La tenaza de Sendero
El movimiento guerrillero acent¨²a su infiltraci¨®n en las chabolas que cercan Lima
Sendero Luminoso, el grupo terrorista peruano de orientaci¨®n mao¨ªsta, parece haber desplazado su acci¨®n guerrillera desde el campo hacia Lima, donde pretende constituir un verdadero cintur¨®n de hierro para cercar a "la gran burgues¨ªa y sus fuerzas represivas". Asegura Sendero que en su lucha ha llegado ya a la fase de "equilibrio estrat¨¦gico" que precede a la "contraofensiva estrat¨¦gica para la captura del poder".
Situada entre la sierra y, el oc¨¦ano Pac¨ªfico, Lima, con sus casi siete millones de habitantes, vive rodeada de un cintur¨®n de miseria. Crece cada vez m¨¢s, alimentado por la pol¨ªtica econ¨®mica de choque del presidente Alberto Fujimori, y por la continua aparici¨®n de nuevas barriadas (barrios de chabolas) formadas por campesinos que huyen de la guerra y del hambre. Llegan a la ciudad, se organizan, ocupan terrenos y plantan sus esteras en medio del arenal. En ese ca¨ªdo de cultivo, Sendero ha encontrado el agua para moverse como un pez y llevar adelante su estrategia que tiene como objetivo la sustituci¨®n del viejo Estado por el nuevo poder popular.La ofensiva de Sendero sobre Lima estaba anunciada. Esta organizaci¨®n impenetrable para las fuerzas de seguridad, con unos militantes fanatizados que la hacen casi inmune frente a los intentos de infiltraci¨®n, es en cambio absolutamente transparente y previsible al anunciar sus objetivos estrat¨¦gicos.
En su documento ?Elecciones no! ?guerra popular s¨ª! Sendero escribi¨® hace m¨¢s de un a?o: "Es muy importante preocuparse por las ciudades, porque tienen que ver con la insurrecci¨®n y, de no prepararse ¨¦sta para la toma de las ciudades, al llegar a la parte final de la guerra popular se retrasar¨ªa la toma del poder en todo el pa¨ªs. El trabajo en Lima debe desarrollarse m¨¢s, teniendo en cuenta que es la capital".
En este intento de llevar la guerra a las ciudades, sobre todo a Lima, las barriadas cumplen un papel decisivo. El pasado 19 de septiembre, El Diario, el peri¨®dico clandestino de Sendero, que ahora aparece casi cada semana, escrib¨ªa: "Los emporios de pobreza llamados cinturones de miseria se han convertido en verdaderos cinturones de hierro que encierran a la gran burgues¨ªa y a sus fuerzas represivas".
En un n¨²mero reciente del mismo peri¨®dico, se aseguraba que "los m¨¢s de 2.000 asentamientos humanos existentes en Lima metropolitana ser¨¢n, en la perspectiva del cerco a la capital, el inevitable escenario de batallas decisivas".
El cono este
En la tenaza que Sendero pretende cerrar sobre Lima, el cono este desempe?a un papel decisivo. All¨ª se encuentran la zona de expansi¨®n industrial de la capital y la carretera central que comunica Lima con la sierra. Los distritos de San Juan de Lurigancho, Ate y El Agustino son como un ariete sobre Lima, y all¨ª ha concentrado Sendero su actividad.
La investigadora social Isabel Coral, con a?os de experiencia en el an¨¢lisis de la actuaci¨®n de Sendero en Ayacucho, ha estudiado el "proceso de inserci¨®n senderista en el cono este". Para Sendero, esta zona es un "lugar ideal de asentamiento porque la sociedad civil es m¨¢s d¨¦bil y cuenta con un 69% de habitantesde origen andino. ?ste es un dato culturalmente importante, porque con ellos la comunicaci¨®n es mejor que con los que vienen del litoral sur". Adem¨¢s, all¨ª,hay un "movimiento sindical encapsulado y que mira hacia adentro, as¨ª como una d¨¦bil presencia del Estado y de los partidos pol¨ªticos".
En otras zonas, en cambio, la estrategia senderista es de desarticulaci¨®n. As¨ª ocurre en Villa El Salvador, situada en el sur de Lima, donde existe un s¨®lido tejido social con una organizaci¨®n autogestionaria muy fuerte de los propios pobladores, que sirve de modelo para otras barriadas.
