Inm¨®vil
El campe¨®n del mundo de inmovilidad se ha presentado en Valencia. Lo pone un cartelito que apoya en la peana de su inm¨®vil persona: "Campe¨®n del mundo tras 15 horas de inmovilidad". ?Quince horas sin mover ni un pelo! Se dice pronto.El hombre inm¨®vil se exhibe en plena calle. Viste de negro, sombrero tambi¨¦n; prende pinzas amarillas en diversos pliegues del terno; lleva la cara pintada de encendido carmes¨ª. Sube a la peana, asume su natural verticalidad, adelanta los brazos con un pulgar apuntando al Micalet y permanece quieto, tal cual. De cuando en cuando, quiz¨¢ para que no lo tomen por un maniqu¨ª, oscila suavemente, y contin¨²a est¨¢tico, surto sobre la peana, durante horas... La gente se arremolina a prudencial distancia, y no lo toma a broma ni tira un petardo para comprobar si el campe¨®n inmoto reacciona poniendo pies en polvorosa. Antes al contrario, le sobrecoge el misterio que irradia aquel ser superior a quien contempla absorta, y siempre hay alguien que se acerca recatadamente y echa en la bacina limosnera unas monedillas.
La inmovilidad no es deporte ol¨ªmpico, no por nada, sino por falta de atletas. Correr, saltar, brincar, est¨¢ al alcance de cualquiera. Luego unos batir¨¢n marcas pegando el salto del tigre y otros se habr¨¢n de conformar con el salto del capullo, pero, en definitiva, grandes o menudos, saltos son. Lo dif¨ªcil -acaso imposible- es permanecer impert¨¦rrito, incluso cuando pica la nariz o una avispa voraz merodea amenazante lo del d¨ªa de la boda.
Servidor reconoce que ser¨ªa incapaz de quedarse inm¨®vil, no ya 15 horas, sino ni 15 segundos. Dormir, sin embargo, ya es distinto reto. Si hubiera competiciones de sue?o en la olimpiada, servidor , medalla de oro. Y como el deporte es la base de la salud, ahora mismo me voy a entrenar un rato.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.