El s¨ªnodo elude pronunciarse sobre temas como los nacionalismos o los anticonceptivos
Los temas pol¨¦micos parecen haber quedado aparcados en el s¨ªnodo que sobre la evangelizaci¨®n de Europa se celebra en Roma. Nacionalismos, anticonceptivos, la mujer en la Iglesia o la celebraci¨®n de un acto ecum¨¦nico universal han quedado en el tintero del resumen facilitado ayer a la prensa y del que es responsable el relator de estas sesiones episcopales, el cardenal Camillo Ruini. Todo ello suced¨ªa poco despu¨¦s de que otro cardenal, el arzobispo de Mil¨¢n, Carlo Mar¨ªa Martini, afirmara desde su di¨®cesis que la Iglesia debe salvar buena parte de la doctrina y el significado de Carlos Marx.
Con pocas horas de diferencia se pon¨ªan de manifiesto las distintas sensibilidades existentes en la Iglesia cat¨®lica. El cardenal Martini, tambi¨¦n presidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas, manifest¨®: "Como un estudioso de la doctrina social ha escrito, todos nos encontramos sobre las espaldas de Marx". El arzobispo de Mil¨¢n subray¨® los aspectos positivos del marxismo, sobre todo en lo que supone de est¨ªmulo del pensamiento, "y tambi¨¦n en el camino de las iglesias". Este punto de vista cont¨® dentro del aula del sinodo con el apoyo de Paul van den Berghe, obispo de Amberes (B¨¦lgica), quien pidi¨® "un gesto de reconciliaci¨®n con el gran movimiento de la izquierda, que no s¨®lo ha conocido malhechores y criminales, sin tambi¨¦n idealistas e incluso m¨¢rtires".
Posmodernidad
El prelado belga fue m¨¢s all¨¢ al abordar un tema que levanta ampollas en la jerarqu¨ªa cat¨®lica. Van den Berghe consider¨® "injusto condenar la modernidad globalmente y peligroso especular con la estrategia pastoral sobre las posibilidades de la posmodernidad". Puntos de vista como el mencionado no aparecen, sin embargo, en el resumen facilitado a la prensa sobre el texto elaborado por el relator del s¨ªnodo, el cardenal Ruini. Otros aspectos que han quedado aparcados son la propuesta del arzobispo de Tarragona, Ram¨®n Torrella, para la celebraci¨®n de un acto ecum¨¦nico universal en el a?o 2000.
Adem¨¢s, restan tambi¨¦n en el tintero el debate suscitado por el cardenal suizo Henri Schwery sobre si el mensaje eclesial para combatir el sida -la castidad- es suficiente, o lo avanzado por Norbert Werbs, obispo de la ex RDA, en favor de los m¨¦todos anticonceptivos artificiales, el mayor papel de la mujer en la Iglesia o "la falta de misericordia" eclesial en el trato a los divorciados. Tampoco se recoge en el texto la persecuci¨®n de que ha sido objeto la Iglesia en los pa¨ªses del Este, ni el debate que sobre los nacionalismos han sugerido diversos padres sinodales en sus intervenciones.
El texto del cardenal Ruini, por lo menos el resumen que trascendi¨®, s¨ª que cita, en cambio, el recto uso que debe hacerse de la libertad cuando mayor¨ªas parlamentarias aprueban leyes en favor del aborto o de la eutanasia. Tambi¨¦n se dice en el documento que los cristianos deben participar m¨¢s activamente en la pol¨ªtica, sin caer en neoconfesionalismos. Seg¨²n el resumen, no se debe "confundir religi¨®n y pol¨ªtica, pero tampoco separarlas".
Paralelamente a la relatio preparada por Ruini, se ha elaborado ya un proyecto final de borrador por parte de una comisi¨®n en la que participa un grupo de obispos, de los que se desconoce c¨®mo han sido designados. A una semana de concluir las sesiones, muchos platos de este s¨ªnodo parecen estar precocinados, comentaban ayer algunos observadores vaticanos.
Ausencia de los ortodoxos
Estas sesiones sobre la reevangelizaci¨®n de Europa se han caracterizado por la ausencia de muchas iglesias ortodoxas, molestas por la presencia de obispos cat¨®licos en los pa¨ªses del Este, donde, seg¨²n ellos, no hay fieles que lo justifiquen. Ayer, sin embargo, los 11 invitados de iglesias no cat¨®licas asistentes al s¨ªnodo -la mayor¨ªa protestantes- participaron en una plegaria ecum¨¦nica celebrada en la bas¨ªlica de San Pedro. Ante los asistentes al s¨ªnodo, Juan Pablo II se pregunt¨® si "en el camino hacia la unidad pol¨ªtica podemos admitir que sea la Iglesia de Cristo un factor de desuni¨®n o de discordia". El Pont¨ªfice a?adi¨® que quiz¨¢ esta desuni¨®n sea "uno de los esc¨¢ndalos m¨¢s grandes de nuestro tiempo". El Papa propuso reforzar el di¨¢logo interconfesional y "perdonar y reparar los respectivos errores". "As¨ª, cuando se est¨¢ animado por el deseo de comprender realmente la posici¨®n del otro, los contrastes se allanan mediante un di¨¢logo paciente y sincero, bajo la gu¨ªa del esp¨ªritu", destac¨®.
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