El verdadero problema de Rusia
La ¨²ltima vez que estuve en el suntuoso edificio de la vieja plaza de Mosc¨², tan s¨®lo hace unos meses, era el sancta sanctorum del comunismo sovi¨¦tico, la sede del Comit¨¦ Central del PCUS. Ahora -el 9 de enero- me encuentro en lo que fue la sala de reuni¨®n del Politbur¨® hablando con Yegor Gaidar, el joven econ¨®metra a quien Yeltsin ha confiado la transici¨®n a la econom¨ªa de mercado en Rusia en el plazo de un a?o. Galdar es v¨ªceprimer ministro encargado de asuntos econ¨®micos (Yeltsin, presidente de la Rep¨²blica, ha asumido tambi¨¦n el cargo de primer ministro). El nuevo hombre clave del Gobierno ruso es afable, sonrosado, regordete, y a sus 35 a?os tiene la seguridad del t¨¦cnico competente y la frescura de su inexperiencia pol¨ªtica. Hijo y nieto de escritores, aborda la aventura de su vida con el sentimiento de lo ineluctable. O se hace as¨ª, o no, se hace y el pa¨ªs se descompone. Me cuenta que cuando en noviembre le propuso su plan a Yeltsin, tras varias semanas de trabajo en una dacha en un grupo organizado por Guennadi Burbulis, el presidente ruso le pregunt¨®: "?Qui¨¦n va a apoyar este plan? ?Todos los sectores van a sufrir!". Su respuesta fue "nadie". Y Yeltsin le dijo: "Adelante. ?se es, en realidad, mi problema, no el suyo". El plan es sencillo, dentro de la m¨¢s pura ortodoxia de las pol¨ªticas de estabilizaci¨®n econ¨®mica, con el a?adido de tener que ganar una carrera contra el tiempo: los beneficios econ¨®micos del nuevo sistema tienen que llegar antes de que las inevitables tensiones sociales y ataques pol¨ªticos hagan saltar el embri¨®n del nuevo Estado. El primer objetivo del programa es estabilizar la econom¨ªa y yugular la inflaci¨®n (el 755% en 1991) mediante una pol¨ªtica de restricci¨®n monetaria y crediticia. A partir de ah¨ª, la liberalizaci¨®n de precios iniciada, seg¨²n el calendario previsto, el 2 de enero deber¨ªa atraer al mercado los productos existentes que se encuentran acaparados por los agricultores, las empresas y las redes de distribuci¨®n, en espera de mayores beneficios. Una vez creada la demanda potencial de un mercado con precios atractivos para el productor, la privatizaci¨®n acelerada de la econom¨ªa (50% de las empresas en este a?o) deber¨ªa proporcionar una oferta suficiente a partir del est¨ªmulo de la propiedad privada para las nuevas empresas. El tema clave de la privatizaci¨®n es que se desarrolle inmediatamente en la agricultura a tiempo para que los campesinos se incentiven para la cosecha de 1992, evitando un nuevo invierno de penuria. Para hacer soportable el choque de la liberalizaci¨®n, el Gobierne, prepara subsidios y ayudas para regiones, ciudades y sectores que no puedan incorporarse de entrada al sector din¨¢mico de la econom¨ªa, o sea, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n. La capacidad de intervenci¨®n del Gobierno est¨¢ basada en el control total que han tomado de las exportaciones de gas, petr¨®leo, oro, diamantes y metales raros, que constituyen la verdadera reserva estrat¨¦gica en divisas de la econom¨ªa rusa. Bas¨¢ndose en la capacidad de importaciones selectivas que dichas divisas permiten y en la ayuda internacional en alimentos y medicinas, el Gobierno conf¨ªa en limitar el coste social y las explosiones populares, que no se descartan en absoluto. Al cabo de un a?o, con la econom¨ªa estabilizada, un mercado funcionando parcialmente y un tejido empresarial privado incipiente, en un clima de confianza y estabilidad pol¨ªtica, podr¨ªa iniciarse la inversi¨®n, tanto rusa como extranjera, permitiendo la, convertibilidad del rublo y articulando la econom¨ªa rusa, con todo su potencial de mercado y recursos naturales, a la econom¨ªa mundial.Basta de teor¨ªa. Al salir del despacho de Gaidar me fui a las tiendas de alimentaci¨®n, algunas de las cuales hab¨ªa visitado en su vac¨ªa desolaci¨®n el a?o pasado. En la carnicer¨ªa de la calle Krasikova, 15, el 9 de enero a las 18.30 compr¨¦ salchichas a 56 rublos el kilo y jam¨®n serrano (que sin ser Jabugo era de buena calidad) a 72 rublos el kilo, tras s¨®lo cinco minutos de cola. En la panader¨ªa de la calle Rusakotskaia, 29, tras 15 minutos de cola, compr¨¦ pan negro a 1,20 el kilo y pan blanco a 3,50. Hab¨ªa pan en abundancia para los siguientes clientes. Pero comparemos precios a los sueldos en Mosc¨² en este momento. Un obrero industrial, 400 rublos al mes; una secretaria biling¨¹e, 500 rublos; un ingeniero electr¨®nico, 1.000 rublos desde el 2 de enero. O sea, que los sueldos no llegan para estos precios. De modo que, en unos d¨ªas, el mercado empieza a funcionar, pero s¨®lo para una peque?a minor¨ªa de la poblaci¨®n, aquella que tiene recursos extraordinarios, procedentes probablemente de las mismas redes de distribuci¨®n informales y especulativas. La cuesti¨®n que se plantea, por tanto, es la velocidad a la cual puede ampliarse ese mercado para que los beneficios que resultan de los altos precios pagados por unos pocos se transformen en beneficios obtenidos mediante precios moderados pagados por muchos, generando mucha m¨¢s actividad econ¨®mica y, por tanto, empleo.Mientras avanza el experimento econ¨®mico empiezan los problemas sociales. El aumento de precios y la resistencia del Gobierno a imprimir billetes han creado una escasez material de papel moneda. Muchos bancos en provincias no tienen rublos para pagar, y en numerosas empresas y administraciones hace semanas que no se pagan sueldos. En Kemerovo, principal ciudad de la cuenca minera de Kuzbats, la Asturias siberiana, los mineros asaltaron un banco la semana pasada para cobrar el sueldo que les deb¨ªan. En el lejano Este falta la electricidad en pleno invierno, y en la ciudad de Jabarovsk se han tenido que evacuar varios barrios, despu¨¦s de que varias personas hubieran muerto de fr¨ªo en sus pisos. La total desorganizaci¨®n de las redes de distribuci¨®n ha transformado a Rusia en una serie de econom¨ªas locales conectadas entre ellas tan s¨®lo por redes personales y operaciones de trueque. Sin embargo, el fatalismo secular ruso, el extraordinario entrenamiento del pueblo para sobrevivir a las dificultades cotidianas y el resto que a¨²n queda de confianza personal en Yeltsin parecen sostener por el momento el equilibrio de la sociedad rusa.
En realidad, el verdadero problema con el que se enfrenta la dif¨ªcil transici¨®n de Rusia hacia la econom¨ªa de mercado es otro, menos evidente para el observador exterior, pero mucho m¨¢s importante en los efectos que produce cotidianamente. Se trata de que no puede haber econom¨ªa de mercado sin una clase empresarial que lidere y dinamice dicha econom¨ªa, invierta, gestione y modernice.
Pasa a la p¨¢gina siguiente
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.