Distingue Coral tres etapas en la inserci¨®n senderista. A partir de 1983 empieza con la "inserci¨®n fisica y el reconocimiento del terreno". Sendero busca localizar en los asentamientos grandes los dirigentes con peso pol¨ªtico. En esta fase estudia la realidad sobre el terreno y selecciona a los potenciales dirigentes. No interviene y realiza s¨®lo manifestaciones espor¨¢dicas, como lanzar algunos panfletosen las fechas destacadas del ritual senderista: aniversario del inicio de la lucha armada, cumplea?os del m¨¢ximo l¨ªder, Abimael Guzm¨¢n, el presidente Gonzalo.
En la segunda etapa, entre 1987 y 1989, se produce la preparaci¨®n de la ofensiva y la captaci¨®n de dirigentes de las organizaciones populares en crisis, a base de di¨¢logo, entrega de documentos y ayuda material. Sendero empieza a organizar manifestaciones en torno a demandas leg¨ªtimas, para demostrar as¨ª la ineficacia del Estado y provocar al mismo tiempo la represi¨®n. Trata de dar la sensaci¨®n de que controla el terreno, y se llega a "desfiles de columnas senderistas con contingentes armados, inicialmente peque?os y creciendo progresivamente". El objetivo es sentar presencia y buscar un impacto psicol¨®gico en la poblaci¨®n. En esta etapa se inicia la campa?a de hostigamiento contra la Iglesia, las organizaciones no gubernamentales y los ¨®rganos de autogesti¨®n.
En la tercera fase, la actual, se produce "el inicio de la ofensiva senderista cuyo objetivo es imponer su hegemon¨ªa". Esta etapa comprende, seg¨²n Coral, la construcci¨®n de bases de resistencia con la creaci¨®n de sistemas de patrullaje, la aparici¨®n abierta para disputar el espacio a otras fuerzas pol¨ªticas y organizaciones sociales, y la intensificaci¨®n de "acciones de amenaza, chantaje y aniquilamiento de dirigentes que ofrecen resistencia".
Esther Rojas, teniente de alcalde de San Juan de Lurigancho, confirma las amenazas de Sendero contra los dirigentes vecinales y la campa?a de los terroristas para conseguir el cierre de los comedores populares. La teniente de alcalde, que milita en un partido de la izquierda marxista, recalca que el Estado "no atiende las necesidades b¨¢sicas, lo que hace que la poblaci¨®n se desespere, y que le de igual morirse de hambre o en un saqueo. Si el problema de la alimentaci¨®n fuese atendido, la presencia de Sendero ser¨ªa menor. El Estado lo combate militarmente, y esto no basta".
Tambi¨¦n la soci¨®loga Coral se?ala que el crecimiento de Sendero se produce "principalmente por el terror, porque el Estado es d¨¦bil y no ofrece protecci¨®n y seguridad a los ciudadanos. Los partidos pol¨ªticos desmovilizan, y no hay alternativas". Para Coral, "el temor va desarmando a la poblaci¨®n. El 80% est¨¢ con miedo, y el 20% que afronta a Sendero no es suficiente".
A ra¨ªz del asesinato de Mar¨ªa Elena Moyano, el presidente Alberto Fujimori ha insistido en la idea de organizar rondas urbanas armadas como autodefensa frente al terrorismo senderista. Las rondas en el campo han significado un golpe para Sendero.
Un freno a Sendero
Sin duda, las rondas campesinas han significado un freno al avance de Sendero, pero la aplicaci¨®n de este modelo en las ciudades encuentra la oposici¨®n de la izquierda. La mayor¨ªa de los dirigentes populares rechaza la posibilidad de colaborar con las Fuerzas Armadas y policiales en la organizaci¨®n de las rondas urbanas. La misma Mar¨ªa Elena Moyano, pocos d¨ªas antes de su asesinato, declaraba que "en este pa¨ªs no hay confianza en las fuerzas policiales. ?stas practican la violencia y muchas veces asesinan". A?ad¨ªa: "Yo no estoy de acuerdo con que venga el Ej¨¦rcito, arme a la gente y la dirija. Que se haga justicia con las personas desaparecidas o muertas. Luego creeremos en las fuerzas del orden".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.