La prensa brit¨¢nica entra en campa?a
La prensa ha entrado de lleno en la campa?a electoral brit¨¢nica. Los peri¨®dicos y los grandes partidos, Conservador y Laborista, se cruzaron ayer acusaciones furiosas e inusitadamente personales en torno al asunto, aparentemente nimio para la gobernaci¨®n del pa¨ªs, de qui¨¦n era el culpable de la difusi¨®n del nombre de Jennifer Bennett. Jennifer es una ni?a de cinco a?os cuyo problema m¨¦dico -una lesi¨®n de o¨ªdo, ya superada- sirvi¨® como tema de un anuncio laborista.
La cotidiana rueda de prensa en el cuartel general de los laboristas degener¨® ayer en una agria discusi¨®n. El l¨ªder laborista, Neil Kinnock, prohibi¨® p¨²blicamente a su llorosa secretaria de prensa, Julie Hall, que dirigiera la palabra al representante del tabloide conservador Daily Express. El ambiente era de gran crispaci¨®n.La tormentosa rueda de prensa deb¨ªa dedicarse al programa educativo laborista, pero se desvi¨® desde el principio hacia la cuesti¨®n de qui¨¦n filtr¨® a los peri¨®dicos la identidad de la ni?a. El anuncio quer¨ªa demostrar que, con los conservadores, el Servicio Nacional de la Salud atiende m¨¢s r¨¢pidamente a los usuarios que pueden pagar el tratamiento.
Los conservadores pusieron el grito en el cielo y dijeron que el anuncio era "una gran mentira". Lo cual, curiosamente, fue confirmado por la propia madre de la ni?a (votante conservadora) y rechazado tajantemente por el padre (votante laborista).
El asunto habr¨ªa sido uno de los cotidianos altercados de campa?a si el nombre de la peque?a Jennifer Bennett no se hubiera filtrado a The Independent y al diario sensacionalista Daily Express.
Este ¨²ltimo diario culp¨® de la indiscreci¨®n al entorno de Kinnock, cuando en realidad parece que fueron los conservadores quienes les pasaron el dato. Hubo incluso m¨¢s responsables -el m¨¦dico de Jennifer y su propio abuelo, militante conservador-, pero eso no tiene gran importancia.
Penosa impresi¨®n
Lo significativo es el enfrentamiento personal de Kinnock con parte de la prensa (The Sun y Dady Mail, adem¨¢s del Express). Tambi¨¦n la penosa impresi¨®n que ofrecen los l¨ªderes tir¨¢ndose de los pelos, y mintiendo, por el asunto de la pobre ni?a. Y el tono err¨¢tico que est¨¢ adoptando la campa?a, en la que los programas ya s¨®lo cuentan para los minoritarios liberal-dem¨®cratas.
La leve pero persistente ventaja en los sondeos de los laboristas est¨¢ poniendo nerviosa a la prensa m¨¢s conservadora. El director del Express admiti¨® ayer que ha dado instrucciones a sus redactores para que "acosen, con toda la rabia necesaria", a Neil Kinnock. Lo mismo deben hacer, dijo, con el l¨ªder conservador, "pero ocurre que John Major no miente ni ofrece razones para ser atacado".
En realidad, el bondadoso Major se ha soltado la lengua desde hace d¨ªas y lanza improperios a diestro y siniestro, lo que le ha costado un s¨²bito descenso en los sondeos de popularidad. El primer ministro est¨¢ ahora en torno al 50%, 10 puntos menos que hace una semana y 20 menos que cuando sustituy¨® a Margaret Thatcher.
Kinnock apenas supera el 30%, mientras el liberal-dem¨®crata Paddy Ashdown, el ¨²nico que protagoniza una campa?a razonable y sin exabruptos, ya ha subido hasta el 41%.
No s¨®lo los pol¨ªticos y cierta prensa est¨¢n nerviosos. Otro dato indicativo de que los brit¨¢nicos empiezan a considerar seriamente la perspectiva de una victoria laborista es el creciente flujo de capitales hacia para¨ªsos fiscales como Jersey o las islas Bermudas.
Los bancos comentan sin recato que sus clientes m¨¢s adinerados est¨¢n tomando precauciones "para no ser exprimidos" por Kinnock y su canciller del Exchequer (ministro de Hacienda), John Smith.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.