Respeto y racismo
El pasado mi¨¦rcoles 26 de febrero fui testigo de un execrable acto xen¨®fobo y racista, en el sentido m¨¢s espec¨ªfico de la palabra. Dos personas de procedencia magreb¨ª se vieron suspendidas de sus derechos m¨¢s elementales por un camarero insignificante, envanecido de la arrogancia que al parecer produce la barra del bar, cuando aqu¨¦llos s¨®lo quer¨ªan tomarse un caf¨¦. Y esto ocurre en la capital de un Estado que se llama Espa?a. Una Espa?a que no hace tanto tiempo incitaba a su poblaci¨®n a la emigraci¨®n como medio para salir de la pobreza.No me sorprende, sin embargo, esta falta de memoria hist¨®rica, pues el p¨²blico -en general- es olvidadizo y no recuerda la incomprensi¨®n que nos suscitaba nuestra no aceptaci¨®n en sociedades como la alemana, francesa o inglesa. Tampoco me sorprende, al fin y al cabo, el desconocimiento que hay sobre estos grupos de poblaci¨®n, haci¨¦ndose parecer que hay muchos, cuando la proporci¨®n en relaci¨®n a otros pa¨ªses de Europa es muy peque?a, cuando los verdaderos flujos migratorios no se dan entre Norte y Sur, sino entre pa¨ªses del Sur, y cuando la mayor¨ªa de inmigrantes que hay en Espa?a son occidentales: norteamericanos, alemanes, franceses, ingleses, japoneses, etc¨¦tera. Tampoco me sorprende la intolerancia que este desconocimiento provoca, pues desde el poder se les da un trato meramente policial, contradiciendo en la mayor¨ªa de los casos las resoluciones internacionales dictadas por la Declaraci¨®n Universal de los Derechos Humanos y por la Convenci¨®n Europea, y situ¨¢ndolos de principio al margen de la legalidad.
Lo que en verdad me parece m¨¢s preocupante es la p¨¦rdida de respeto hacia las personas -dos seres humanos, en este caso, con idiosincrasias diferentes a la nuestra-. No debemos acostumbrarnos a presenciar hechos que, como el que aqu¨ª expongo, se van haciendo cada vez m¨¢s comunes. No podemos permanecer pasivos ante la proliferaci¨®n y ascensi¨®n que los grupos racistas de la extrema derecha est¨¢n teniendo en toda la vieja Europa.- Miembro de la Juventud del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (JMPDL).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.