Mart¨ªn V¨¢zquez, el jugador m¨¢s infeliz de la quinta
El partido frente al Torino tuvo unos personajes muy marcados. Mart¨ªn V¨¢zquez defraud¨® y Michel apareci¨® como nunca lo hab¨ªa hecho antes en un gran encuentro europeo. Fue un partido que el Torino propuso desde las leyes del catenaccio. La resurreci¨®n del Madrid tras el gol italiano pone de manifiesto una recuperaci¨®n del ¨¢nimo m¨¢s que del juego. En resumen, el encuentro dej¨® las siguientes grandes notas:
Mart¨ªn V¨¢zquez: Es el jugador m¨¢s infeliz de la quinta del Buitre. Se viste en Armani y los espaguetis se los come con langostinos, pero, cuando se mete en la cancha, no disfruta de su profesi¨®n. Primero, porque es un gran actor al que se le otorga un papel secundario. Segundo, porque es un jugador de ataque sometido a la disciplina del m¨¢s puro catenaccio. Sin embargo, es responsabilidad del mismo Mart¨ªn V¨¢zquez esa sensaci¨®n que nos deja de guardarse algo para s¨ª. Por sus problemas de personalidad se deja arrebatar el mando del partido por jugadores de menor categor¨ªa. En un jugador con hist¨®ricos problemas de personalidad, este partido contribu¨ªa a acusar a¨²n m¨¢s su pobreza an¨ªmica.
Michel: Fue el contraste de Mart¨ªn V¨¢zquez, incluso de ¨¦l mismo. Por vez primera, asumi¨® la autoridad que sus admiradores le reclamamos. Baste con decir que ech¨® a Policano del campo y que entreg¨® los dos goles del Real Madrid. El giro de su aportaci¨®n tiene que ver con su permanente af¨¢n de participaci¨®n. Cuando asumen esas responsabilidades, los jugadores valen por lo que son capaces de dar y por lo que son capaces de contagiar.
El Torino: El equipo de Mondonico representa la etapa futbol¨ªstica anterior a Sacchi. Su estructura t¨¢ctica y su actitud ante el juego enlaza con la tradici¨®n italiana, por lo que Sacchi termina siendo un grito de rebeld¨ªa contra una realidad mezquina. Da la impresi¨®n de que el Torino compra grandes jugadores porque as¨ª lo exige la parafernalia italiana. Esta forma de jugar penaliza a sus estrellas. Lo ¨²nico que le vale es la estad¨ªstica. Es un equipo que s¨®lo tiene raz¨®n de ser cuando mira a la tabla clasificatoria, pero ignora lo que el f¨²tbol tiene de sentimiento.
El Real Madrid: Buyo pag¨® su error con un milagro posterior. Rocha es un futbolista que produce la sensaci¨®n de tener siempre palabras nuevas para elogiar eso que el f¨²tbol sintetiza con el t¨¦rmino categor¨ªa. El campo parec¨ªa inclinado para el lado derecho porque Hagi se acost¨® sobre esa banda y porque Michel viv¨ªa en estado de gracia. Por el centro esperaba Butrague?o, que mostr¨® siempre el talento como arma para subsistir en las duras condiciones que marca el catenaccio. Butrague?o esperaba y Hierro mostraba una vez m¨¢s su condici¨®n de delantero centro con punto de salida en el medio de la cancha. La virtud del Madrid: el equipo estuvo a la altura de Europa. Si sumamos este partido al que jug¨® hace cuatro d¨ªas en Albacete, se le puede considerar como el s¨ªntoma de una recuperaci¨®n al menos an¨ªmica.
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