La radio de la resistencia

F. R. Durante las largas horas que los habitantes de Osijek se ven obligados a pasar en los refugios, la radio es la ¨²nica fuente de informaci¨®n. Nadie puede llevarse su televisor al refugio, y cuando caen las bombas los peri¨®dicos no se venden. En estas condiciones, la emisora de la ciudad, Radio Osijek, desempe?a un papel muy importante.

"Tenemos una gran responsabilidad, porque mucha gente depende de lo que nosotros decimos a trav¨¦s de los micr¨®fonos. Debemos ser muy precavidos en las informaciones que damos, porque m¨¢s all¨¢ del r¨ªo Drava el enemigo tambi¨¦n nos escucha". Amoreta Hofschauer, de 25 a?os, periodista de Radio Osijek, recuerda que en una ocasi¨®n la emisora anunci¨® que en el supermercado hab¨ªa pan. Muchos vecinos acudieron inmediatamente para llenar sus despensas. Pocos minutos despu¨¦s tres granadas cayeron en el establecimiento.

"Los ciudadanos no pueden ir por la calle para ver qu¨¦ hay en las tiendas que siguen abiertas, por lo que esperan nuestra informaci¨®n. Para evitar riesgos damos un n¨²mero de tel¨¦fono al cual llaman nuestros oyentes y desde el que se les informa d¨®nde pueden abastecerse", explica Amoreta Hofschauer. La periodista, que en tiempos de paz se encargaba de temas culturales y religiosos, debi¨® pasar por un aprendizaje cuando estall¨® la guerra. "Fue dif¨ªcil. Jam¨¢s hab¨ªa hecho una cr¨®nica de guerra y tuve que ir al frente y aprender a callarme en muchas ocasiones, despu¨¦s. de haber cometido indiscreciones revelando datos estrat¨¦gicos".

Antes de la guerra, 50 personas trajaban en la emisora. Ahora s¨®lo quedan 20, ocho de ellas periodistas. El resto ha abandonado la ciudad. Todo ha cambiado en Radio Osijek. Los estudios de grabaci¨®n, los locutorios, la redacci¨®n y la sala de reuniones se han trasladado al inmenso s¨®tano del edificio, que ha sido atacado en varias ocasiones.

Trabajando bajo tierra y bajo las bombas, la emisora de radio es ya un s¨ªmbolo de la resistencia de Osijek. Qui¨¦n sabe si a sus periodistas les espera la misma suerte de Sinisa Glavasevic, el locutor y poeta de Radio Vukovar que se qued¨® en aquella ciudad hasta la entrada del Ej¨¦rcito federal. Hoy est¨¢ desaparecido.