Un espiritu exquisito y burl¨®n
Juan HidalgoGaler¨ªa Estampa. Argensola, 6. Madrid. Hasta el 6 de febrero.
La atenci¨®n renovada, en estos ¨²ltimos tiempos, hacia las corrientes m¨¢s radicales de los a?os sesenta y primeros setenta, ha permitido la revisi¨®n y reconocimiento de ciertos casos que supusieron una excepci¨®n heroica en el dificil panorama espa?ol de esa ¨¦poca. Entre ellos, el grupo Zaj destaca como impulsor de una de las apuestas m¨¢s f¨¦rtiles, originales y corrosivas de aquel momento.
Con todo -y pienso, por ejemplo, en la propia muestra Zaj presentada en este mismo espacio, ese reencuentro quedaba esencialmente te?ido por una primac¨ªa de las referencias directas al periodo hist¨®rico de Zaj o de aquellos tipos de actitud que conectaban directamente con ¨¦l. El tono, por as¨ª decir, arqueol¨®gico de esa reivindicaci¨®n ven¨ªa a sacralizar a Zaj como parte de la historia, lo que, a¨²n siendo de justicia, entraba en contradicci¨®n con el aliento esencialmente provocador e inasimilable que defini¨® lo mejor de su actitud.
De ah¨ª la particular satisfacci¨®n que he sentido ante esta nueva muestra personal de Juan Hidalgo (Las Palmas, 1927), alma de Zaj junto a Walter Marchetti, que reune una amplia selecci¨®n de trabajos realizados por el artista en los ¨²ltimos a?os. Esta suerte de "Hidalgo m¨¢s all¨¢ de la memoria Zaj" pone de manifiesto hasta qu¨¦ punto se mantiene intacta y f¨¦rtil la mordaz lucidez po¨¦tica de uno de los talentos m¨¢s libres y desenfadados que ha dado la vanguardia espa?ola de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
Nacen estas piezas de ciertos rasgos esenciales del car¨¢cter de Juan Hidalgo, proyectados hoy hacia nuevos territorios de lo imaginario. As¨ª, por ejemplo, un tipo muy particular de humor y el gusto por la provocaci¨®n, que son ante todo caracter¨ªsticos en el modo que tienen de moverse en la esfera del lugar com¨²n. Tanto en los objetos, im¨¢genes o juegos de palabras que meneja, como en las asociaciones visuales y equ¨ªvocos de sentido, Hidalgo tiende a centrarse en la esfera de lo trivial, manipulando factores aparentemente elementales, o incluso vulgares, buscando lo que de Irritante tienen, sea por su misma banalidad aparente o por un "mal gusto" que resulta tanto m¨¢s eficaz en la medida en que ni siquiera se ampara bajo el desgarrado carisma del tremendismo escatol¨®gico.
Y a¨²n as¨ª, todo ello no es sino el anverso de una moneda que oculta, al tiempo, una delicad¨ªsima y sagaz po¨¦tica de los recursos m¨ªnimos, aparentemente inertes, que filtra con discreci¨®n aristocr¨¢tica (pienso, por ejemplo, en piezas como el autorretrato de espaldas, el misterioso objeto circular de cristal y metal, o en la entra?able iron¨ªa del gui?o en homenaje a "Juan Jaula") el ¨ªntimo caudal l¨ªrico que enmascara este esp¨ªritu exquisito y burl¨®n.
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