Un camino
En medio de una gran operaci¨®n publicitaria coincidiendo con la publicaci¨®n de su ¨²ltimo disco, Montserrat Caball¨¦, rodeada y jaleada por muchos de sus Incondicionales, ha vuelto a actuar en Madrid.Caball¨¦ ha incorporado a sus arias de ¨®pera m¨¢s celebradas un grupo de canciones procedentes de sectores extraoper¨ªsticos (copla, pop, comedia musical). No es raro. Estamos en ¨¦pocas de intercambios. A Paul McCartney, Mikis Theodorakis o David Byrne les tienta la aventura sinf¨®nica u oper¨ªstica. A muchos divos de ¨®pera, lo popular. Es un camino. Las complicaciones son, al menos aparentemente, limitadas y generan nuevos mercados. No importa que se carezca del lenguaje, la expresi¨®n o las ra¨ªces. Lo importante es vender.
Montserrat Caball¨¦
Montserrat Caball¨¦ con la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid. Director: Jos¨¦ Collado. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 16 de diciembre.
Pocas veces he visto tan insulsa a Caball¨¦ como ayer por la noche. Da lo mismo. El p¨²blico estaba entregado, al menos este p¨²blico de caras famosas y simpat¨ªas evidentes. Se aplaude al personaje, independiente de los resultados art¨ªsticos. ?Espontaneidad? ?Papanatismo? ?Fanatismo? ?Esnobismo? ?Ignorancia musical? Un poco de todo.
?Tiene en este contexto sentido la cr¨ªtica? Seguramente no vale la pena. Fue un recital privado (aunque con televisi¨®n), una fiesta entre amigos, una apoteosis de ¨¦xito, bravos y aclamaciones. Caball¨¦ ha seleccionado un conjunto de fragmentos muy bellos y mel¨®dicos para este recital. En ello radica una parte importante de su triunfo. Y en ella misma: mucho m¨¢s que una cantante de ¨®pera.
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