Pujol y Obiols protagonizan una carrera de obst¨¢culos por una foto con Mitterrand

La foto con el presidente de la Rep¨²blica Francesa, Fran?ois Mitterrand, que viaj¨® en visita privada a Barcelona, se convirti¨® ayer, primera jornada electoral en Catalu?a, en el objetivo central de los dos principales candidatos a la presidencia de la Generalitat: Jordi Pujo? y Ramon Obiols.

Pujol y Obiols parecen decididos a no ceder ni un ¨¢pice al adversario aunque sea por algo tan anecd¨®tico como una foto con el mandatario franc¨¦s. Ninguno quiso que la inst¨¢ntanea de su rival con Mitterrand ocupara en exclusiva las p¨¢ginas de los diarios y en las horas previas a la llegada del jefe del Estado franc¨¦s ambos pusieron en marcha sus diplomacias paralelas.

El primero que amarr¨® el encuentro fue Obiols. Pese a pertenecer ambos a la familia socialista, no fue f¨¢cil que Mitterrand aceptase ceder su imagen, m¨¢xime cuando el presidente hab¨ªa insistido reiteradamente en que su visita ten¨ªa un estricto car¨¢cter privado con un s¨®lo objetivo: recorrer las obras ol¨ªmpicas de la mano de su correligionario y amigo Pasqual Maragall.

Sin embargo, el que el alcalde actuara como anfitri¨®n y que en la comitiva figurara el ministro de Educaci¨®n y ex secretario del PS, Lionel Jospin, favoreci¨® la reuni¨®n. Obiols se col¨® en la comida que se le ofreci¨® a Mitterrand y se pudo hacer as¨ª la foto con el presidente.

A pie de pista

Previamente, Jordi Pujol ya hab¨ªa conseguido la foto. El presidente catal¨¢n, acostumbrado a obtener fotos en situaciones l¨ªmite, forz¨® al m¨¢ximo a su diplomacia para tener acceso unos minutos a Mitterrand. Los representantes de la Generalitat que contactaron con el Ministerio espa?ol de Asuntos Exteriores, el consulado franc¨¦s en Barcelona, la Embajada francesa, y diversos altos cargos del Palacio del El¨ªseo obtuvieron siempre la misma respuesta: la visita de Mitterand era estrictamente privada y nada pod¨ªa hacerse.

La reuni¨®n se ve¨ªa dificultado porque las relaciones entre la presidencia francesa y la Generalitat nunca han sido f¨¢ciles. No es casual que Pujol no haya sido recibido nunca en el El¨ªseo. De nada sirvi¨® que los representantes catalanes recordaran el trato deferente que se dio al hijo del presidente franc¨¦s cuando sufri¨® cerca de Gerona un grave accidente de tr¨¢fico en 1987.

Pujol emple¨® en el ¨²ltimo momento un ardid para no quedar al margen. En contra de lo previsto, se desplaz¨® al aeropuerto de El Prat acompa?ado de c¨¢maras de TV-3 y de un fot¨®grafo oficial. A las c¨¢maras de la televisi¨®n se les impidi¨® la entrada en la sala de autoridades, pero el fot¨®grafo se las ingeni¨® para acceder a la pista. De esta forma pudo obtener la instant¨¢nea del apret¨®n de manos al pie del avi¨®n. S¨®lo hubo que pagar un peaje: Maragall, siempre atento, no se perdi¨® la escena y apareci¨® en la imagen, observando el apret¨®n de manos. Mitterrand aprovech¨® las horas que estuvo en Barcelona para visitar el Anillo Ol¨ªmpico y la Villa Ol¨ªmpica.