El Athletic impuso su tes¨®n frente a la Real Sociedad

Athletic y Real Sociedad escenificaron en San Mam¨¦s la crisis del f¨²tbol vasco. El contexto del encuentro result¨® desalentador aunque el Athletic se suicidara nada m¨¢s acometer el partido con un autogol para resucitar despu¨¦s en un ejercicio de tes¨®n ante la abulia y la falta de fundamentos de la Real Sociedad.Toshack y Aranguren se equivocaron. Calentaron el ambiente, en las jornadas previas al partido, pero luego ofrecieron un bufete fr¨ªo de dif¨ªcil digesti¨®n al que los aficionados y jugadores respondieron con diplom¨¢tica frialdad. Ni uno ni otro confiaron en sus respectivos equipos y se limitaron a enzarzarse en una batalla protocolaria para ocultar sus penurias deportivas a la espera de ser atendidos por la fortuna en sus plegarias.

La Real Sociedad fue correspondida en sus s¨²plicas en un mal entendimiento de Kike con Patxi Salinas en el primer minuto del encuentro. El Athletic fue atendido en el minuto 65 con un despiste defensivo de la Real Sociedad que facilit¨® el gol de Ciganda y en un penalti infantil de Fuentes a, Valverde.

Gan¨® el Athletic por el tes¨®n -el ¨²nico valor cotizable- demostrado en la segunda mitad y porque al menos fue capaz de inquietar ambas porter¨ªas -la propia y la rival- al marcar en las dos frente a una Real Sociedad conservadora, aburrida e impotente. El derby se jug¨® en los peri¨®dicos m¨¢s que en el c¨¦sped. Sobre el terreno de juego, Athletic-Real Sociedad exhibieron su mediocridad dejando al margen la posici¨®n que ocupan en la tabla. El Athletic impuso su estado de necesidad, su agon¨ªa, y la Real Sociedad no dio muestras de creerse su opci¨®n europea. Fue realista. Sus fundamentos son endebles, su cantera tan decente como vulgar. En tales circunstancias el fervor es un activo contable y el Athletic desequilibr¨® la balanza apoy¨¢ndose en ese platillo ante la desgana realista.Toshack fue tan atrevido en sus declaraciones previas como precavido en su planteamiento final. De no haber sido por Patxi Salinas los blanquiazules hubieran necesitado tres, cuatro, cinco jornadas para batir a Kike.F¨²tbol hubo poco, ocasiones ninguna; tes¨®n rojiblanco y conservadurismo blanquiazul, calma en las gradas. Aranguren pudo respirar tranquilo tras perder la pelea dial¨¦ctica con Toshack y ganar el partido.