Jos¨¦ Luis Alonso de Santos estrena en Madrid 'Trampa para p¨¢jaros'
El dramaturgo de mayores ¨¦xitos de humor de los ¨²ltimos a?os en Espa?a, Jos¨¦ Luis Alonso de Santos, es un hombre afilado por los nervios, culto y razonador, a quien se le evidencia la humanidad cuando defiende a Mauro, el polic¨ªa que protagoniza su pr¨®ximo estreno en Madrid, Trampa para p¨¢jaros, hoy en el Alfil.Alonso no las tiene todas consigo: el p¨²blico de Madrid no es f¨¢cil y tampoco la historia de su obra: un desconcertado ex torturador dialoga con su hermano mientras mantiene a raya a la polic¨ªa, que viene a detenerle.
Pertenece a la variante semiclandestina, los dramaturgos, de una especie amenazada, particularmente en Espa?a: los escritores. En ejercicio ser¨¢n no m¨¢s de una decena mal contada. A los 49 a?os, el vallisoletano Alonso de Santos ha tenido ¨¦xito con varias obras de una docena larga: La estanquera de Vallecas, Pares y nines o Bajarse al moro, que se ha representado hasta en japon¨¦s.
Aunque le interesa reflexionar sobre su obra, Alonso de Santos se considera bastante al margen de la tradici¨®n espa?ola y, desde luego, completamente fuera de cualquier grupo. En eso se parece a casi todos los escritores de su generaci¨®n. "Estamos otra vez en el individuo, en el creador solitario", dir¨¢ en otro momento de la entrevista, pero se puede aplicar toda. M¨¢s que de Unamuno o de Bareja, explica, se siente m¨¢s cercano de cierta comedia americana, deudor de Billy Wilder o Woody Allen, "que tienen que ver con mi teatro m¨¢s que Arniches", dice, o que otros dramaturgos espa?oles de su ¨¦poca. "Unamuno escrib¨ªa buen teatro para leer porque desconoc¨ªa los mecanismos del teatro".
Premeditadamente comercial
Le acusan con regularidad de comercialismo, y a ¨¦l lo que le enfada es que se lo digan con tono de reproche. Es premeditadamente comercial, "como un cirujano, como un piloto, lucho porque mi teatro se vea". Las obras de Jos¨¦ Luis Alonso de Santos buscan el equilibrio y discurrir con suavidad. Si comedia, cierta dosis de tragedia, y si tragedia, como en Trampa para p¨¢jaros, cierta dosis de humor que evite la trascendencia.Mauro, el polic¨ªa protagonista de Trampa para p¨¢jaros, obra que llega a Madrid tras haber sido representada ya en otras ciudades espa?olas, fue un reto para el escritor: "Hacer que el p¨²blico quiera a un ser despreciable", o al menos hacer que le comprenda. Acorralado en una casa a la que le ha ido a buscar la polic¨ªa de un nuevo r¨¦gimen por todos identificable, el polic¨ªa habla de forma casi ininterrumpida, y el p¨²blico se va dando cuenta, explica Alonso, de que Ias ideas no son de ¨¦l, o se las han metido o nos hemos aprovechado de ¨¦l. Tiene una cosa buena, y es que no sabe mentir. Vive en una sociedad mejor que la anterior, pero llena de mentiras... o no llena, sino en la que las palabras han perdido su valor. Y las palabras son hechos".
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