Mitterrand convoca al Parlamento para discutir el 'asunto Habash'
Fran?ois Mitterrand anunci¨® anoche la celebraci¨®n el pr¨®ximo viernes de una sesi¨®n extraordinaria de la Asamblea Nacional francesa consagrada al asunto Habash. En una entrevista retransmitida en directo por televisi¨®n, el presidente franc¨¦s desafi¨® a la oposici¨®n a presentar una moci¨®n de censura, y asegur¨® que ¨¦l no piensa destituir a ning¨²n ministro, cambiar el Gobierno o convocar elecciones anticipadas.
Visiblemente irritado por un caso que ha revelado al mundo las pat¨¦ticas condiciones del final de su reinado republicano, Mitterrand perdi¨® los nervios y acus¨® a los periodistas de hacerle "preguntas insidiosas". El esc¨¢ndalo que sacude estos d¨ªas a Francia, y otros, como el de las transfusiones de sangre contaminada con el sida y la financiaci¨®n ilegal del partido socialista, son, dijo, "campa?as absurdas y calumniosas de los periodistas, la oposici¨®n y algunos socialistas demasiado impacientes".Para Mitterrand, Michel Rocard es uno de esos "socialistas demasiado impacientes". Horas antes de la conferencia de prensa televisada de Mitterrand, Roland Dumas, el jefe de la diplomacia francesa, hab¨ªa abandonado todas las reservas propias de su oficio al hablar de Rocard. En un almuerzo con corresponsales extranjeros, Dumas hab¨ªa dicho que su camarada de partido, ex primer ministro y "candidato virtual" de los socialistas a la futura elecci¨®n presidencial, es un "navegante aficionado", y carece del "car¨¢cter necesario para ser un estadista".
El ministro de Exteriores reaccionaba as¨ª a la petici¨®n de Rocard de la destituci¨®n de Dumas y del ministro del Interior, Philippe Marchand, responsables, entre otros, de la ineptitud demostrada en el asunto Habash. En tan s¨®lo 66 horas de estancia en Par¨ªs, el dirigente palestino Georges Habash fue acogido como la v¨ªctima de un derrame cerebral, detenido por terrorismo y, finalmente, liberado y expulsado a T¨²nez.
Si Mitterrand ha decidido no efectuar cambios en la c¨²pula del poder es, entre otras razones, porque detesta actuar bajo presi¨®n, y menos a¨²n bajo la de Rocard, al que odia. Dumas, un amigo ¨ªntimo del presidente, ironiz¨® ayer ante los corresponsales extranjeros acerca de la afici¨®n de Rocard a la vela: "La guerra del Golfo sorprendi¨® a Rocard navegando por las costas del Adri¨¢tico. Y es que hay quienes son navegantes profesionales y quienes son meros navegantes aficionados".
Dumas no acert¨® a explicar por qu¨¦ las autoridades francesas no se aferraron a la idea de que la hospitalidad acordada a Habash obedec¨ªa a razones m¨¦dicas y humanitarias. Georgina Dufoix, la dimitida presidenta de la Cruz Roja francesa, ha sido el ¨²nico socialista que ha defendido hasta el final esa idea.
La explicaci¨®n al confuso giro que el poder dio al caso viene del enfado de Mitterrand por no haber sido informado de la llegada a Par¨ªs del palestino. El presidente perdi¨® el control, ces¨® a varios altos funcionarios, detuvo a Habash y se meti¨® ¨¦l solo en un avispero.
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