"Astronauta ruso busca trabajo en la Tierra"

Musa Man¨¢rov est¨¢ en una edad cr¨ªtica -cumple este mes 41 a?os- y aquello a lo que ha dedicado su vida, el programa espacial, tambi¨¦n se halla en crisis. Este astronauta, que con sus 541 d¨ªas a bordo en la estaci¨®n orbital Mir posee el r¨¦cord de permanencia en el espacio, se encuentra en condiciones f¨ªsicas de volar de nuevo, pero est¨¢ ¨ªntimamente convencido de que no lo volver¨¢ a hacer. Tendr¨¢ que buscar una salida profesional lejos de las estrellas, en la Tierra, aunque dentro del sector aeroespacial. "Soy un t¨¦cnico con ideas sobre nuevos sat¨¦lites y he iniciado los contactos para ponerlas en pr¨¢ctica", comenta.Al enumerar los problemas por los que atraviesa la astron¨¢utica rusa, Man¨¢rov describe de manera indirecta lo que le sucede a ¨¦l mismo: "Como la gente no gana ni para sobrevivir, se est¨¢n yendo los t¨¦cnicos con m¨¢s talento". Por eso no se muestra optimista sobre la continuidad de los vuelos espaciales en su pa¨ªs. "No puedo hacer profec¨ªas, pero es evidente que las complicaciones son muchas. La gente con sentido com¨²n quiere que contin¨²en, pero a la investigaci¨®n espacial le pasa como a la ecolog¨ªa: la cuesti¨®n cient¨ªfica es uno de sus componentes, pero las razones econ¨®micas pesan mucho".

La falta de dinero es tal que ni siquiera ha causado especial extra?eza la noticia, publicada la semana pasada, de que los dos astronautas que actualmente ocupan la Mir, Sergu¨¦i Krikaliov y Alexandr V¨®lkov, no iban a poder ser rescatados al volver dentro de dos semanas a la Tierra, por falta de helic¨®pteros. "No se trata de una imposibilidad", replica Man¨¢rov. "Hay que buscar dinero para el grupo de rescate, pero si no hay fondos, los helic¨®pteros los acabaremos teniendo gratis". Krikaliov ya sabe qu¨¦ significan los apuros econ¨®micos, porque ante la falta de recursos tuvo que renunciar a volver a la Tierra en octubre, como estaba previsto.

Musa Man¨¢rov, en compa?¨ªa de VIadimir Titov, estableci¨® el r¨¦cord de permanencia continuada en el espacio con una estancia de 366 d¨ªas en la Mir en su primer vuelo (1987-88). M¨¢s adelante, con su segunda salida, que finaliz¨® en mayo pasado, se hizo con el r¨¦cord absoluto de permanencia. As¨ª que no puede extra?ar que ¨¦l espacio se haya convertido para ¨¦l casi en una droga. "Cuando estamos arriba, la mayor distracci¨®n es curiosear la Tierra. En cada uno de los 541 d¨ªas que he estado en la estaci¨®n he visto un planeta distinto", afirma. Como que es aficionado al v¨ªdeo, ha grabado innumerables paisajes con los que seguir drog¨¢ndose en casa. "Me resulta muy doloroso", comenta, "ver en la televisi¨®n escenas de cr¨ªmenes horribles, mientras que im¨¢genes bell¨ªsimas de las pir¨¢mides de Egipto o del pe?¨®n de Gibraltar, grabadas por m¨ª, no las ha podido ver casi nadie porque me he encontrado con problemas para comercializarlas".

Cuando en 1988 volvi¨® por primera vez del espacio, Man¨¢rov se llev¨® dos sorpresas: la primera, que "la recuperaci¨®n fue m¨¢s r¨¢pida de lo que me esperaba"; la segunda, que "mis dos hijos segu¨ªan sin obedecerme". A¨²n se llev¨® una sorpresa m¨¢s: "Creo que el espacio me ha hecho m¨¢s inteligente. Antes no me invitaba nadie y ahora s¨ª".