Un Indiana Jones de verdad dice que el Arca perdida est¨¢ en Etiop¨ªa
Un explorador brit¨¢nico ha dedicado cinco a?os a seguir la pista de la reliquia
La investigaci¨®n de un explorador brit¨¢nico puede haber resuelto el mayor misterio de la Biblia. Tras cinco a?os de meticulosa investigaci¨®n, un periodista brit¨¢nico, Graham Hancock, afirma que ha localizado el objeto m¨¢s sagrado de la Biblia: el Arca de la Alianza, donde estaban guardados los Diez Mandamientos. El misterio de la sagrada reliquia se hizo particularmente famoso en los ¨²ltimos a?os con el ¨¦xito de la pel¨ªcula de Indiana Jones En busca del Arca perdida.Ahora, al estilo de Indiana, el explorador brit¨¢nico ha sobrevivido a guerras y balas para descubrir el Arca, oculta a los ojos de la gente, en un rinc¨®n remoto de Etiop¨ªa.
Sus investigaciones le han permitido reconstruir la peripecia del famoso objeto: construida por orden de Mois¨¦s hace 3.250 a?os, el Arca cubierta de oro serv¨ªa como trono de Dios en el Antiguo Testamento. Siempre se crey¨® que hab¨ªa desaparecido en alg¨²n momento de la primera mitad del primer milenio antes de Cristo.
Rescatada de los paganos
La nueva investigaci¨®n -que va a ser publicada por la editorial Heinemann como libro bajo el t¨ªtulo El s¨ªmbolo y el sello- sugiere que fue rescatada del olvido durante un ataque pagano a la Jerusal¨¦n b¨ªblica y fue guardada durante siglos por sacerdotes jud¨ªos en Egipto y Etiop¨ªa, antes de llegar al lugar donde Hancock cree que se encuentra actualmente.
Tras un amplio trabajo de campo en Israel, el valle del Nilo y la misma Etiop¨ªa, Hancock explica que el arca lleg¨® a su emplazamiento final a trav¨¦s del sur de Egipto, despu¨¦s de un viaje de 3.000 millas. La investigaci¨®n indica que el Arca fue sacada del gran templo jud¨ªo de Jerusal¨¦n hacia el a?o 650 antes de Cristo, para, evitar que fuese destruida o robada por un rey pagano, Manasseh, que hab¨ªa tomado el poder en Judea.
Hay evidencias b¨ªblicas de que el Arca estaba todav¨ªa en el templo el a?o 701 antes de Cristo, cuando se invoc¨® su poder para derrotar el asedio asirio de Jerusal¨¦n, y de que ya no estaba el a?o 626 antes de Cristo.
M¨¢s o menos al mismo tiempo que el Arca era salvada de los paganos, se construy¨® un segundo templo, no en Tierra Santa, sino en una isla en el Nilo al sur de Egipto, llamada Elefantina, en Asu¨¢n. Las excavaciones arqueol¨®gicas en esta isla han mostrado que all¨ª viv¨ªa una colonia de mercenarios jud¨ªos y que se construy¨® un templo jud¨ªo hac¨ªa el a?o 650 antes de Cristo. Papiros descubiertos en Elefantina a principios de este siglo, explica Hancock, dicen que los jud¨ªos de la isla hac¨ªan sacrificios de animales en el templo, una pr¨¢ctica que requer¨ªa la presencia del Arca.
Los documentos indican que el templo de la isla fue destruido por los egipcios el 410 antes de Cristo, seg¨²n parece porque los sacrificios de carneros molestaban a los paganos locales que, desgraciadamente, resulta que adoraban a los carneros.
Se cree que entonces los jud¨ªos de Elefantina, junto con el Arca, huyeron hacia el sur y luego hacia el este, hacia Etiop¨ªa.
Graham Hancock ha investigado en una zona remota de Etiop¨ªa y ha descubierto una tradici¨®n local, que se ha conservado a trav¨¦s de los siglos por una colonia de monjes, seg¨²n la cual el Arca s¨ª se llev¨® a Etiop¨ªa, a una peque?a isla en el lago Tana, en el nacimiento del r¨ªo Nilo Azul, a finales del siglo V antes de Cristo.
La tradici¨®n oral de los monjes del lago Tana afirma que el Arca fue guardada por sacerdotes jud¨ªos durante 800 a?os en una isla que se llamaba la Isla del Perd¨®n. Para los famosos jud¨ªos negros de Etiop¨ªa, los falashas que fueron evacuados en avi¨®n a Israel, el lugar m¨¢s sagrado de Etiop¨ªa era la Isla del Perd¨®n.
Una detallada investigaci¨®n sobre las tradiciones falashas realizada por Graham Hancock, experto en Etiop¨ªa, ha permitido descubrir una antigua tradici¨®n seg¨²n la cual llegaron a Etiop¨ªa a trav¨¦s de Asu¨¢n, donde construyeron un templo.
El lago Tana estaba en el centro del territorio falasha, y en la Isla del Perd¨®n Hancock descubri¨® un grupo de antiguos altares de sacrificio del tipo de los que se usaban delante del Arca.
La estancia de 800 a?os del Arca en la Isla del Perd¨®n acab¨® cuando Etiop¨ªa se hizo cristiana en el siglo IV de nuestra era. Hacia el a?o 370 se traslad¨® a la capital del pa¨ªs, Axum, donde se construy¨® una gran iglesia, Santa Mar¨ªa de Zi¨®n, para albergarla.
Fuentes locales dicen, seg¨²n Hancock, que permaneci¨® all¨ª hasta el siglo X, cuando una falasha, la reina Judith, se convirti¨® en gobernadora de Etiop¨ªa y destruy¨® la iglesia, pero no antes de que los cristianos se llevaran el Arca de all¨ª y la escondieran en una isla en el lago Zwai, a 400 millas al sur. Los monjes de un monasterio local contaron la historia a Hancock.
Setenta a?os despu¨¦s, el Arca volvi¨® a Axum, tras el restablecimiento del gobierno cristiano.
En el siglo XI se construy¨® una segunda iglesia de Santa Mar¨ªa de Zi¨®n para albergar el Arca, pero fue destruida en 1535 por un senor de la guerra musulm¨¢n llamado Ahmed El Zurdo.
Sin embargo, el Arca fue rescatada y puesta en lugar seguro en la isla de Daga Stephanos, en el lago Tana. Un siglo despu¨¦s volvi¨® a Axum y se construy¨® una tercera iglesia de Santa Mar¨ªa de Zi¨®n, como sede del Arca, cuenta Hancock.
Haile Selassie no la quiso ver
En 1965 el ¨²ltimo emperador de Etiop¨ªa, Haile Selassle, orden¨® que se construyera una nueva capilla especial para albergar el Arca. Se traslad¨®, pero, seg¨²n la nieta del emperador, entrevistada por Hancock, Haile Selass¨ªe nunca vio el Arca y ni siquiera pidi¨® verla.
En Etiop¨ªa est¨¢ prohibido ver el Arca, explica Hancock. De hecho, s¨®lo unas pocas docenas de personas parece que la han visto durante varios siglos. Son los sucesivos Guardianes del Arca, y quien actualmente ostenta el cargo es un monje de unos 50 a?os llamado Abba Fameray, que describe el Arca como una caja cubierta de oro, aproximadamente de un metro de ancho y de unos 70 cent¨ªmetros de alto, que se lleva en andas.
La teor¨ªa de Hancoch ha sido bien recibida. "Tiene una tesis minuciosa y bien razonada", se?ala el profesor Richard Pankhurst, del Instituto de Estudios Et¨ªopes de la Universidad de Addis Abeba.
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