Una se?al importante
Si los inmigrantes no existieran, el Frente Nacional (FN) los habr¨ªa inventado. Sin el tema de la inmigraci¨®n, que ha sido explotado bajo todas sus formas, este partido de extrema derecha no habr¨ªa llegado a reunir el 14% de los votos en las elecciones regionales y cantonales francesas. Si fuera buen jugador, el FN deber¨ªa brindar un gran agradecimiento a los millones de magreb¨ªes que trabajan por el desarrollo de la econom¨ªa y del bienestar de los franceses. Deber¨ªa decirles: "Gracias por existir, por ser ¨¢rabes, pobres y silenciosos. Gracias por dejar que vuestros j¨®venes jueguen en las calles de los grandes edificios y sentimos mucho si un franc¨¦s se pone nervioso y mata a uno de ellos. [El pasado s¨¢bado 21 de marzo, un cuadragenario, Roland Rostanig, dio muerte de un disparo de fusil a un joven magreb¨ª en Saint-Syphorien d'Ozon, cerca de Ly¨®n. La v¨ªctima ten¨ªa 25 a?os, se llamaba Larbi Kada y era de nacionalidad francesa. Fue muerto a quemarropa]. Ah, sin vuestros rostros inquietos y que dan miedo, sin vuestro sentido de la bondad, nuestro programa no tendr¨ªa tanto peso". Porque su programa est¨¢ tejido por el odio. Pero es la democracia: un bien colectivo y que tambi¨¦n es aprovechado por los propagandistas de la exclusi¨®n y de la xenofobia.La democracia no es s¨®lo una cultura, un principio y un valor. Es tambi¨¦n una t¨¦cnica. Ella consiste en revelar los mecanismos a veces imprevisibles del pensamiento y del deseo. Los sondeos son un instrumento de previsi¨®n y de evaluaci¨®n. Es la meteorolog¨ªa de la pol¨ªtica. Es la ciencia de lo aproximado. Da una imagen m¨¢s o menos vaga, pero no explica el fondo de las cosas. Es necesario saber esperar el veredicto de las urnas. Los franceses hacen de cada noche electoral una gran misa donde se vierten toneladas de palabras. Es demencial lo que a los pol¨ªticos les gusta hablar sin decir nada esencial.
La democracia francesa no es muy mala. Pero el hecho de que pueda jugar con la t¨¦cnica del escrutinio la vuelve sospechosa a los ojos de ciertos electores. As¨ª, el resultado var¨ªa enormemente si la misma elecci¨®n se desarrolla seg¨²n un escrutinio por el sistema mayoritario a dos vueltas (se vota por un candidato entre varios y la elecci¨®n definitiva se realiza en la segunda vuelta por mayor¨ªa simple), o seg¨²n el recuento de votos por el sistema proporcional a una sola vuelta (se vota por una lista). Si los resultados de las elecciones regionales y cantonales del pasado domingo 22 de marzo correspondieran a elecciones legislativas por el sistema proporcional, ?el Frente Nacional tendr¨ªa m¨¢s de 70 diputados en la Asarnblea Nacional! Corresponde a FranQois Mitterrand decidir a qu¨¦, t¨¦cnica ser¨¢ consagrada la democracia en las pr¨®ximas elecciones (las legislativas de marzo de 1993). En todo caso, durante las parloteos en la televisi¨®n, la noche del 22 de marzo, el nombre del presidente no fue citado m¨¢s que una vez por un psicoanalista que ve¨ªa en ¨¦l al "padre" que observa a la naci¨®n desde lo alto de su silencio.
Lo que han revelado estas elecciones es el estallido de los partidos pol¨ªticos tradicionales. Su discurso, su l¨®gica, su aproximaci¨®n a los problemas de los ciudadanos ya no funcionan. En cierto modo, lo que ha pasado en Francia se parece un poco a lo que sucedi¨® en Argelia en las elecciones de diciembre de 1991. Sea en el Magreb o en Europa, la pesadez de las instancias pol¨ªticas bien instaladas no corresponden a las expectativas y las demandas de las gentes. No es la democracia lo que est¨¢ en cuesti¨®n, sino quienes duermen sobre ella y la consideran como una suave almohada. Ahora bien, los ciudadanos quieren que se les hable un lenguaje no s¨®lo comprensible, sino que tambi¨¦n les impresione. El ¨¦xito del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) en Argelia se explica en parte por la forma concreta y directa que ese movimiento hab¨ªa elegido para dirigirse a los electores: el FIS les hablaba de sus problemaa cotidianos, con palabras simples e ideas a menudo simplistas. En Francia, dos movimientos que no tienen nada que ver entre s¨ª acaban de ser los verdaderos vencedores de las elecciones re gionales y cantonales: ecologistas (divididos en dos) y el Frente Nacional (incluso si este par tido est¨¢ por debajo de sus ex pectativas). Los dos movimientos llegan a representar al 30% de los votantes. Aunque sus discursos son opuestos (unos se pronuncian por la limpieza de la naturaleza, los otros por la limpieza de la raza, para utilizar una imagen), han logrado captar el inter¨¦s y la atenci¨®n de los ciudadanos como el discurso de la izquierda (socialista y comunista) y de la derecha (parlamentaria y tradicional) ya casi no lo hace m¨¢s. Los ecologistas preconizan el saneamiento de la vida cotidiana. La gente termina por angustiarse con todas esas historias de residuos nucleares, con la capa de ozono, con las enfermedades que pueden provocar las industrias, etc¨¦tera. Y finalmente la ecolog¨ªa est¨¢ en el centro; no es, seg¨²n sus partidarios, ni un programa de izquierda ni un plan de derecha. Es c¨®modo, el voto deviene menos pol¨ªtico y m¨¢s utilitario.
En cuanto al Frente Nacional, su mensaje ha sido escuchado por otras razones. Hace m¨¢s de 10 a?os que ese partido martillea con el eslogan de la exclusi¨®n -"la preferencia francesa", "Francia, ¨¢mela o d¨¦jela", "tres millones de parados, millones de Inmigrantes", etc¨¦tera-, las insinuaciones de car¨¢cter racista y otras seudoverdades. He ah¨ª por qu¨¦ en estas elecciones la izquierda ha perdido y la derecha tradicional realmente no ha ganado.
Es una se?al importante y general. Argelia ha sido una suerte de laboratorio, aunque los problemas son radicalmente diferentes. Es lo que puede ocurrir tambi¨¦n en Italia, donde las ligas seducen cada vez m¨¢s a los ciudadanos. Estamos en la ¨¦poca del rechazo a los partidos institucionales y de gobierno. Es una rebeli¨®n sorda y lenta. La derrota que sufri¨® el Partido Socialista franc¨¦s le obligar¨¢ a transformarse profundamente. Deber¨¢ cambiar de estilo y de discurso. Por otra parte, ser¨¢ dificil que el presidente Mitterrand no saque las conclusiones de ese voto de protesta, incluso si la primera ministra, Edith Cresson, dice que estas elecciones no tienen influencia sobre el destino del Gobierno. La democracia es formidable. Nadie la intimida. Ah¨ª reside toda su fuerza, aun cuando la t¨¦cnica busque tenderle una trampa.
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