"No ten¨ªamos nada, hemos ganado todo"
Con los ojos humedecidos, Joaqu¨ªn Villalobos, de 40 a?os, recuerda aquel d¨ªa de 1970 en que su rebeld¨ªa frente a la injusticia y la barbarie institucional le oblig¨® a escoger el camino de la lucha armada para intentar hacer de El Salvador un pa¨ªs distinto. Aquel joven de formaci¨®n y militancia cristiana, educado por maristas espa?oles, que un d¨ªa cambi¨® sus estudios de Ingenier¨ªa por los de Econ¨®micas para acercarse m¨¢s a la realidad social que viv¨ªa un pa¨ªs dirigido desde los cuarteles, es hoy un pol¨ªtico esforzado en que El Salvador viva una verdadera reconciliaci¨®n nacional. Para ¨¦l, la revoluci¨®n ha triunfado porque ha hecho posible su ansiada meta: el nacimiento de un nuevo pa¨ªs donde el Ej¨¦rcito quedar¨¢ para siempre sometido a la sociedad civil.Pregunta. ?C¨®mo se siente en casa, comandante?
Respuesta. Yo dir¨ªa que es el paquete de emociones m¨¢s grande que me he encontrado en mi vida, aparte de otras, positivas, y negativas, que me proporcion¨® la guerra. Desde que llegamos al' aeropuerto esto no ha parado. Percibo un ambiente de seguridad y confianza en la gente de que las cosas van a cambiar. Y tambi¨¦n una disposici¨®n a que los acuerdos se van a cumplir. Me siento comprometido, porque tenemos que garantizar que todo salga bien.
P. ?No teme por su vida?
R. Hay dos formas de ver este problema: el riesgo personal y el temor pol¨ªtico. Sobre lo primero, tengo que reconocer que toda nuestra vida ha sido un riesgo. Y ahora que ha acabado la guerra se da la circunstancia de que este riesgo es m¨¢s suave. Pero est¨¢ el temor pol¨ªtico. Si en el pa¨ªs comienza a configurarse un cuadro de guerra sucia, eso nos har¨ªa regresar al pasado. Y yo, aunque estuviera muerto, no querr¨ªa jam¨¢s un regreso a la guerra. [El presidente Alfredo] Cr¨ªstiani ha dicho que siempre puede haber un loco por ah¨ª... Aqu¨ª no hay locos. En El Salvador todo es organizado. Cuando alguien manda matar a alguien es porque hay una decisi¨®n pol¨ªtica.
P. El Salvador es tambi¨¦n un pa¨ªs con mucho odio acumulado.
R. S¨ª, aunque creo que hay que hacer un gran esfuerzo por crear un ambiente de reconciliaci¨®n y, si todos nos proponemos cuidar la paz, esto se consigue. Nosotros, particularmente, jam¨¢s hemos odiado a nadie. Nuestro odio era hacia un sistema dictatorial que comet¨ªa injusticias y estaba destruyendo nuestro pa¨ªs.
Un golpe, intolerable
P. Parece que los ruidos de sables no han cesado en Am¨¦rica Latina. Ah¨ª est¨¢ la intentona golpista de Venezuela.R. Me ha dejado sumamente preocupado y sorprendido que este tipo de golpes militares que consider¨¢bamos desterrados ocurra especialmente en Venezuela, un pa¨ªs que desde los a?os cincuenta inici¨® un proceso de cambio que, si no ha sido del todo perfecto, s¨ª por lo menos ha tenido una continuidad. No podemos tolerar esas situaciones. A nosotros, como FMLN, nos pone en alerta con respecto a todo lo que tenemos que hacer.
P. El Ej¨¦rcito salvadore?o salud¨® la paz atribuy¨¦ndosela como una victoria sobre el comunismo. ?Le preocupa que los militares se conviertan en un p¨¦ndulo permanente sobre las cabezas del FMLN?
R. Si creen que somos comunistas est¨¢n equivocados. Ya se lo dije al general Mauricio Ernesto Vargas. Lo que ha tenido el Ej¨¦rcito enfrente ha sido una guerrilla cristiana y campesina. Que haya gente que haga uso del marxismo como instrumento de an¨¢lisis es otra cosa. El FMLN ha sabido combinar muy bien historia y realidad. Si nos ha tra¨ªdo algo la guerra fr¨ªa es, por un lado, el fin del militarismo, porque dej¨® desnudo al Ej¨¦rcito, y, por otro, la liberaci¨®n del ref¨¦rente ideol¨®gico que nos da?aba, porque nos present¨® como lo que verdaderamente ¨¦ramos: una fuerza nacional.
P. El FMLN lo configuran cinco organizaciones. ?No cree que existe el riesgo de la divisi¨®n?
R. Esa etapa ya la pasamos Cuando nacimos como FMLN. Hemos salido de un proceso acelerado de madurez pol¨ªtica que nos ha proporcionado tal nivel de pragmatismo en cuanto a lo que es la unidad que no vamos a cometer ning¨²n tipo de locura. Hay una cosa clara: vamos a constituirnos en partido pol¨ªtico, y lo vamos a hacer gradualmente. Nuestro prop¨®sito es que el agrupamiento org¨¢nico vierta en intendencias que puedan cohabitar dentro de una misma estructura de car¨¢cter democr¨¢tico. Sin unidad no hay fuerza o poder, al igual que sin contradicci¨®n no hay desarrollo.
P. ?Qu¨¦ han ganado y qu¨¦ han perdido en esta guerra?
R. De momento, vamos a gozar de un pa¨ªs distinto. No podemos decir que hemos obtenido una victoria total, pero los vac¨ªos que puedan tener los acuerdos no desfiguran nuestro proyecto de cambio revolucionario. Tampoco hemos hecho ninguna concesi¨®n, porque no ten¨ªamos nada. Hemos ganado todo.
Con 200 a?os de retraso
P. Ustedes han anunciado que se presentar¨¢n a las elecciones de 1994 en una coalici¨®n abierta. ?Acaso desconfian del apoyo popular?R. No es eso. El problema es que El Salvador est¨¢ saliendo del salvajismo para pasar a la civilizaci¨®n. Estamos haciendo cosas que en otros lugares del mundo se hicieron hace 200 a?os. El agrupamiento de la derecha es muy fuerte y no hay otra forma de combatirla que con una oposici¨®n democr¨¢tica unida. Hoy ya no hay grandes fronteras ideol¨®gicas, y ser¨ªa una ingenuidad que las fuerzas democr¨¢ticas salvadore?as acudieran fraccionadas a las elecciones por el color de su camiseta.
P. Por ¨²ltimo, comandante, ?se sabr¨¢ alg¨²n d¨ªa la verdad de tanto crimen y tantas matanzas?
R. No toda, porque ha sido demasiado lo que ha ocurrido. Pero si hay algo que es necesario, es que el sistema judicial funcione y se esclarezca la verdad en muchos casos. ?En qu¨¦ proporci¨®n? En la que se necesite para dar confianza a la gente y se convenza ¨¦sta de que el pa¨ªs ha cambiado. Lo que no vamos a hacer es satisfacer las peticiones del Ej¨¦rcito de que se excarcele a los asesinos de los jesuitas. Si lo hici¨¦ramos le estar¨ªamos dando un cheque en blanco a la guerra sucia, porque con este precedente cualquiera puede dedicarse a matar a quien le d¨¦ la gana.
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