"La peste de hoy se llama miedo al paro"

Jean Delumeau, autor de El miedo en Occidente, es historiador medievalista y renacentista, pero mira apasionadamente las angustias colectivas de hoy. "Ahora la peste se llama miedo al paro", dice. Delumeau ve que Occidente necesita una dimensi¨®n metaf¨ªsica, "algo por encima de nosotros".

"El miedo es inherente al hombre, porque la muerte lo es", dice Jean Delumeau, que ha conferenciado en la Casa de Vel¨¢zquez sobre El Para¨ªso terrestre. Aunque en El miedo en Occidente se centra en Europa entre 1348 y 1800, Delumeau no pierde de vista las angustias colectivas en el mundo desarrollado de hoy."Ya no tememos la peste, ni las hambrunas", constata. "Pero, incluso por encima del sida, la angustia moderna es el miedo al paro. En Francia, con casi tres millones de desempleados, quien no es funcionario siente ese fantasma amenazador. Hay una depresi¨®n colectiva".

En el periodo estudiado por Delumeau los miedos de los europeos oscilaban entre los agentes de Sat¨¢n (el sambenito que serv¨ªa para demonizar a musulmanes, jud¨ªos, mujeres o brujas) y la espera de Dios (lo escatol¨®gico, las profec¨ªas apocal¨ªpticas). Ambos sentimientos evolucionaron, pero sobreviven de alg¨²n modo en el ciudadano actual.

"Occidente vivi¨® siglos bajo el integrismo", dice Delumeau, "y aunque ahora parece haber un rechazo mayoritario de esa concepci¨®n y somos la primera sociedad basada en la tolerancia, lo cierto es que pese a nuestra abundancia no tenemos aspecto feliz".

De ah¨ª fen¨®menos como Le Pen. "Un 15% del electorado apoya muy simplistamente a un l¨ªder que sugiere que, con menos inmigrantes, habr¨ªa m¨¢s posibilidades para los franceses. La mayor¨ªa de los franceses saben que viven bien, aunque miran el porvenir con inquietud".

Delumeau, una vez historiado el miedo, pretende estudiar "los remedios", partiendo de la idea de para¨ªso terrestre y de la esperanza en el m¨¢s all¨¢ en la historia occidental. "Me inscribo entre los historiadores cristianos", dice, "y creo que Occidente necesita recobrar una metaf¨ªsica y una ¨¦tica, algo que est¨¦ por encima de esta sociedad que s¨®lo se ve a s¨ª misma". Como medidas pr¨¢cticas para equilibrar el peso del miedo, Delumeau apunta "ver las cosas con lucidez, y no creer en falsas amenazas", adem¨¢s de abordar la seguridad como un problema b¨¢sico, en unas ciudades cuya aglomeraci¨®n provoca angustia y violencia; los gobiernos deben dar marcha atr¨¢s en ese concepto de ciudad que llena de tensi¨®n Par¨ªs o Madrid, y ha convertido ya en incontrolables M¨¦xico o Sao Paulo". El historiador apunta asimismo la necesidad de plantearse la actual regresi¨®n demogr¨¢fica en Europa: "La contracepci¨®n est¨¢ ah¨ª, y por fortuna. Pero puede usarse bien o mal, y el envejecimiento europeo demuestra que se ha usado mal".