La empresa del hotel Bah¨ªa no inform¨® a los obreros sobre los fallos de la estructura del edificio
La empresa Asc¨¢n, encargada de las obras de rehabilitaci¨®n del hotel Bah¨ªa de Santander, no inform¨® en ning¨²n momento a los trabajadores del mal estado de la estructura del edificio, seg¨²n se?alaron ayer algunos de los trabajadores heridos el lunes al derrumbarse el edificio. El accidente caus¨® tres muertos, y dos obreros contin¨²an sepultados bajo los escombros. Mientras tanto, la psicosis creada en Santander por el derrumbamiento de? hotel oblig¨® ayer al Colegio de Arquitectos a hacer p¨²blico un comunicado aclarando que no tienen por qu¨¦ existir los mismos fallos de estructura en otros edificios que datan de los a?os cincuenta, cuando fue construido el hotel siniestrado.
"No, no fue preciso que la empresa nos dijera que la estructura estaba afectada. Nos dimos cuenta desde el primer d¨ªa que comenzamos a desmantelar la escayola y derribar tabiques. Aparecieron entonces vigas con mucho ¨®xido en el hierro e incluso grietas y fisuras en los pilares. Pero ?c¨®mo pod¨ªamos pensar que el inmueble iba a hundirse tan de repente!". Pedro Vena Cueto, de 27 a?os, casado y con tres hijos, a quien operar¨¢n en estos d¨ªas de una posible fractura de cadera, es uno de los trabajadores escapados de la tragedia y que contin¨²a ingresado en el hospital de Valdecilla,. Con categor¨ªa de pe¨®n, Pedro Vena estaba dedicado a derribar tabiques provisto de una maza cuando se derrumb¨® el Bah¨ªa. En sus primeros 22 d¨ªas de trabajo hab¨ªa ganado 67.000 pesetas. Se hallaba en la octava planta y el hundimiento le arrastr¨® hasta la quinta, es decir, unos 12 metros m¨¢s abajo. All¨ª, pisando sobre cascotes, pudo alcanzar una ventana y asido a ella permaneci¨® durante media hora pidiendo auxilio hasta que los bomberos lo rescataron. Con afirmaciones similares se expresa Francisco J. Cimiano, de 22. a?os, soltero, que ingres¨® con erosiones m¨²ltiples y ayer mismo abandon¨® el hospital. A las 6.40 horas del lunes, provisto de un picach¨®n, estaba desmontando un tabique cuando se hundi¨® el suelo y envuelto en vigas y cascotes cay¨® de la octava a la tercera, unos 14 metros en el vac¨ªo. Los bomberos descubrieron uno de sus pies en la escombrera y as¨ª pudieron rescatarle cuando ya apenas pod¨ªa respirar a causa del polvo. "Lo que quer¨ªa era un trabajo fijo, yo soy un ne¨®fito en la construcci¨®n. Pero en la planta, el estado de la estructura era,siempre comentario de los m¨¢s veteranos. Un d¨ªa llegaron unos op¨¦rarios provistos de un aparato de ultrasonido para analizar una viga. 'Est¨¢ mal', comentaron sin m¨¢s. ?Que si ten¨ªamos miedo? Pues no. Qui¨¦n iba a pensar que aquella casa, de ocho pisos y s¨®lo 40 a?os de vida pudiera hundirse como el cart¨®n".El incendio de 1941
Mientras, el Colegio de Arquitectos de Cantabria hac¨ªa p¨²blico ayer un comunicado en el que sal¨ªa al paso de la psicosis creada en Santander entre los vecinos de los numerosos edificios de la ciudad construidos, al igual que el hotel Bah¨ªa, tras el incendio de febrero de 1941.
"No es acertado afirmar que las construcciones realizadas en las d¨¦cadas de los 40 y 50 en Santander sean de deficiente calidad", asegura el comunicado de los arquitectos, para cuyo colegio tanto entonces como ahora se levantaron edificaciones mejores o peores. "Pero eso no presupone necesariamente que su seguridad sea precaria en ning¨²n caso", a?ade la nota.
Varios miles de viviendas (2.000 fueron devoradas por las?lamas) s¨¦ levantaron en el nuevo Santander surgido tras el pavoroso incendio. La reconstrucci¨®n apenas dur¨® diez a?os. Ram¨®n Rodr¨ªguez Llera, en un documentado libro, recuerda que por entonces la transgresi¨®n urban¨ªstica se hizo norma, sobre todo en cuesti¨®n de alturas. Alg¨²n edificio proyectado para cuatro pisos tuvo finalmente siete y el "retranqueo", que permit¨ªa ocultar ciertas picarescas, qued¨® como s¨ªmbolo, hoy bien perceptible, de la enorme especulaci¨®n inmobiliaria en aquellos a?os de escasez de hierro y cemento.
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