiciones adecuadas para albergarlos".Para ma?ana, est¨¢ previsto un paro de ocho a nueve de la ma?ana y entre las cuatro y las cinco de la tarde "como protesta por la inseguridad" de los trabajadores penitenciarios, seg¨²n un comunicado. Los sindicatos han solicitado para esta semana una entrevista al secretario general de Asuntos Penitenciarios, Antoni Asunci¨®n. En caso contrario, amenazan con un paro general.

Por otra parte, la polic¨ªa y la Guardia Civil prosegu¨ªan al cierre de esta edici¨®n la b¨²squeda en Barcelona y su ¨¢rea metropolitana de los reclusos Manuel Jes¨²s Castillo Jurado, de 38 a?os, y Carlos Manuel Est¨¦vez Garc¨ªa, de 28, considerados como peligrosos expertos en fugas.

Relato de un reh¨¦n

Mientras, Josep Bo Pag¨¢, que fue tomado como reh¨¦n el s¨¢bado por los dos evadidos de Huesca, relat¨® ayer su peripecia, informa Josep Garriga. Bo Pag¨¢, jubilado de 67 a?os a la espera de una operacion a coraz¨®n abierto, se recupera del incre¨ªble trago. Ese d¨ªa fue a llevarle comida a su perrita, en su mas¨ªa de Salou (Tarragona). "Estaba muy nerviosa, pero no le di importancia". S¨®lo cuando Josep se dio cuanta de que el candado del almac¨¦n estaba forzado, comprendi¨® que algo extra?o ocurr¨ªa.

Del interior de la mas¨ªa salieron dos j¨®venes con cuchillos. Su desconocimiento de qui¨¦nes eran sus interlocutores (no hab¨ªa comprado el peri¨®dico ni visto la televisi¨®n) le ayud¨® en los primeros momentos. "Les ofrec¨ª cambiarse de ropa porque iban chorreando. Uno de ellos estaba temblando, y al principio cre¨ª que era drogadicto", recuerda.

Secuestradores y reh¨¦n empezaron a entablar amistad. Como Josep, uno de los presos, Manuel Jos¨¦ Castillo Jurado, era diab¨¦tico y natural de Tortosa. Los fugitivos le comentaron que quer¨ªan coger su coche para ir a Barcelona. El Peugeot 205 era nuevo y Josep temi¨® quedarse sin ¨¦l, por lo que opt¨® por conducirles ¨¦l mismo.

Fueron por la carretera de la costa hasta Tarragona y de all¨ª, hasta Barcelona. "Durante el camino me daban instrucciones: poner las noticias en la radio, no ir a m¨¢s de 80 kil¨®metros por hora porque nos quedaba poca gasolina, y parar si encontr¨¢bamos un control policial. 'Nosotros ya sabemos como actuar en estos casos', me dijo el que iba en el asiento de atr¨¢s".

Al llegar a Castelldefels (Barcelona) se quedaron sin c¨¢rburante. En una gasolinera, uno de ellos aprovech¨® para comprar cigarrillos. "En Barcelona, sobre las 13.30, cogimos el Cintur¨®n del Litoral y me. obligaron a parar en la calle Sarasate". Al despedirse, uno de los fugitivos le dijo a Josep: "No nos denuncies hasta Salou. Pero sobre todo den¨²ncialo, porque si no te la puedes cargar". A las 16.30, Bo lleg¨® a su casa en Salou, se inyect¨® su dosis de insulina y fue a denunciarlo a la Guardia Civil.