El arquitecto que restaura la plaza de Chinch¨®n quiere pintarla de azul
Hoy se hablar¨¢ de Chinch¨®n en Venecia. Salvador P¨¦rez Arroyo, el arquitecto que levant¨® el faro de Moncloa y restaura la plaza de Chinch¨®n, expone en unas jornadas de la Unesco sus razones para que el hist¨®rico lugar sea pintado de azul. Un an¨¢lisis confirm¨® que ¨¦se es el color que ten¨ªa la plaza en el siglo XVII. La tonalidad se obten¨ªa de una mezcla de carbonato de plomo, azulete y aceite de linaza que adem¨¢s serv¨ªa para repeler insectos. La Comunidad considera que la cuesti¨®n merece un refer¨¦ndum informal.
Salvador P¨¦rez Arroyo quiere que la plaza azul de Chinch¨®n sea m¨¢s famosa que su an¨ªs. De momento, hoy har¨¢ que expertos de varios pa¨ªses le escuchen hablar de este peque?o pueblo de 4. 000 habitantes en unas j ornadas sobre conservaci¨®n y restauraci¨®n de fachadas que se celebran en Venecia. El arquitecto quiere defender su prop¨®sito de devolver a la plaza su antigua tonalidad azul, descubierta en un an¨¢lisis efectuado con motivo de su restauraci¨®n.La investigaci¨®n estatigr¨¢fica fue realizada por el Instituto de Conservaci¨®n de Bienes Culturales del Ministerio de Cultura, que analiz¨® las fachadas al microscopio, con rayos X y con infrarrojos. Conclusi¨®n: la plaza Mayor de Chinch¨®n lleg¨® a tener hasta seis colores diferentes, aunque el m¨¢s antiguo de ellos era el azul.
"Despu¨¦s de este descubrimiento he propuesto que se recupere el color original", afirma el arquitecto que dirige las obras de restauraci¨®n. P¨¦rez Arroyo est¨¢ interesado en la experiencia por algo m¨¢s que la est¨¦tica. "Aquella primitiva pintura se aplicaba siguiendo una t¨¦cnica que pr¨¢cticamente se ha perdido en Espa?a", explica. "S¨®lo quedan algunos ejemplos en peque?os pueblos de Arag¨®n que ahora son objeto de estudio por la Direcci¨®n General de Bellas Artes".
La paredes azules se consegu¨ªan con carbonato de plomo y azulete, que se mezclaban en aceite de linaza. La sustancia, adem¨¢s de colorante, serv¨ªa para repeler a los insectos. Esta vieja tradici¨®n se sigue aplicando en algunos pueblos del norte de Marruecos con el mismo prop¨®sito est¨¦tico e insecticida.
Una decisi¨®n pol¨¦mica
"Aquella mezcla de azulete deb¨ªa retocarse cada tres a?os porque se cuarteaba con facilidad, por ello habr¨¢ que buscar una pintura que oponga mayor resistencia a la luz solar", explica el arquitecto. "Soy consciente de que va a ser una decisi¨®n pol¨¦mica, pero es un asunto muy interesante". La Comunidad de Madrid, que patrocina las obras de la plaza, no se atreve a decidir sobre el asunto sin antes conocer la opini¨®n de los vecinos. "Tengo dos posturas", explica Miguel ?ngel Castillo, director general del Patrimonio Cultural del Gobierno regional. "Como historiador considero que lo m¨¢s l¨®gico ser¨ªa restablecer el color original. Como director general creo que habr¨ªa que consultar de alguna manera a la poblaci¨®n. No me gustar¨ªa que por este asunto se criticara una intervenci¨®n tan rigurosa y cient¨ªfica como la que se ha hecho en la plaza".
La plaza central de Chinch¨®n fue remozada por sexta vez con una tonalidad verdosa durante el primer tercio de este siglo. Antes hab¨ªa sido azul, marr¨®n, gris... "Yo la he conocido desde peque?o con ese color verde persiana y entiendo que pueda haber cierta reticencia vecinal a cambiarlo", comenta Castillo.
La idea de la Comunidad es pintar de azul de forma experimental una parte de la plaza y esperar la reacci¨®n de la poblaci¨®n. "Con la colaboraci¨®n del Ayuntamiento se podr¨ªa hacer entonces un refer¨¦ndum informal", explica Castillo.
El Grupo Popular de la Asamblea apoya esta actitud prudente. "El color a?il que tuvo la plaza responde a una moda de una determinada ¨¦poca", afirma el diputado del PP P¨ªo Garc¨ªa Escudero. "Pero eso no es motivo suficiente para pintarla de azul. Lo normal es hacer pruebas con varios colores y elegir la tonalidad adecuada de acuerdo con los vecinos". El arquitecto P¨¦rez Arroyo tiene intenci¨®n de poner unos paneles en la plaza para explicar su prop¨®sito.
La pintura de las fachadas de la plaza de Chinch¨®n es el ¨²ltimo trazo que le queda a una restauraci¨®n que la Comunidad emprendi¨® hace m¨¢s de un a?o con un presupuesto de 90 millones de pesetas. Se ha pavimentado el per¨ªmetro de la plaza con piedra caliza y se ha preparado un sistema de drenaje para recoger el agua y la arena que corre por la plaza los d¨ªas de lluvia. Tambi¨¦n se han reforzado las balconadas -algunas estaban en ruina-, y se han cambiado los colectores y la madera de las cubiertas.
Un vulgar aparcamiento
La plaza de Chinch¨®n -conjunto hist¨®rico-art¨ªstico desde 1974-, cuando no est¨¢ ocupada por toros y toreros, es un vulgar aparcamiento. As¨ª lo considera Salvador P¨¦rez Arroyo, el arquitecto que la restaura. Los coches ya han dejado su huella en el nuevo pavimento de caliza burgalesa, y la circulaci¨®n amenaza la estructura de los edificios. Su desaparici¨®n ser¨ªa la guinda que desea la Comunidad para rematar la restauraci¨®n que est¨¢ a punto de concluir.Saneados la plaza y sus balcones, resta acometeruna profunda reforma en sus 45 inmuebles. La Comunidad considera que ya ha hecho una labor que no le correspond¨ªa, y no quiere saber nada de la vieja estructura de las casas: "Nosotros no restauramos restaurantes", dice tajante Miguel ?ngel Castillo, responsable del Patrimonio Cultural.
El 82% de los edificios de la plaza son restaurantes, y seg¨²n Castillo y P¨¦rez Arroyo, representan un riesgo. "En ellos se han hecho actuaciones de todo tipo y sin control", explica el primero. "Significa una sobrecarga de usos", remata el segundo.
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