Fabius, incapaz de superar el divorcio entre el PS y el 'pueblo de izquierda'
Laurent Fabius, al asumir hace menos de tres semanas la direcci¨®n del Partido Socialista franc¨¦s (PS), sab¨ªa que heredaba un divorcio. Ahora, constata con amargura el fracaso de sus primeros esfuerzos para rehacer el matrimonio entre el PS y el "pueblo de izquierda" que en 1981 Nev¨® al poder a Fran?ois Mitterrand. "Es como cuando uno de los miembros de una pareja deja de estar enamorado; el otro puede Nevar flores, puede escribir cartas apasionadas, puede bailar la m¨¢s excitante danza del vientre, sin conseguir otra cosa que provocar el asco o, en el mejor de los casos, la compasi¨®n" se lamenta Henri Weber, consejero del primer secretario socialista.
Los socialistas, con los ex primeros ministros Fabius y Michel Rocard al frente, intentaron sumarse el pasado s¨¢bado a la manifestaci¨®n antirracista que reuni¨® en Par¨ªs a decenas de millares de personas. Situados al final de la marcha, tuvieron que contemplar c¨®mo la gran mayor¨ªa de los otros manifestantes atacaban tanto al ultraderechista Jean Marie Le Pen como a la pol¨ªtica de inmigraci¨®n de Mitterrand y Edith Cresson.La manifestaci¨®n marc¨® el renacimiento de la militancia de izquierda. Desde los a?os setenta no se ve¨ªa en Par¨ªs un cortejo de izquierda tan nutrido, tan colorista y tan combativo. Pero esa resurrecci¨®n fue la de los grupos y movimientos alternativos antirracistas, feministas o izquierdistas-, no la del partido del pu?o y la rosa.
Una encuesta de Sofres prueba que los socialistas representan hoy un 20% del electorado, su nivel m¨¢s bajo desde 1973. Lo curioso, subraya Jer?me Jaffr¨¦, director del instituto, es que el problema del PS no est¨¢ ahora en encontrar votos en el centro o la derecha moderada, como a mediados de los ochenta. Los socialistas est¨¢n sobre todo separados de la izquierda.
El estudio de Sofres muestra que los franceses se sit¨²an colectivamente m¨¢s a la izquierda que hace seis o siete a?os, pero tambi¨¦n confirma que, al haber perdido en el ejercicio del poder su identidad de izquierda, el PS es incapaz de capitalizar esa transformaci¨®n.Simple aparato
"El PS es un mero aparato ajeno a la realidad", afirma Max Gallo, europarlamentarlo socialista. "Hay una enorme distancia entre el PS y los franceses", dice Jean-Marie Cambac¨¦res, el diputado que acaba de devolver su carn¨¦ del PS. "Digan lo que digan", a?ade, "la gente ya no escucha a los socialistas. La opini¨®n p¨²blica s¨®lo ve en su discurso el cinismo de los que intentan mantenerse en el poder".
Fabius coloc¨® la primera parte de su carrera pol¨ªtica bajo el signo del pragmatismo, el gran valor pol¨ªtico universal de los a?os ochenta. Sus enemigos dec¨ªan de ¨¦l que era el perfecto representante de una izquierda que hab¨ªa sustituido con caviar todos sus deseos de cambiar el mundo. Pero, incluso antes de los desastres del pasado fin de semana, el inteligente Fabius hab¨ªa venteado el cambio de los tiempos. En los a?os noventa el pragmatismo no va a ser suficiente, y por eso el nuevo primer secretario socialista hace esfuerzos por perder su aspecto distante y tecnocr¨¢tico y por denunciar con viejo ardor republicano al Frente Nacional.
Dotados de un nuevo primer secretario que predica el combate contra la ultraderecha, con un Michel Rocard convertido en "candidato virtual" a la pr¨®xima elecci¨®n presidencial y esperando capitalizar los beneficios del ¨¦xito de Mitterrand en la cumbre europea de Maastricht, los socialistas confiaban a comienzos de este a?o en el ¨¦xito de su operaci¨®n de reconquista de la opini¨®n p¨²blica. La operaci¨®n parece haber nacido muerta. El electorado centrista, que permiti¨® la reelecci¨®n de Mitterrand en 1988, ha decidido que el mejor baluarte contra Le Pen es la derecha democr¨¢tica representada por Val¨¦ry Giscard d'Estaing y Jacques Chirac. El de izquierda no cree en los cantos de sirena del PS.
Buena parte de los j¨®venes de la llamada generaci¨®n Mitterrand milita ahora en los dos grandes movimientos ecologistas -Los Verdes y Generaci¨®n Ecolog¨ªa-, en los muy activos movimientos antirracistas o en las organizaciones de defensa de los derechos humanos. Y esos j¨®venes -ah¨ª estriba el cambio- no se ven obligados a apoyar al PS para impedir la recuperaci¨®n del poder por la derecha. Al partido del pu?o y la rosa ya no le funciona el reflejo del voto ¨²til.
El pasado domingo, en las elecciones legislativas parciales de la cuarta circunscripci¨®n del norte, los electores de izquierda se abstuvieron o votaron a los ecologistas. El PS perdi¨® 20 puntos en relaci¨®n a su resultado de 1988 en esa misma circunscripci¨®n y se situ¨® por debajo incluso del Frente Nacional. El resto de la izquierda vio con la mayor indiferencia ese desastre socialista.
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